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Evaluación

El martes 25/8/09 entrevisté al Ing Jorge Bolt para evaluar sus criterios sobre flujos de salida tributarios y estuariales y fui correctamente recibido. Tras escuchar unos 5 minutos un esbozo de mis preocupaciones, su única respuesta a la materia de los flujos que podían haber sido tomados en consideración para el plan de saneamiento estuvo fundada en dos ejes.

El primero fundaba la conveniencia de  sacar los efluentes y demás vertidos por emisarios al estuario, dado que este reconocía flujos de 20.000 m3/s, en tanto el Riachuelo se mostraba muy pobre en ese sentido. Ni la generalización de los 20.000 m3, ni la pobreza apuntada al Riachuelo acercan precisiones mínimas a mis preocupaciones. Aunque no caben dudas que permiten elegir un destino. Tampoco ese destino elegido me parece el único a considerar.

El segundo fundamento estuvo apuntado por una reiterada pregunta: ¿cuál de las 10 modelaciones matemáticas que se habían realizado para asistir seguimiento de los vertidos de 15 empresas que a pesar de excusarse como no contaminantes siendo a su juicio las que más envenenaban, había sido considerada para sostener mis preocupaciones?

Le confesé que ninguna de ellas, pues no otorgo ningún valor a modelaciones realizadas sobre un curso de flujos muertos y en adición, plagado de disociaciones térmicas e hidroquímicas. Modelar en estas condiciones es modelar en el infierno y sólo justificable para encarar en Justicia una litis infernal.

Le reiteré que mi mirada de arranque siempre apuntó a la rotura de la curva del cordón litoral que en Abril de 1786 determinara la condena de los flujos de salida por ingreso directo de los flujos mareales, cuyas consecuencias en los embancamientos alrededor de la boca de salida por disociación térmica y precipitación en esa capa límite térmica, hoy nos alcanzaban pesados correlatos en los 8 cms de pérdida de profundidad por año en el curso interior del Riachuelo. Y que semejantes eventos nunca aparecieron reflejados en el EIA ni en la Evaluación del  mismo, tarea cuya redacción había estado a su cargo.

En adición a este panorama que refiere de la muerte de los flujos del Riachuelo cuya acta de defunción no aparece por ningún lado, le apunté que la sedimentación por capa límite térmica en las inmediaciones de los difusores de salida, tampoco aparecía analizada en ningún documento.

Le observé en adición, que la ausencia de trabajo de campo que se podía haber hecho en los alrededores de la boca difusora del emisario de Berasategui, daba prueba del desinterés o desenfoque de estas puntuales materias, tanto o más importantes que las discusiones  y contrapresiones para poner en caja a esas 15 benditas empresas que nunca aparecían dispuestas a actuar con seriedad.

En adición le observé que el propio Dr Angel Menéndez junto con la Ing Patricia Jaime acreditan que el modelo wasp5 con el que ellos modelaron el Balance de nutrientes principales en el Río de la Plata interior, no admite las tremendas disociaciones hidroquímicas que plantean estos vertidos.

En adición le observé que la zona de aprox 100 Km2 que ha quedado encerrada entre el Emilio Mitre, la costa urbana, los embancamientos del Dock Sud y el Delta, ya mostraba flujos en estado catatónico, probando que la deriva litoral que normalmente en estas riberas se expresa en anchos de 150 a 180 mts, allí superaba los 4 Kms de ancho con manifestaciones de corredores totalmente disociados que hacían viajes inesperados en sentido bien contrario a los flujos en descenso y por ello las muestras que el Dr Quirós había recogido en su campaña de 1987 mostrando el nivel de fosfatos a 1500 mts dse la costa, diez veces más altos que en Berasategui, podían estar sumando correlatos a mis preocupaciones.

El caso es que esas muestras nunca fueron incluídas en el balance de nutrientes porque sus curvas no las apreciaban contener.

Muy fácil resulta entonces cerrar los ojos a estos procesos y limitarse a modelar flujos horizontales en el Emilio Mitre y en canal de acceso que es donde cuentan con una docena de correntómetros para llevar registros mínimos que les permiten una pobre evaluación de flujos en ellos.

Pero las afirmaciones que han hecho estos investigadores del INA para incorporar a la modelación WASP5 los flujos transversales y verticales, ha quedado en su propia obra desvirtuada con honestidad por ellos. El raconto de las observaciones de cómo ellos mismos reconocen las invalidaciones de premisas incorporadas con mucha ligereza a la modelación, puede verse por este vínculo http://www.alestuariodelplata.com.ar/fondo3b.html

Por cierto, mis consideraciones a los flujos estuariales no concluyen aquí, pero antes de extenderme en esos temas quisiera abrir un panorama general de la estructura cultural que asiste al Ing Jorge Bolt cuya formación en Europa durante muchos años en una gran consultora especializada en estos muy precisos temas avalaron su contratación.

Estimo que Él pudiera haber sido el mentor de la estructura del plan de saneamiento y por ese motivo también Él fue el evaluador del EIA. 

En las 23 carillas de texto con mis observaciones que hube de dejar en sus manos, había una frase en la página 11 que precisamente había sido redactada por Él y muy bien recordaba.

Refiriendo de sus dificultades para evaluar la “carga másica” y de las dificultades para enfrentar el cinismo de los lavados de manos empresarias, esta frase apuntaba lo siguiente: “No resulta racional establecer limitaciones de vertido para efluentes sobre la base de concentraciones genéricas de los parámetros contemplados, si dichos límites no están fundamentados en el efecto que produce el vertido de la sustancia contemplada, sobre el uso potencial y la calidad de las aguas del cuerpo receptor”. 

