. índice . Prefacio . Preface . . aguas . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . contamina 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . holocausto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . . lineas 1 . 2 . 3 . 4 . . hidrotermias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . nuevas 1 . 2 . 3 . . Reconquista 1 . 2 . . hidrogeo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . esbozos 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . corredorcentral 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . cordones 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . epiola 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . deriva 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . . archivo 1 . 2 . 3 . 4 . . Halcrow 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . frentehalino 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . emicampanaoculto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . Costa del Plata 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Costa del oro 1 . 2 . . IRSA 1 . 2 . 3 . 4 . . flujos . . segmentos . . pendientes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . delta 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . propuesta . 1 . 2 . . correconvectivo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . plataforma 1 . 2 . . termodinamica 1 . 2 . 3 . . Sagoff . . ABL 1 . 2 . . congreso . . girh . . Acumar 1 . 2 . 3 . 4 . . evaluacion 1 . 2 . . BocaRiachuelo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . . StoDomingo . . urgenciasatadas 1 . 2 . . inundabaires 1 . 2 . 3 . 4 . . sinsustento 1 . 2 . . emisarios 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . UAG 1 . 2 . 3 . 4 . . áreas nuevas 1 . 2 . 3 . . acreencias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . audiencia 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . Valls 1 . 2 . . contrastes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . convexterna . . playas 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . . Plan Maestro 1 . 2 . 3 . . Parque Norte . 1 . 2 . . ribera . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . jurisdiccion 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . . CSJNpisamr 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . zonas muertas . . Bermejo 1 . 2 . . Pilcomayo . . Uruguay 1 . 2 . . Parana . . Areco 1 . 2 . . Salado . . Samborombon . . PuntaPiedras . . Tuyú . . PuntaRasa 1 . 2 . . PuntaMedanos . . Mar Chiquita 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . Mar del Plata 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . Necochea . . Colonia . . MartinGarcia 1 . 2 . 3 . . montesdelplata . . Puertos 1 . 2 . . formula1 . . disocio 1 . 2 . . senderos . . bajante . . . . oceano 1 . 2 . . hidrolinea 1 . 2 . 3 . . sustentable. 1 . 2 . . agua 1 . 2 . 3 . . hielo1300 . . antarticflows . . antarticmelts . . derrame . . luna 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Trinidad . . prospectivas . 1 . 2 . 3 . 4 . . index .

Ojo mecánico, ojo convectivo;

mirando dinámicas de antiguas interfaces atlánticas estuariales; contrastando dinámicas sedimentarias pleistocénica y holocénica; conformadoras, tanto de la gran planicie deprimida, como de algunos interesantes relieves; en especial, los una vez sumergidos del Pleistoceno medio y superior y hoy llamados paleopuntas; y los aún sumergidos bancos alineados que le siguieron, en el litoral atlántico

Aprovecho para ello, el soporte de trabajo de campo y las deducciones del equipo firmante del siguiente trabajo, para contrastar observaciones que apuntan a dinámicas de salida en las progresivas interfaces atlánticas que fueron reconociendo las aguas al Sur de la cuenca del Salado, las del Salado mismo con apoyo pleistoceno en el cordón o paleopunta de Villa Gesell y las que fluían al Norte de ésta, con apoyo en el cordón de Pipinas, que aquí llaman paleopunta Punta Piedras.

Mis textos van en itálica. Francisco Javier de Amorrortu.

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1851-49792008000200003

Secuencias Depositacionales del Plioceno-Cuaternario en la Plataforma Submarina adyacente al Litoral del Este Bonaerense

Gerardo Parker†, Roberto A. Violante, C. Marcelo Paterlini, Irundo P. Costa, Susana I. Marcolini y José L. Cavallotto

La región de estudio está emplazada en la Provincia Geológica Cuenca del Salado, de la cual abarca un sector de su parte central y bordes hasta casi alcanzar los límites noreste (Cratón del Río de la Plata) y suroeste (Alto de Tandilia) en los que aflora el basamento Precámbrico-Paleozoico del Escudo de Brasilia.

Su sustrato está integrado por metamorfitas precámbricas y rocas efusivas básicas del Jurásico superior-Cretácico inferior sobre el cual se desarrolla un paquete de hasta 6.000 m de espesor constituido por sedimentitas del Cretácico medio, Terciario y Cuaternario de carácter continental y marino en el ámbito continental, que gradan a totalmente marinos hacia el ámbito de la plataforma (p.e., Tavella y Wright, 1996). La cuenca ha estado sujeta a subsidencia tectónica decreciente hacia el Terciario y Cuaternario, razón por la cual en este último período las variaciones glacioeustáticas del nivel del mar imprimieron sus rasgos propios y particulares.

La secuencia estratigráfica del Neogeno está integrada por tres unidades mayores que de abajo hacia arriba son: Mioceno-Plioceno, Plio-Pleistoceno y Holoceno.

Mioceno-Plioceno: está constituida por dos subunidades de amplia extensión regional que exceden el ámbito litoral y cubren gran parte de las llanuras del este argentino; la inferior, de edad Mioceno, es un paquete arcilloso resultante de una transgresión marina de gran magnitud que invadió no solamente la cuenca del Salado sino también la cuenca Chaco-Paranense que llega hasta el sur de Paraguay (Camacho, 1967; Russo et al., 1979; Aceñolaza y Aceñolaza, 2000);

la superior, de edad Plioceno, depositada durante la subsiguiente fase de nivel del mar bajo, está integrada por sedimentos arenosos de ambiente fluvial (Santa Cruz, 1972; Russo et al., 1979) que adquieren en el noreste de la Provincia de Buenos Aires y sur de Entre Ríos un carácter deltaico para pasar a marinos hacia la plataforma continental (Yrigoyen, 1975, 1999; Parker et al., 1994; Violante, 2006).

Plio-Pleistoceno: esta unidad está formada por sedimentos marinos en la plataforma que gradan a depósitos loessicos continentales hacia el continente adyacente. Los sedimentos marinos constituyen una secuencia de cuatro unidades sismoestratigráficas o secuencias depositacionales limitadas por discordancias, cuyos depósitos marginales, formados por sedimentos de ambientes litorales, se encuentran en algunos de los casos en el subsuelo de las llanuras costeras adyacentes.

Esta disposición señala una diferencia sustancial con respecto a los sedimentos marinos del Mioceno, los cuales se extendieron muy hacia el interior del continente; mientras que las transgresiones plio-pleistocenas no avanzaron mucho más allá de las actuales llanuras costeras.

Los antiguos cordones OSO-ENE de Pipinas y O-E de Villa Gesell superan los 25 Km de longitud y hoy rondan los 12 m de altura a pesar de que sus crestas cuspidadas de no menos de 3 m de altura hace tiempo desaparecieron. La diferencia con los suelos del entorno ronda los 5 m; y el ancho del cordón es muy superior a los de aquellos formados en el Holoceno, indicando sistemas de salidas de muy grandes energías, lo que habla no sólo de sólo del nivel del mar que necesariamente cubrió estos cordones en tanto los formaba; sino de las grandes energías convectivas, que el sol a esas planicies inundadas y a sus propios sedimentos suspendidos, transformaba en formidables baterías convectivas para asistir derivas de plataforma, y no simples derivas litorales.

