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Hace dos años apuntaba:

Este epígrafe me llamó después de dos años la atención:

"El despegue de la capa límite costera", expresión que Jaime, Menéndez y Natale regalan al pie de la figura 2.2.5 del "Modelo Hidrodinámico del Río de la Plata 2000", acusa así una mirada estrictamente hidrodinámica.

Que luego rematan señalando que "ese despegue se debe exclusivamente a las condiciones topográficas de fondo". Allí está el banco Piedras dando testimonio de que las condiciones topográficas de fondo se gestaron por desencuentros advectivos provocados por capa límite térmica e hidroquímica; que desde cosmovisión mecanicista, haciendo mención a capa límite costera, es imposible llegar a considerar.

Ver los vectores de flujo encerrados en los círculos rojos. Considerar su energías relativas y proyectar la resultante de esos desencuentros es tarea sencilla para cualquiera que mire estas batimetrías que siguen

Pero aún mucho más interesante es advertir la diferencia de 1 nudo/h en la velocidad de los flujos que ascienden por la franja costera Sur, indicando la energía convectiva interna que asiste a ese corredor de flujos que sólo en un 60% lograría ser atribuído a las mareas.

Pero aún mucho más interesante es advertir la diferencia de 1 nudo/h en la velocidad de los flujos que ascienden por la franja costera Sur, indicando la energía convectiva interna que asiste a ese corredor de flujos que sólo en un 60% lograría ser atribuído a las mareas.

Ese corredor convectivo natural interno conserva memoria que va mucho más allá de la hipersincronicidad mareal que le reconocemos a la deriva litoral.

Y el abrupto escalón de 5 a 7 mts en el perfil de fondo entre la Barra del Indio y el Frente Marítimo hasta permite imaginar un sobrecruce a 90° de los flujos en descenso sin que este corredor pierda su energía y su advección marchando por debajo de los anteriores; y en adición, disociado por capa límite térmica e hidroquímica de estos.

Tengo la sospecha de que cualquier imaginación se queda corta respecto de lo que allí sucede. Pero desde cualquier punto de vista es insostenible seguir expresando que los flujos mareales marchan como lo indican todos los estudios hasta la fecha.

Este modelo de flujo de energía que sigue no lograría estar más despistado. Nada de lo que allí dicen sucede en Punta Piedras, ni responde a realidad alguna otra que fruto de una muy primaria extrapolación.

Gráfico tomado de EL AMBIENTE FISICO DEL RIO DE LA PLATA de Gustavo Nagy, Carlos M. Martínez, Ruben M. Caffera, Gonzalo Pedrosa, Ernesto A. Forbes, Ana C. Perdomo y Jorge López Laborde.

 

Batimetrías

Textos e imágenes tomadas de trabajos de ecoplata y freplata publicados en la web

Las resoluciones no podrían ser más pobres; y a pesar que sus esfuerzos no lo hayan sido, una buena imagen satelital los hubiera conducido a conclusiones de alerta extrema respecto de sus costas uruguayas.

 

 

 

 

Los siguientes gráficos fueron tomados de EL AMBIENTE FISICO DEL RIO DE LA PLATA de Gustavo Nagy, Carlos M. Martínez, Ruben M. Caffera, Gonzalo Pedrosa, Ernesto A. Forbes, Ana C. Perdomo y Jorge López Laborde.

Me resultaron útiles en su momento para abrir cosmovisión; pero hoy debo reconocer que me sorprenden por la pobreza y la falta de imágenes concretas que les hubieran ahorrado, aún en baja resolución, el esfuerzo que seguramente han hecho para modelar hipótesis tan erradas y veladoras de la dinámica que se desarrolla en la Barra del Indio y en el frente halino. En ese escalón se regalan las mayores sorpresas en materia de flujos convectivos naturales internos

El vórtice estuarial de Punta Piedras encierra los más puntuales desafíos a los catecismos mecanicistas que al parecer no hablan sino de capa límite costera, cuando de hecho allí se regalan las más extraordinarias erosiones por obra y gracia de las únicas convecciones naturales externas de todo el estuario; sin presencia alguna de convección natural interna que es propia de la deriva litoral.

Y en adición, frente a sus narices pasa el corredor de energía convectiva natural interna más poderoso del estuario: el que brota de Samborombón y recorre por deriva litoral toda la bahía cargándose de extraordinarias energías para luego cruzar con una velocidad sin par, la boca del estuario.

Ver este gráfico que sigue, con aún mayores simplificaciones que el anterior. Por ello, atravesé ese par de líneas rojas para llamar la atención de ese error. Es imposible al día de hoy, contando con preciosas imágenes satelitales, seguir sosteniendo estas extrapolaciones mecanicistas que no imaginan las maravillas que tejen los procesos convectivos naturales internos y externos, pues sus laboratorios no dan para considerarlos con atención alguna. Siguen pensando en olas, vientos, mareas y flujos laminares en descenso como las energías directrices de todos los flujos. Apreciando ningunear los flujos transversales y verticales que son muy complicados a modelar.

Al menos en este gráfico que sigue han dado escala apropiada a dos formidables núcleos de energía que no podrían manifestar su dinámica sino en términos de transferencias convectivas naturales internas. Que en este caso vienen adicionalmente estimuladas por las convecciones naturales externas que suceden inmediatamente al Norte del vórtice, libres de todo compromiso con deriva litoral alguna.