Como toda expresión humana puede ser alcanzada por metatesis de todo tipo y color, aplico esta misma expresión suya para referir de la ligereza con que se han dado a estimar que los vuelcos por emisarios al estuario son aceptables a los ojos de nuestras leyes 25688 de presupuestos mínimos sobre Régimen Ambiental de Aguas y 5965 provincial del mismo tenor.

En adición de pesados favores que mis advertencias vienen hoy a regalar, le  comenté mi último hallazgo que espero presentar en la próxima reunión de Montevideo preparatoria del encuentro de Copenhagen sobre ambiente y cambio climático.

Este hallazgo que abrió mis ojos el pasado 15 de Agosto y aparece publicado en http://www.alestuariodelplata.com.ar/frentehalino.html y 3 siguientes, señala la existencia de un formidable corrector de flujos convectivos internos, con un 70% más de velocidad que los flujos en descenso, bien resguardado en el escalón de la Barra del Indio y el Frente Marítimo; que arrastrando la enorme energía amasada en Sanborombón y cruzando a 90° el eje virtual de las muy superficialmente estimadas entradas y salidas de flujos estuariales, termina barriendo las costas Este y Oeste de Montevideo.

Por ello considero de la mayor importancia que las autoridades nacionales en Administración y Justicia tomen nota de estas circunstancias denunciadas para evitar ser sorprendidas por esta novedad que va mucho más allá de los contrastes que suelen conocer las gestiones oficiales.

La trascendencia internacional de estos efluentes sin tratamiento arrojados al estuario en cantidades inefables alcanzará sin la menor duda los umbrales de tribunales internacionales.

Finalmente quisiera dejar bien sentado mi aprecio a la estructura personal del Ing Bolt, a su honestidad cabal, al peso de su vocación en Él, a su buen trato, a su tristeza actual, al mérito de sus esfuerzos;

y a pesar de estos aprecios también señalar que su cosmovisión cultural tan apropiada a un Hombre de su calibre, dista de reconocer las dificultades para fluir en un medio cultural como el nuestro, donde las más irresponsables respuestas pueden sostener por siglos la necesaria contribución empresaria demorada.

Por este motivo, entre muchos otros, le confesé mi opinión de que este plan de saneamiento estaba llamado al fracaso más elemental por falta de discernimiento de la materia "flujos" respecto de las materias "polución" y "contaminación"; y hoy referidas estas en términos de "carga másica" con pretenciosas, -por no llamar absurdas- modelaciones matemáticas ciegas a las monumentales disociaciones térmicas, hidroquímicas y advectivas que les pesan.

Disociaciones que volverían loco a cualquiera que intentara realizar trabajo de campo en estas materias, explican el intento de refugio en extrapolaciones matemáticas de corte mecanicista no menos ciego, demorando todo otro discernimiento que descubriera cómo han venido  soslayando la insustentabilidad del área endorreica que hoy identifica al que una vez fuera “curso” de "agua".

Al no separar estas materias que permitirían diagnósticos, no sólo mucho más afinados, sino mucho más sinceros; al no considerar la historia de la pérdida de los flujos de salida; muy alejados se descubren de acercar comprensión a estas materias fundantes de arranque de cualquier tipo de sustentabilidad que quieran mentar.

La primera materia, esta de los flujos, debe dar un paso mayor en el plano del conocimiento adoptando herramientas de termodinámica para estudiar flujos convectivos internos y externos en las aguas donde tenemos que actuar. Ya sea en las aguas interiores tributarias o en las del cuerpo mayor receptor.

Este cambio de mirada provocará sin embargo, mucho más allá de un gran pesar, una desestructuración nuclear en el alma de todos los ingenieros hidráulicos, físicos en dinámica costera y sedimentólogos. Pero no hay otra salida si se quiere mirar con atención las energías que mueven los flujos en las grandes planicies tributarias y estuariales.

Las segundas materias, aquellas de la polución y la contaminación que hoy todo se ha englobado con el ligero pretexto de modelar la carga másica sin correlato alguno de infernal trabajo de campo, tendrán que aceptar que un problema vital natural 223 años velado y una laxitud cultural en extremo extendida no se revierten en un centenar de años.

Para el Ing Bolt, tener que aceptar este patrón cultural reflejado incluso en la veleta de los vientos de la política y por ende en las mismas autoridades, significará su partida.

Aquellos que permanezcan buscando soluciones a los atolladeros de gestión que a nadie escapan, reconociendo el problema de flujos de salida de nuestros tributarios y reconociendo el insustituible valor y función de los flujos convectivos internos y externos que operan en nuestras riberas, -en algún momento-, desde mínima gradual incorporación en conciencia de esta novedad, alcanzarán libertad y entusiasmo para desde estas nuevas perspectivas construir la gradual sustentabilidad de cada uno de los proyectos y el orden de las decisiones a tomar.

Vinculados a una dinámica de flujos convectivos internos y externos que hoy con mecánica de fluidos soslayamos, tenemos la posibilidad de comenzar a mirar esta cuestión, antes que nadie. A pesar de la tarea infernal que nos espera, ese al menos será nuestro consuelo.

Francisco Javier de Amorrortu, 31 de Agosto del 2009