Estos procesos jamás fueron considerados, ni por la geología, ni por la sedimentología. Y estudiar ecosistemas de planicie extrema, sin enlaces y desenlaces termodinámicos e hidroquímicos, es lo mismo que remplazar los misterios de la fecundidad solar por la primaria, sencilla, mensurable y extrapolable resolución de un empujón; llámese energía gravitacional, ola oblicua o tormenta sudestada.

Cabe recordar que Gerardo Parker en su Geología marina entre Pinamar y Mar de Ajó (1979) menciona una única ingresión ocurrida en las postrimerías del Pampiano.

Cortelezzi (1969) menciona en los alrededores de La Plata dataciones de conchillas tomadas en el borde superior de la terraza alta y en el superior de la baja en el sentido de Frenguelli (1950) que atribuye al Belgranense 35.700 a. AP y al Querandinense 3.500 a.AP.

Conchillas asimilables al Belgranense de 30.000 a.AP también son mencionadas por el mismo autor para el banco de Coquinas explotado para la fabricación de cemento de Pipinas.

Estas dataciones corresponden a niveles marinos superpuestos a sedimentos típicamente Pampianos continentales o intercalados en su parte superior y ubicados en niveles topográficamente más altos que los correspondientes a la última transgresión marina.

La edad absoluta corresponde a la parte alta del Pleistoceno superior y sus características litológicas presentan mayor afinidad con los sedimentos del Pampiano, que con las ingresiones marinas posteriores.

Fidalgo ubica una lengua de la Formación Pascuas en la parte superior de la formación Pampiano, que sin dar mayores detalles de su disposición la asigna al Pleistoceno medio a superior.

Arcillas pardas con conchillas y arcillas rojas con tosca superpuestas cuyas características litológicas, posición estratigráfica y Facies, las hacen correlacionables, tanto con la Formación Pascuas como con las conchillas de Pipinas y La Plata atribuídas por Cortelezzi al piso Belgranense. Aunque la posición estructural que mantienen en el área que abarca el presente trabajo es muy distinta a las de las otras localidades mencionadas.

En Punta Médanos está estructuralmente por debajo de las últimas transgresiones, mientras que en La Plata y Pipinas por encima.

Advierten que resulta probable la existencia de fallas que afecten a sedimentos del Pleistoceno superior hasta aprox. los 30.000 a.AP.

Tales fallas o reactivaciones responderían a acontecimientos tectónicos ubicados en el Pleistoceno superior, siendo anteriores a la culminación de la transgresión Holocena.

Por mi parte no advierto falla alguna, sino cordones litorales muy antiguos respondiendo a grandes energías y suavemente curvados hacia el Norte, como es usual en respuesta a las derivas y no así a las fallas.

Parker (1979) en sus Conclusiones identifica, infiere y señala:

1º . Identifica en el área 4 ingresiones marinas. Tres inferiores pleistocenas que hacia el Oeste entraman con sedimentos Pampianos en sentido amplio y una última ubicada en una terraza labrada en esos sedimentos de edad holocena.

2º . Infiere con otros, la existencia de una falla que afecta a sedimentos del Pampiano, determinante de la distribución areal de los dos últimos ciclos sedimentarios marinos del cuaternario superior, restando valor a todas aquellas correlaciones de niveles interpampianos en base a su posición topográfica.

3º . Señala que la evolución geológica del área puede ser dividida en dos etapas desde el punto de vista paleogeofráfico, separadas por la discordancia ubicada en el techo de la Formación Pozo Nº 10. Una más antigua de costas abiertas al mar o sedimentación preferentemente de color castaño y otra posterior más moderna con la formación de barreras litorales, de continuo crecimiento al Norte y desarrollo de albúferas al abrigo de éstas.

A esos "niveles marinos superpuestos a sedimentos típicamente Pampianos continentales o intercalados en su parte superior y ubicados en niveles topográficamente más altos que los correspondientes a la última transgresión marina".

A esos niveles marinos quisiera por mi parte referenciar, tanto la paleopunta Villa Gesell, como la Punta Piedras. No así la de Médanos que es muy posterior. A pesar de haber perdido sus bordes cuspidados, sus perfiles sustancialmente más elevados necesariamente hablan de una altura de mar por encima de los 10 m.

El tiempo que toma a Natura bordar un cordón litoral de salida va en función de la energía convectiva en juego, la carga transportada -que paradojalmente en ella viene acumulada esa energía-, la calidad del enlace con la deriva litoral en la interfaz y la contrastada capa límite térmica que provoca la deposición. De sus variables depende la dimensión de la tarea bordada.

Al norte de esa localidad, entre Punta Piedras y Pipinas, esta unidad se caracteriza por depósitos expresados morfológicamente por cordones litorales y litológicamente por conchillas y rodados de tosca, muy cementados, suprayaciendo a facies estuáricas.

La transgresión que permitió el bordado de esos dos cordones pleistocenos que señalo, reclaman algo más que los 6 a 8 m que apuntan en la tabla que sigue. Ya refieran al cordón de Pipinas o al de Villa Gesell.

El no registrar huellas de esa altura para esa transgresión, tal vez responda al hecho de las extremas regresiones que siguieron y borraron.

El gráfico que sigue en ningún momento plantea la salida del sistema del Salado por el Sur con apoyo en el cordón o paleopunta de Villa Gesell.

Reitero que para este que sucribe, esas paleopuntas no son sino cordones litorales asistiendo el arranque de derivas de plataforma, que por su altura y ancho fueron generados por sistemas de bastante mayores energías a las que operaron formación de cordones en el Holoceno.

Incluso algunos se darán a pensar, que una vez emergidos pudieron haberse transfomado en barreras litorales. Lo que me sorprendería, porque la consolidación que alcanzaron esos paleosuelos reclamaría de posteriores inmersiones, que nunca a mi entender, sus lomos conocieron en tiempos holocenos.

Otras opiniones surgen de este gráfico del Dr Violante. Los textos en itálica inscriptos dentro del gráfico son de mi autoría.

De todas maneras, si bien la mirada a estos dos cordones es base de arranque para diferenciar sistemas y cuencas, no es beneficiosa por la economía extrema, que no invita precisamente a imaginar la complejidad de los sistemas estuariales de estas salidas atlánticas de tan importantes cuencas, asistiendo la formación de tan vasta planicie deprimida, en tan extendidos tiempos y etapas de consolidación.

La cantidad de bocas de entrada a los bancos alineados apunta a referir mejor de esa riqueza. Graficar las transiciones entre salidas estuariales directas e indirectas a través de lagunas protegidas por barreras litorales, es arte que escapa al ojo mecánico. Si ejercitáramos ese arte no permitiríamos las barbaridades que hoy luce la salida de Mar Chiquita.

Derivas litorales que devienen de plataforma las tenemos hoy en Punta Rasa, en Punta Médanos y en los destinos de todos los aquí llamados "bancos alineados".

El corredor de cruce que se desprende de Punta Indio marcha por la Barra del Indio acompañado por lo menos, por otros tres corredores adicionales apareados y disociados, haciendo el cruce a Montevideo a lo largo del Frente Marítimo en isobatas de 5 a 10 m. Nada los detiene en su largo camino de más de 600 Kms al NNE.