Este lugar, por el perfil de fondo del escalón; por la forma del banco Piedras; por las capas límites térmicas e hidroquímicas de las aguas que allí concurren; por las diferencias de velocidad de las aguas que suben de la bahía; por la concentración de energías que todos reconocen; es el más interesante y original de todo el estuario para despabilar al más tozudo mecanicista.

Prácticamente no ha sido tocado por la mano del hombre, sino para fortalecer la concentración de energías en la bahía fruto de las desordenadas sedimentaciones que generaron los canales de salida diseñados con criterios mecanicistas a lo largo de un siglo. Este desorden sedimentario fue calificado por el Profesor Dr. Gregori Koff como "desastre geológico" en oportunidad de visitar el país para presentar el proyecto del Aliviador del Salado que fuera solicitado por el Plan Maestro. Plan al que tampoco le ahorró críticas.

Este científico es el titular del Laboratorio de Desastres Geológicos de la Academia de Ciencias de Moscú.

La Barra del Indio guarda correspondencia con la ubicación del límite de intrusión salina y el desarrollo de una capa de máxima turbiedad, -fruto de los fuertes procesos de convección externa que arrancan de esta zona única en todo el estuario en este sentido; para luego acoplarse a los de convección interna que suben de Samborombón. Los primeros generan fuerte erosión; los segundos fuertes transportes sedimentarios hasta descargar en el vórtice de encuentro del canal Oriental y el canal Marítimo por capa límite térmica disociadora. (Banco Inglés).

Aquí en Punta Piedras, la convección externa no es desprendimiento de una convección interna como es el caso de la deriva litoral que ve sus aguas partir; sino, por el contrario, se acopla a un corredor de flujos por convección natural interna, -el que sube de Samborombón- que los recibe para potenciar un sendero que los lleva en directo, guardado en el escalón que media entre la Barra del Indio y el Frente Marítimo, bien más allá de las secuencias mareales, hasta Montevideo.

Punta Piedras es el único lugar de todo el estuario que no reconoce deriva litoral. Por eso la erosión allí es formidable. Y por eso allí como en ningún otro lugar se prueba el valor extraordinario de la deriva litoral para proteger las playas y riberas.

Esta energía que nunca habría que obstaculizar, es precisamente a la que más obras le cruzan por el camino. A tal punto hemos endiosado con un catecismo de ola oblicua, nuestra ceguera.

El escalón que sigue en el perfil de fondo a la Barra del Indio se mantiene limpio de ldepósitos sedimentarios, en función los flujos verticales que lo recorren.

Y el propio frente halino que debería en función térmica e hidroquímica capturarlos, tampoco parece ocuparse demasiado en eso, sino en apurar transporte hasta el banco de Arquímides al O y el banco Inglés al E de su dinámica traza.

Las energías de estos trayectos las aporta Sanborombón. Cruzan el estuario en dirección NE y descargan en la capa límite térmica de las mareas que recién enfrentan, repito, en el vórtice de encuentro del canal Oriental y el canal Marítimo.

El cruce estuarial de estas energías primero se orienta al Este de Montevideo; alcanzando el pico mareal ya está orientado al Oeste de Montevideo; y al promediar la marea vuelve al Este antes de desaparecer encubierto por las aguas superficiales en descenso.

No sabemos cuántas horas diarias la formidable energía de la franja costera Sur de Sanborombón hace su paso por Punta Piedras al descubierto; que a poco de dejar atrás esta Punta suma la de aquellos flujos convectivos externos que pasan por ella buscando su descenso.

Acoplados a los de Samborombon, cambian su segmento de flujo transversal a vertical; su destino en 90° y su entropía conociendo nuevo reseteo.

Pero como dijimos al comiento de este hipertexto, este corredor convectivo natural interno conserva memoria determinante que supera la hipersincronicidad mareal que acreditamos a la deriva litoral.

Y el abrupto escalón de 4 a 7 mts en el perfil de fondo entre la Barra del Indio y el Frente Marítimo permite imaginar el sobrecruce a 90° de los flujos en descenso para ser atrapados por él; realimentando los gradientes apropiados de su energía convectiva interna y resolviendo disociaciones térmicas e hidroquímicas con los anteriores.

Tanta es la energía de este corredor, que en lugar de verse sometido a quitas convectivas externas, se apropia de todo lo que se le cruza en el camino, resaltando su advección determinante que conserva limpio y firme el frente halino.

La Barra del Indio y el Frente Marítimo, por los perfiles de fondo; por los flujos verticales que la recorren; por estar sujeta al continuo vaivén de las mareas, los flujos en descenso y las mayúsculas energías en ascenso desde Samborómbón; por cargar todo tipo de capa límite térmica, sin olvidar la hidroquímica del frente halino y su mayor aptitud a flocular cargas sedimentarias; por los resguardos naturales que las propias disociaciones regalan a estos corredores de flujo y por muchas materias que aún desconocemos, es muy difícil imaginarla receptora temporaria de sedimentos y fuente de aporte por remoción del sustrato, tal como el valioso Guillermo Parker lo señala en sus hipótesis.

Sospechas bien válidas, pero muy difíciles de considerar pues aún ni saben cómo superarán las ataduras que le regalan los medioevales catecismos mecanicistas a la sedimentología; ni tienen las herramientas para trabajo de campo, ni cabida a modelizar en laboratorio obsoleto.

Los destinos sedimentarios, sin embargo, siempre regalan la oportunidad de iluminar con sencillez cualquier sospecha.

Francisco Javier de Amorrortu, 18/8/09