Por cierto, con boyitas de superficie es inútil estudiar estos sistemas "turbulentos verticales para los mecanicistas"; convectivos internos positivos en ecologías ecosistémicas, que van rebotando en el fondo y sólo emergen floraciones cuando los gradientes otoñales en superficie le son propicios. Ver gráficos de estos cruces por /frente halino8.html

La gran energía convectiva que marchaba hacia el Norte orillando la bahía en formación, al enfrentarse con los corredores bonaerenses hacia el Sur, perdía su condición litoral para transformarse en deriva de cruce a Montevideo, luego a Punta del Este y luego al cono de deposición sedimentaria en el talud oceánico a la altura del Chuy.

De aquí la cercanía geológica que la cuenca descubre en Punta Indio y en Punta del Este. Función dinámica de cruce por Barra del Indio, que no recuerdo haya sido mencionada por estudiosos de las dinámicas estauriales; ni antiguas, ni presentes. Ver efecto Alflora

En ese punto de desencuentro de derivas litorales no sólo se manfiesta el cordón pleistoceno de Pipinas, sino el más reciente banco del Codillo.

Holoceno: cubre al paquete anterior en la mayor parte del área, y está formada en la plataforma continental por sedimentos arenosos relicto de antiguos sistemas costeros hoy sumergidos que gradan a depósitos de barreras litorales, marismas y playas hacia la actual línea de costa y a otros de ambiente estuárico-deltaico hacia el Río de la Plata (Fray y Ewing, 1963; Urien, 1967, 1972; Urien y Ewing, 1974; Parker, 1990; Violante et al., 1992; Parker y Violante, 1993; Cavallotto, 1996; Violante y Parker, 2000, 2004; Cavallotto et al., 2004, 2005; Cavallotto y Violante, 2005).

A esa expresión "que gradan hacia", apuntaremos nuestra atención. Y no sólo a los mantos sedimentarios, sino también a los desvíos en el Sistema del Salado torciendo sus rumbos en dirección Este; para concluir generando, mediante un cordón litoral con dirección O-E, una divisoria de salidas de aguas al Atlántico, que en los últimos 25 Km antes de alcanzar la línea de la costa, ha dejado el perfil de sus huellas grabado con tal originalidad direccional, que hoy aparece calificado como paleopunta Villa Gesell, viniendo sugerido como relicto de una eventual falla.

No he escuchado que hayan apuntado fuera un antiguo cordón litoral asistiendo una fuerte deriva de plataforma concluído hace unos 35.000 a 30.000 años atrás, pero reconociendo su iniciación hace al menos 125.000 años atrás, tal como lo alcanza a suscitar con timidez unas débiles líneas apuntadas en el gráfico de Violante;

. . . . . . . .

Violante, 2005) reconociendo arcillas pardas con conchillas y arcillas rojas litológicas, posición estratigráfica y Facies, las hacen correlacionables, tanto con la Formación Pascuas como con las conchillas de Pipinas y La Plata atribuídas por Cortelezzi al piso Belgranense. Parker las señala propias de una única ingresión ocurrida en las postrimerías del Pampiano.

Formación a la que llaman "barrera pleistocena" y a la que, éste que suscribe, por su consolidación, orientación y ligera curvatura al Norte, antes que una barrera aprecia otorgarle el carácter de cordón litoral sumergido y punto de arranque de una fuerte deriva de plataforma, que por capa límite térmica fue bordando su cuspidado hoy desaparecido y que una vez emergido nunca más volvió a ser superado por las ingresiones holocenas.

De haber sido cordón en lugar de barrera, deberíamos estimar una transgresión de 4 m mínimos adicionales a los valores de 6 a 8 m estimados.

Hemos dedicado a esta paleopunta el hipertexto: /marchiquita2.html

En el gráfico de 1966que sigue, referido a 14.000 años atrás, López Laborde parece no advertir que el cordón o paleopunta de Punta Piedras hacía 125.000 años que estaba desarrollado algo más al NE.

Por el contrario advierte que los flujos de la costa bonaerense del río de la Plata interior, cruzaban por la Barra del Indio hacia Montevideo.

A su vez apunta la dirección de la paleopunta Villa Gesell y el curso de agua que por allí pasaba, directamente al cañón Mar del Plata. Aparte de la analogía direccional, nada advierto que de soporte a esta inferencia.

Estimo que para esos tiempos ya estan bordados los cordones o bancos alineados.

En esos tiempos pleistocenos en que las dinámicas del Salado marchaban por la pampa deprimida hacia el Sur y salían al Atlántico por el consistente cordón pleistoceno de Villa Gesell, para de inmediato proyectarse como deriva de plataforma hacia el NNE, tuvieron los sedimentos litorales 100.000 años de oportunidades para ir bordando nuevos soportes de suelo hasta más allá de Punta Médanos.

Sobre esas acreencias acepta mi imaginario otras respuestas más lábiles en tiempos holocenos. Estos sedimentos de las antiguas salidas del Salado tributaban al Atlántico por deriva litoral al Norte, pero pronto se encontraban cambiando de rumbo al Sur, para transitar los cordones de los llamados bancos alineados; comienzo de otra respuesta de deriva de plataforma, provocada por derivas encontradas.

En esa larga docena de corredores, en esos llamados bancos alineados, quedó grabada la memoria convectiva de sus tránsitos. Aguas dulces disociadas, reitero, que por capa límite sumaban esos perfiles en la plataforma. Tránsitos que después de una amplia curva de 180º volvían a tomar la dirección NE de la antigua deriva de plataforma pleistocena.

Otras situaciones eran las que en tiempos pleistocenos planteaban las marismas en sus diarias transgresiones de hasta 90 Km al Norte, que hoy mismo se muestran en planicies deprimidas como las del sistema del Tuyú.

Los transportes de löss fluvial del Salado, que con buen sol y por obligado gradiente marchaban hacia el Sur, habrán reconocido diariamente la pérdida de sus cargas al enfrentarse con las marismas. Pero cuando lograban conformar uno o varios corredores en razón de las energías convectivas que cargaban, fueron superando gradualmente ese primer frente de marismas.

De todas maneras esos enfrentamientos a 90 Km de la ribera y la oferta de suaves gradientes térmicos hacia el Este, una y otra vez obligaron e invitaron al Salado a desviarse unos 30 Km al Este antes de volver a rumbear al Sur.

. . . . .

Ya pasando al otro extremo de la bahía en formación, la Formación Pascua que dibuja Violante en el extremo superior izquierdo de su gráfico para los 125.000 años, habla de una organización de suelo en forma de cordón litoral que debió estar asistido ya en aquellos tiempos por un importante sistema de flujos del sistema del Paraná, de los numerosos tributarios del Oeste bonaerense que salían al antiguo estuario, del río Samborombón; todos ellos llamados a un cambio del rumbo SE que llevaban, tras reconocer el veril Norte del perfil sumergido que hoy llamamos cordón de Pipinas;

y del sistema del Salado por el otro lado del mismo perfil, que por deriva litoral al N y al NE venía reconociendo la memoria grabada en el cordón de Pascua, que durante todo el pleistoceno medio y superior;

que luego en el Holoceno siguió bordándose y prolongándose hacia el Sur, ese antiguo perfil de la antigua bahía en la llamada formación del Cerro de la Gloria.

Siempre concluyendo en el formidable sistema de flujos convectivos acoplados que nutría y sigue nutriendo la deriva de plaforma que cruza hasta hoy el estuario por la Barra del Indio.

Debemos no obstante recordar que sólo la porción del sistema del Salado más cercana a este borde atlántico que entonces regalaba el cordón de Pascua, era llamada a forjar esta salida.

La mayor parte del sistema siguió por gradiente térmico, persiguiendo su marcha más al Sur. Esa tendencia operó durante no menos de 100.000 años; de formación de suelos posteriores al Pampiano.

Estos dos cordones o paleopuntas, el de Villa Gesell y el de Pipinas nos convocan a imaginar una dinámica a partir de las energías que movieron sus desarrollos; tarea que reitero, siempre fue, es y será sumergida; a menos que medie una falla que aún no ha encontrado lugar en mi imaginación.

La historia de la Pampa Deprimida es mucho más antigua y de ello hablan los miles de metros de sedimentos que cubren la placa original.

Si no apreciamos la complejidad de estos ecosistemas de planicie extrema, es inútil que pretendamos ir mucho más lejos. Las pruebas de que el ojo mecánico ha tenido oportunidad de arruinar todos los ecosistema de planicie extrema, lucen por todos lados.

El haber ignorado la deriva de plataforma de cruce por la Barra del Indio es su más cruda expresión. El enorme trabajo de Silvia Marcomini con las dos boyas francesas es cabal expresión del soporte superficial que intentan extrapolar a sistemas de fondo por los que nunca han mirado.

Vuelvo a repetir invitación. Ver gráficos de Marcomini aplicados a sacar otras conclusiones que las sugeridas por su autora. /frentehalino8.html

Allí donde se organiza un sistema convectivo, ya sea en escala macro o micro, no hay floculación, ni precipitación de esas floculaciones, sino riquísimas dinámicas horizontales con alta capacidad relativa de transporte sedimentario.

La limpieza de la Barra del Indio y del escalón en el frente Marítimo donde siempre atribuyeron grandes floculaciones, se debe a estas energías convectivas con alta capacidad de transporte. Que de hecho, cuanto más sedimentos transportan, más energías mueven. Pues son los sedimentos los que ofician de baterías convectivas.

Eso es lo que hace que tras el encuentro en Manaus, el río Negro se mueva con mayor lentirud que el Solimoes que no quiere entregar sus baterías a un rio de aguas transparentes. Todos los criterios de picnalidad aquí se derrumban. El sedimento no es materia estática en estos sistemas, sino su motor

La imagen que sigue muestra esas delicadas, ordenadas y espontáneas generaciones convectivas en planicie del Luján inundada frente a Zelaya

Lo que está claro en estas divergencias completas de cosmovisión, es que mientras este que suscribe mira por sistemas convectivos, los discípulos de Newton siguen mordiendo el hueso de las analogias mecánicas.

¿Desde cuándo un mecanicista le habría de prestar atención a la fina interfaz de una deriva litoral de no más de 150 a 200 m de ancho? ¿Qué energía con ojo mecánico se descubriría en una franjita tan insignificante y en adición, con mínima profundidad, en favor o impedimento a las salidas tributarias?

Unas 30 preguntas encontradas, de las muchas que caben imaginar entre un mecanicista y un hereje hortelano, fueron presentadas por escrito al moderador de una de las conferencias de cierre del último Congreso Internacional de Ingeniería Argentina 2010, con toda la intención de mostrar en su mismo seno que no era de la cofradía.

Aún sigo esperando la respuesta a la confesión de Gustavo Villa Uría de por qué las obranzas de rectificación de 27 Km del Riachuelo habían fracasado en su propósito. 100 años después de obradas aún no descubrieron la ceguera del ojo mecánico. /congreso.html

Ver trabajos sobre Fenomenología termodinámica estuarial presentados al CII 2010 por http://www.alestuariodelplata.com.ar/convec2.html

Por mirar y opinar distinto me llega un día esta advertencia de un ilustre profesor en dinámica costera, muy respetado, con muchos más años transitados montado en otro burro, y muy querido.

Estimado Javier

Usted es un descreído, ...Todo el mundo sabe que algo pasa entre el viento y las olas, ... y Usted lo quiere ignorar? ... Pues hace bien, … es detestable estar de acuerdo en todo ... un verdadero espanto. J.O.C.B.

Detrás de las barreras regresivas se desarrollaron ambientes protegidos tales como playas interiores, lagunas costeras y albuferas, que dieron origen a la proto-bahía Samborombón en el norte y a la proto-laguna Mar Chiquita en el sur (figura 1.A).

Ninguna barrera regresiva parece haber dado origen a la protobahía de Samborombón. En un gráfico de Violante de 125.000 años que a poco veremos, el desarrollo litoral en las cercanías de Punta Piedras ya habría comenzado a manifestarse cercano al actual. Comparto opinión con los que acreditan Fm Pascua a ese desarrollo.

La Formación Pascua no era una barrera regresiva, sino un cordón activo por más de 100.000 años, que un día emergió. Pero antes de emerger, ya marcaba, repito, los perfiles pleistocenos de la antigua bahía. El régimen de vientos, allí no da para formar barreras. Pero las energías convectivas que por allí salían, dan para formar sólidos cordones sumergidos.

Otro tanto advierto para la llamada paleopunta Villa Gesell, que reitero, a mi entender es un importante cordón litoral pleistoceno de dirección O-E ligeramente curvado hacia el Norte, alcanzando a expresar la dinámica de la formidable deriva de plataforma que de allí arrancaba con dirección NNE y que durante más de 100.000 años forjó el soporte de suelo de la Punta Médanos.

Muy distinto es el caso de los cordones holocenos que siempre respondieron a deriva litoral. Esos cordones que en el último par de milenios los vientos elevaron. Ello fue fruto de sucesivos cordones litorales paralelos con dirección N y ligera curva al NO, que allí sumergidos se bordaron y un día bajando las aguas emergieron para ponerse a disposición del viento.

La protolaguna Mar Chiquita respondiendo a esas barreras, presenta un nivel de energías operantes con apreciables diferencias, que arrancando de la sierras con energías gravitacionales a poco van mudando a convectivas. Las primeras tienen capacidad erosiva, pero no son virtuosas en el transporte. Aunque ya pasamos a otros territorios, algo parecido pasa con la condición humana.

La boca de este sistema de salida por mediación de laguna que eligieron las cuencas al OSO de Villa Gesell, ha sido en tiempos bien cercanos, mutilada en sus energías y dinámica con la traza sarcofágica del canal 5; para terminar siendo rematada con esperpénticas obranzas en su frustrante salida al mar. Ver /marchiquita.html

Estos sistemas de salidas oceánicas mediados por lagunas son la respuesta natural a la protección de un sistema frente al régimen de mareas. Allí concentra sin interferencias mareales sus energías para mantener activa su salida las 24 hs del día, merced al natural cordón litoral de sabia orientación, que ella misma borda para proteger su salida.

Pero así como el cuidado que cabe a estas salidas es de delicadeza extrema y en cosmovisión termodinámica esta materia, aunque la digan turbulenta se resuelve sin violencia, en mecánica de fluídos empujan olas oblicuas y tormentas sudestadas.

Nuestros ingenieros hidráulicos, al igual que los de otras latitudes, creen que las aguas "escurren" merced a energías gravitacionales en pendientes del orden del cm x Km o incluso menores. Y así es que se dan a obrar sarcófagos pretendidamente "hidráulicos", ocupándose de arruinar todo el ecosistema de esteros, bañados, meandros dinámicos, costas blandas y bordes lábiles, para entregarnos las pruebas infaltables de sus maestrías mecánicas, extrapolando energías gravitacionales en modelos de caja negra. Y a qué hablar de las salidas tributarias resueltas a 90º como quien acopla cañerías.

La imagen que sigue muestra el canal 5 cargado de aguas ajenadas a las baterías convectivas de sus entornos, por torpes terraplenes bien desenterados de los oficios de transferencia que prestan las costas blandas y bordes lábiles. Con este ojo mecanico se ahorran de mirar el perfil transversal natural del cauce de cualquier arroyo de llanura extrema. Así les va.

Reiteraciones

A excepción del primer cuadro, todos los que siguen se ahorran de historiar las salidas del Sur y las ligeras curvas de mudanzas provocadas por los ingresos del mar y la suave y gradual invitación de los gradientes térmicos aal Este. Parte de las infinitas mudanzas que el Salado conoció a lo largo de más de 100.000 años para ir escapando de encierros que cada día crecían. Y que una vez cerrada y definitiva ya no tuvo más remedio que salir con infinitos meandros por el Este.

También se ahorran de señalar la formidable energía que siempre subió por estas planicies anegadas para cruzar por la Barra del Indio hasta bien más allá de Montevideo. Si bien de Punta Indio en más se escribe otra hitoria, ese vector marca a fuego y desde el mismo fuego solar, toda esta historia.

Vectores más importantes hace 35.000 años, contrastados en este gráfico

El cordón de dirección O-E al que llaman paleopunta Villa Gesell fue determinante de dos bocas de salida y de una importante modificación en la dinámica de los dos sistemas que se creaban como fruto de esa división.

Descuento la existencia de infinidad de pequeñas y no tan pequeñas salidas que escapaban hacia el Este, para quedar atrapadas en un vector que los llevaría al Norte antes de escapar por Punta Piedras hacia el NE.

Esas dinámicas hacia el Este se vieron muy comprometidas porque los gradientes térmicos no les favorecían. Para salir al Este debieron recurrir a interminables meandros que les compensaran esa dificultad que siempre se les negaba de frente. Por esta cuestión de los gradientes térmicos, la salida al Sur fue siempre la preferida por el ecosistema.

Sin fenomenología termodinámica no hay acceso a ecología de ecosistemas. Y sin comprensión de los delicados enlaces y gradientes, tampoco escapamos de la 2ª ley y sus nada naturales consideraciones de los procesos termodinámicos naturales.

Las cuencas al OSO de Villa Gesell con un régimen de escurrentías continentales menor y más sometida a régimen de marismas, termina desarrolando un sistema lacunar protegido por una barrera litoral, contando con una apropiada salida que hoy devino cuasi perdida;

y la del Salado al Norte apoyada en la llamada paleopunta Villa Gesell, quedando acreditada en su fuerte dinámica, por la altura y ancho de este cordón que ya oficiaba sus servicios sumergidos en el pleistoceno medio.

De allí hacia el Norte forjó la protección de salida de los varios corredores del sistema del Salado que por planicies tan extremas y deprimidas pocas huellas tras el tapiz holocénico dejaron. Corredores que han quedado grabados en los sumergidos bancos alineados del Holoceno, que he visto con pobreza discernidos en este trabajo de los discípuilos de Parker.

En tiempos querandinos esta cuenca del Salado y la del propio Tuyú gozaron hasta hace mil años de salida por Pinamar; hasta que habiendo ellas mismas bordado tantos cordones paralelos -ahora con dirección Norte y NO, con decreciente energía-, de seguido al descenso paulatino de las aguas, fueron estos cordones emergiendo para desde entonces, reitero, ocuparse de ellos el viento.

Las barreras litorales de los últimos 1500 años llevaron al encierro, y el detalle de estas penas no es lo que aprecio en este momento imaginar, pues acabó con la interzaz.

He dedicado especial atención en esos dos trabajos presentados al CII 2010, a la interfaz de salidas tributarias atendidas por cordones forjados por deriva litoral. Pero a estos de Pipinas y Villa Gesell, por su originalidad y escala de trabajo en un área litoral e interna tan poco discernida en su dinámica y tiempos tan remotos, les he tenido que esperar hasta el reciente 16 de Noviembre del 2012 en que advertí fueron forjados para asistir las dos fuertes deriva de plataforma que durante más de 100.000 años allí mismo se manifestaron.

Hoy sólo susbsiste la del corredor Alflora. La de Villa Gesell fue perdiendo energía a medida que del Salado, la boca de salida al Sur se cerraba. Allí, en lugar de un corredor de plataforma monotributista, se dieron más de una docena de corredores responsables de los llamados bancos alineados. Simples cordones que reponden a derivas de plataforma; siempre en respuesta a enfrentamiento de derivas litorales.

De la dinámica de las aguas dulces tributarias en tanto marchan litorales, tanto en tiempo de regresiones como de trangresiones, trascienden algunas resoluciones debidas a los gradientes térmicos con que resuelven sus caminos las derivas enfrentadas; y así toda esa zona al Sur de Punta Médanos que conoce esos enfrentamientos desde tiempos remotos, también reconoce la utilidad que prestan esos senderos sumergidos aquí llamados "bancos alineados", cuya morfología y dinámica responde a la memoria convectiva grabada en ellos; y de la cual, reitero, no he escuchado hasta hoy explicación alguna. Mucho menos acertando a descubrir el destino de los flujos que por allí transitan. Ver /marchiquita2.html

Ver más abajo capítulo de Sedimentos superficiales

Imaginar la consistencia que tenía el litoral en tiempos pleistocenos medios, para de allí estimar qué propuesta hicieron las aguas del Salado tras bordear la paleopunta por entonces sumergida, fue tarea que tuvo que esperar más de 100.000 años; antes de que el Querandino y al final de sus descensos viera como las playas, cordones emergidos, quedaron a disposición de las tareas permanentes de los vientos.

No imagino, reitero, ni antes, ni inmediatamente después del Querandino las barreras litorales que hoy vemos constituyendo en los sistemas orientales, sus encierros.

De encierros cabe recordar que, -amén de las disociaciones hidroquímicas-, el tema de los gradientes térmicos como factor determinante del enlace de ecosistemas, llama a deposición cuando no alcanza tal enlace. De resultas de esas pobrezas de enlace para asistir dinámicas horizontales, van esos depósitos en tiempos pleistocénicos generando áreas lacunares, tales como las del área de La Salada, que tras sucesivas acreencias y posteriores emergencias holocénicas, quedan definitivamente encerradas.

Otras fueron más afortunadas y conocieron en el sistema del Tuyú salida al mar con el que quedaron hasta hoy comunicadas por un sistema de meandros lábiles extremos que no ceden sus energías, ni aún en régimen que reconoce penetrantes marismas. La bahía les protege de la tentación de formar barreras litorales, al tiempo que suaviza toda diferencia de escala entre el mar y las albúferas.

La propia energía almacenada en las aguas bajas de la bahía se ocupa de convectar, no sólo aguas, sino también los vientos.

A la NULA incidencia del sistema de flujos del Río de la Plata en estas áreas y en el Pleistoceno medio me referiré en el hipertexto que sigue a éste; puesto que ese sistema y sus compromisos con la deriva que arrancan de la bahía y el cordón litoral pascuence al que llaman paleopunta Piedras, cambian por completo el foco y borde de la delimitación de áreas que plantea este hipertexto.

Tengo la sospecha que ambos cordones litorales llamados paleopuntas, por la dirección que llevan y altura desarrolladas, fueran de edades parecidas aunque sus sedimentos no necesitan lo sean. El de Punta Piedras es fruto de la cuenca de Samborombón y del Salado; el de Villa Gesell lo es sólo de la cuenca del Salado. Ambos, aprecio reiterarlo una y otra vez, nacieron sumergidos en interfaz de aguas continentales y marinas.

de Punta Médanos

Aunque su soporte fundamental ha sido generado por la deriva de plataforma que durante más de 100.000 años arrancó de la paleopunta de Villa Gesell, Punta Médanos se termina de conformar bajo el aprecio de derivas litorales encontradas; esas que desde aquí hasta más de 80 Kms al SO, resuelven su mudanza a derivas de plataforma por los llamados bancos alineados.

Los destinos de estas derivas tras dar una amplia curva de 180º es marchar al NNE, dejando Rouen al Oeste y seguir hasta su destino final en el cono de deposición en el talud a la altura del Chuy.

El robo de arenas que hacen en estos periplos de despegue litoral parece no preocupar a nadie. Mucho menos advertir cuánto se ha agravado en el último siglo por las obranzas del Puerto de Mar del Plata, sin hacer mención a otras pequeñas pleitesías, como las cientos o miles de pequeñas salidas de escurrimientos directos al mar sin respetar en las playas el seno entre cordones emergidos, que siempre impidió sus accesos directos. No hay forma más sencilla de provocar convección externa y liquidar la deriva litoral, que peinar la playa con una motoniveladora.

Nadie parece haberse dado cuenta. Siguen pensando en las olas y el viento. Ver Causa 71413 del 18/3/11 en SCPBA refiriendo de estos respetos, por http://www.hidroensc.com.ar/playas5.html

Respecto del Puerto de mar del Plata hay una causa en SCJPBA que habla de ello. Ver por http://www.hidroensc.com.ar/incorte76.html al /79.html

 

Plataforma interior

Tiene su mayor desarrollo en el sector norte del área (frente a la desembocadura del Río de la Plata), ya que hacia el sur pierde magnitud a medida que su ancho se reduce progresivamente hasta alcanzar menos de 10 km a la latitud de Miramar

El rasgo morfológico más conspicuo de la plataforma interior es la Terraza Rioplatense (Parker et al., 1999), representada por una superficie subhorizontal de suave gradiente al sureste y relieve uniforme así como por los escalones que la limitan, que son respectivamente el frente de costa hacia el oeste -cuya base se ubica aproximadamente a los 10 m de profundidad-, y la escarpa situada hacia el este entre los 30 y 70 m de profundidad a cuyo pie se extiende la plataforma exterior.

Representa el sector de la plataforma de abrasión labrada durante la transgresión postglacial no cubierta por la cuña costera regresiva del Holoceno superior que conforma la llanura costera, aunque está parcialmente tapizada por los sedimentos relicto y palimpsestos remanentes de los ambientes costeros de barreras-lagunas costeras que migraron hacia el oeste acompañando el retroceso de la línea de costa durante la última transgresión.

El modelado final de la Terraza Rioplatense y la adquisición de su configuración actual ha sido asociada a la variabilidad en el balance depositación-erosión por efecto de fluctuaciones en la velocidad de ascenso del nivel del mar ocurridas durante la transgresión postglacial (Violante, 2005).

En suelos de tan alta capacidad de oficiar como baterías convectivas y por ende, de sostener gran capacidad de transporte sedimentario sin importar cuán someras fueran las aguas, el único motivo deposicional es el encuentro con un desajuste térmico. Tampoco olvidemos que los propios sedimentos atesoran energías convectivas y funcionan como baterías en movimiento.

La imaginable penetración de las frías aguas atlánticas en tiempos pleistocenos, violentando a diario la condición de extensa pampa deprimida, habla de una muy extendida planicie intermareal que fue conociendo a poco, a pesar de su lábil condición, esperable transformación merced a avances estuariales que no han dejado a mis ojos otras huellas de salida, que esas dos paleopuntas.

Sin conocer durante milenios hasta recientes tiempos holocenos, las barreras litorales que hoy apreciamos, fruto de las bocas de salida del Salado al Sur, bordando sucesivos cordones litorales paralelos hacia el Norte, que una vez emergidos y ya con el nombre de playas, de ellas se ocupó el viento en el último milenio de labrar los médanos.

Ya para entonces todas las salidas del sistema del Salado al Sur se habían cerrado. Ya no había interfaces dinámicas para mirar, sino las del pasado que ahora indagamos.

La infinidad de pequeñas y no tan pequeñas manchas lacunares que trascienden a tiempos holocenos me hacen sentir la riqueza del sistema del Salado en permanente avance y lenta transformación ganando al mar que tributaba

Un día de un reciente milenio, el problema no fue si el mar subió o bajó un poquito más o menos; sino que la boca de salida del Salado hacia el Sur se cerró. En el último punto de ese cierre conformado por barreras litorales está hoy instalada la ciudad de Pinamar.

Mucho antes de que esta puerta se cerrara ya el Salado había estado buscando por milenios otras salidas alternativas, siempre más al Este.

Las acreencias de los cordones no necesitan ser ubicadas en tiempos de regresiones o de transgresiones. Ellos se forman en todo tiempo y lugar que haya una salida tributaria al estuario o al mar

Estos fenómenos aún no lucen a ojos de geologías que hasta el día de hoy todo lo explican con ojo mecánico. Conviven inexistentes e inexplicables en el silencio de las conciencias y en el de las bonanzas naturales.

Nunca advirtieron que el sol en las aguas amasa energías mucho más ricas y profundas que las olas y el viento que siempre operan en la superficie de nuestra vista.

Las plumas de polución regalan otras perspectivas. Gracias a sus miserias fuimos despertando a mirar las riberas y sus energías con otra delicadeza. Tuvimos la suerte de quedar atrapados en esas miserias por atracciones que nos movieron, más allá de catecismos, a dar a esas paradojas otras respuestas.

Cuándo llegará el día que la termodinámica se estudie en naturaleza abierta a enlaces de a uno en uno, antes de hablar de olarquías; y al mismo tiempo sorprendan las limitadas conclusiones de la termodinámica en cajas adiabáticas cerradas

¿Cuándo descubrirán que la voz entropía conoció al nacer precisamente lo opuesto de lo que hoy nos guía?

 

Topografía submarina y rasgos morfológicos. Basado en los mapas topográficos publicados por Parker et al. (1999, 2005).

Sobre la Terraza se desarrollan otros rasgos secundarios que le imprimen características morfológicas particulares. En primer lugar, hay rasgos de relieve positivo y carácter depositacional, como la Plataforma deltaica que se extiende en su extremo noroccidental, el sistema de bancos alineados en su extremo sur que desaparece por debajo de la isobata de 20 m, y el Banco La Plata en su borde oriental. Al sur del sector ocupado por los bancos alineados se extiende una superficie de muy baja pendiente y relieve irregular que termina en Mar del Plata. Entre los 20 y 40 m de profundidad la superficie de la plataforma es relativamente uniforme y de suave inclinación al sureste, que se hace irregular a medida que se acerca al Banco de Pescadores frente a Mar del Plata. Entre Mar del Plata y Miramar, donde el Sistema de Tandilia se hunde en el mar, tanto la plataforma como su escalón exterior llegan a 20 m de profundidad con superficies muy irregulares.

Por otra parte, la Terraza Rioplatense también presenta rasgos erosivos o no depositacionales con afloramientos de sedimentos pre-holocenos, tanto de relieve positivo -como el sector Punta Piedras-Umbral de Samborombón-Alto Marítimo y la Restinga de los Pescadores-, como negativo, como es el caso de los canales situados al este y noreste de Punta Rasa y el que rodea la costa uruguaya entre Montevideo y Punta del Este, el cual representa la antigua salida al mar del Río de la Plata (Cavallotto, 1987; Parker et al., 1999).

No sólo la antigua. También hoy sale por allí la mayor carga sedimentaria que nunca al parecer vieron, ni imaginaron. Ya he dedicado media docena de hipertextos a ilustrar del corredor que ya en tiempos pleistocénicos une la paleopunta Punta Piedras con Montevideo antes de seguir rumbo a Punta del Este. El mismo que se lleva en sus espaldas puesto todos los flujos que descienden por la costa bonaerense. El mismo que lleva los sedimentos que hasta aquí llegaron del Bermejo, a 600 km al NNE, tras cruzar por la Barra del Indio y mantener limpio el fondo del Frente Marítimo.

Cómo no imaginar las pruebas que regala de sus energías en ese camino hasta Punta del Este sembrado de punzantes contrapresiones mareales.

Cómo no imaginar su exitosa marcha después de ver el formidable cono deposicional de cargas sedimentarias que luce el talud frente al Chuy.

Frente a esa monumental tarea, cuál es la dimensión negativa que deja su paso por la costa uruguaya.

Si hablamos de negativo muchísimo más grave e incomparable con la ceguera que es desatendido, es el sector que media en el extremo occidental de la terraza frente a la gran urbe. Alli, en esos 80 Km2 que median entre el Emilio Mitre y la costa urbana, entre el Tigre y el Dock Sud se juega el destino de la ciudad de Buenos Aires y nadie parece inquietarse por prospectivar el desastre bien previsible del vuelco de 4 millones de m3 diarios de Kweks por emisarios, con diferencias térmicas que garantizan su deposición inmediata. Ni el INA, ni el CONICET parecen enterados. La geología se muestra rica para clasificar facies y pobre para identificar dinámicas. La función pública se muestra algo más que . . .

La Terraza Rioplatense limita hacia el norte con el sector continental uruguayo, formado por colinas bajas y redondeadas donde aflora el basamento granítico del Cratón del Río de la Plata, y hacia el oeste por las llanuras costeras bonaerenses de relieve bajo y uniforme que bordean el extremo oriental de la vasta llanura pampeana, constituida por espesos depósitos continentales del Terciario superior y Cuaternario.

 

 

Características sedimentológicas de la plataforma submarina

La plataforma tiene una cobertura sedimentaria de carácter terrígeno y silicoclástico con predominio de arenas, resultante de la dinámica sedimentaria actuante bajo determinados condicionamientos oceanográficos y climáticos. El sector interior de la plataforma está tapizado por sedimentos ajustados a las condiciones hidrodinámicas imperantes en la actualidad (palimpsestos), que conforman un fondo con formas activas que puede ser considerado como un "macizo de bancos retrogradantes" ("shoal retreat massiff", Swift, 1976) constituido por bancos de arena móviles e influenciado por sedimentación costera, corrientes litorales, acción de olas y mareas en un contexto de régimen de sedimentación pasivo (Violante, 2004).

¡¿sedimentación pasiva donde sobra el sol?! Si hay alguien que bien rápido se hace amigo del sol y del agua, es el sedimento. Y a ambos les devuelve en servicio de transporte su amistad, oficiando de batería convectiva móvil.

Las energías solares que acumulan las aguas estuariales y las de la bahía, son al parecer, inimaginables. Despertemos a la voz “estuario” que desde la más antigua filología apunta a lo que se quema, a lo que se calienta, a lo que se prende fuego. Así lo señala la raíz indoeuropea: *aidh, quemar. Voces emparentadas a "estuario": estiaje: caudal mínimo de un río, estero o laguna; estuante: encendido, excesivamente caliente. De aquí también: estío y estero . Pensemos no en discernir facies geológicas, sino en interfaces dinámicas, materia básica de cualquier ecología de ecosistemas.

 

Sedimentos superficiales

A excepción del sector noroccidental adyacente a la desembocadura del Río de la Plata, donde se extienden los depósitos arcillosos del prodelta asociados al sistema deltaico que prograda hacia el sureste, la mayor parte de la plataforma está cubierta por un manto de sedimentos arenosos que quedaron como depósitos relicto de la migración hacia el oeste de sistemas litorales que formaron parte de las sucesivas líneas de costa establecidas en cada posición de estabilización del nivel del mar durante el último evento transgresivo postglacial.

En la plataforma interior, particularmente al norte de Laguna Mar Chiquita, esos sedimentos fueron posteriormente retrabajados durante el subsiguiente retroceso del nivel del mar iniciado hace 6.000 años dando origen a diversos rasgos morfológicos y estructuras sedimentarias: en el sector suroeste conforman un sistema de bancos alineados relacionados con la dinámica de la zona "nearshore" por efecto de olas y corrientes de mareas (Perillo, 1975; Parker et al., 1978, 1982; Swift etal., 1978; Parker y Violante, 1982), mientras que en el resto de la plataforma interior constituyen depósitos mantiformes con carácter de "palimpsestos" (Urien, 1967; Urien y Ewing, 1974; Parker y Violante, 1982).

¡¿retroceso del Mar?! ¡Pero si esos cordones sumergidos son la prueba de la memoria convectiva grabada en los fondos que durante milenios las aguas del sistema del Salado recorrieron! Disociadas de las marinas y más pesadas que ellas por su carga sedimentaria, que les llevaba por debajo tallando los senos entre esos bancos alineados, que sólo eran y son, las huellas que por capa límite térmica iban y siguen en sus márgenes dejando de sus recados.

El mantenimiento de esos bancos es formidable, sin mentar regresiones. Están vivos. Ver la bruta actividad que exhiben a un ojo a 400 Kms

 

 

El Nº 1 señala el cono de descargas sedimentarias del Plata, de la bahía de Samborombón y del Banco de Pescadores hasta Punta Rasa.

El Nº2 señala uno mucho más pequeño.

El Nº 3 señala la entrada al llamado cañón de Mar del Plata que nada recibe de esta ciudad, sino de suelos continentales bastante más al Sur. La entrada, como muestra la imagen que sigue, es unos 150 Km más al Sur.

El cañon es fruto de un corredor, que amén de cargar energías convectivas, también reconoce gravitacionales; probablemente debidas al sustancial aumento de pendiente en esa porción del escalón del talud.

Estos sistemas tienen la memoria que los guía siempre apoyada en el fondo y con él también intercambian dinámica. No olvidemos que los sedimentos están presentes y si hay pendiente ellos apuran el descenso, que así reconoce un mix de energías convectivas y gravitacionales. El río Zaire es un buen ejemplo de estos sistemas mixtos y por ello su cañón es formidable. El sistema gravitacional no es experto en transportes, ni en delicadezas, sino en erosiones.

A pesar de la relativa homogeneidad litológica, se reconocen áreas con arenas bioclásticas y concentraciones de conchillas que representan las evidencias de antiguas líneas de costas desarrolladas durante la transgresión postglacial pero no completamente retrabajadas por el retroceso costero (Parker et al., 1997).

En algunos reducidos sectores de la plataforma interior aparecen rodados de rocas de variada composición, así como toscas y coquinas, que señalan la presencia de afloramientos de las unidades geológicas subyacentes formadas por sedimentos semiconsolidados del Plio-Pleistoceno.

Mapa geológico. Basado en los publicados por Parker et al. (1999, 2005).

 

Dinámica sedimentaria

Los sedimentos que constituyen la cobertura superficial de la plataforma estuvieron sujetos a tres vías principales de transporte (que siguen actuando en el presente) en respuesta a las direcciones dominantes de movimiento de las masas de agua, superpuestas al barrido que sufriera toda la plataforma por el ascenso del nivel del mar y el progresivo retroceso de la línea de costa.

La primera es proveniente del sur y sureste y es inducida por el oleaje desde mar abierto, movimiento que incorpora al sistema litoral a las arenas relicto yacentes más allá de la línea de costa. Este proceso está asociado al transporte regional de las masas de agua oceánica, en sentido sur-norte, dominado por la circulación de la Corriente de Malvinas y el flujo de aguas subantárticas (Piola et al., 2000; enviado), que distribuyen hacia el norte a componentes mineralógicos (Etchichuri y Remiro, 1960; Potter, 1986; Marcolini, 2005), biológicos (Boltovskoy et al., 1996, 2000; Stevenson etal., 1998) y químicos (Walter et al., 2000; de Mahiques etal., 2008) provenientes del sur dándole a los sedimentos dominantes en la plataforma su típica composición volcánico-piroclástica de origen pampeano-patagónico.

La segunda constituye el transporte litoral, que actúa paralelamente a la línea de costa bajo la acción de las corrientes costeras, las cuales desde un punto de vista regional y a largo plazo tienen una resultante sur-norte (p.e., Mazzoni y Spalletti, 1978) alimentando el sistema de playas del Cabo San Antonio que migran hacia el norte produciendo el crecimiento de Punta Rasa y de los bancos situados al norte de ella (Codignotto y Aguirre, 1993; Violante et al., 2001).

Al tiempo de expresar mis simpatías por Codignotto, confieso que hoy mismo la deriva litoral que sale del sistema del Tuyú dentro de la bahía, da la vuelta a la punta y marcha al Sur. Sólo una porción de esas energías se desprende y hace su camino a Rouen como deriva de plataforma. La deriva litoral que marcha al Sur comienza a convectar externamente a la altura de Punta Médanos. También allí hay una parte de ese sistema que deviene de plataforma y marcha a Rouen o se acopla a un corredor de silicatos que circula muy pegado al Este de Rouen.

De Punta Médanos al Sur y ya lo he reiterado unas cuantas veces, son los senos entre los llamados bancos alineados por donde se resuelve el cambio del sistema de deriva litoral por el de plataforma.

Una amplia curva de 180º los llevará a acoplarse a los varios corredores que marchan hacia en NNE. Interminables camiones de arena que despluman las playas bonaerenses. Si de la boca del puerto dicen sacar 1 millón de m3 por año, veamos quién se anima a calcular lo robado por las evidencias que muestran las imágenes de NASA de este año 2012.

El comentario que sigue referido a la paleopunta Villa Gesell ya lo he atendido en el hipertexto /marchiquita2.html

Sin embargo, las evidencias geológicas señalan que localmente y en intervalos cortos de tiempo se han producido inversiones en la deriva asociadas a la formación de células litorales inducidas por al presencia de un paleorelieve hoy desaparecido (paleopunta Villa Gesell -Violante, 1988, 1992; Violante y Parker, 1992-), favoreciendo el crecimiento de barreras litorales en dirección sur que hicieron migrar en esa dirección a la Laguna Mar Chiquita (Schnack y Gardenal, 1979; Schnack et al., 1982; Violante, 1988, 1992; Violante y Parker, 1992; Parker et al., 1999; Violante et al., 2001). Esta vía de transporte redistribuye las arenas de plataforma a lo largo de la costa sumándoles los productos de la erosión costera por efecto del oleaje.

No las redistribuye; las roba. Ver causa en SCJPBA que habla de ello. Ver por http://www.hidroensc.com.ar/incorte76.html al /79.html

Por último está el transporte a través del Río de la Plata, que acarrea los sedimentos fluviales de los cuales únicamente los más finos, de carácter arcilloso, llegan a la zona de la Barra del Indio, la bahía Samborombón y sectores costeros del Cabo San Antonio, donde interactúan con las arenas de plataforma y los sistemas de playas.

Nada del Río de la Plata entra a la bahía de Samborombón. Todo sale de Samborombón hacia el NE cruzando el estuario en las isobatas de 5 a 10 m, por la Barra del Indio y llevando acoplados -aunque disociados-, a otros corredores que le acompañan por el Frente Marítimo. Ver /frentehalino.html y 6 html siguientes

 

ESTRATIGRAFIA

La identificación de unidades geológicas del Neogeno en el subsuelo poco profundo de la plataforma se realizó en base a métodos sísmicos que permitieron reconocer, en primer lugar, horizontes reflectores conspicuos diferenciados por sus atributos (amplitud, frecuencia y continuidad), que separan paquetes con características sísmicas propias y relativamente homogéneas que presentan internamente reflexiones fundamentalmente concordantes.

En segundo lugar, dentro de cada uno de esos paquetes se reconocieron sismofacies aún dentro de la relativa uniformidad interna; en consecuencia, cada paquete pasa a constituir una unidad que representa una Secuencia Sismoestratigráfica siguiendo las definiciones de Mitchum et al. (1977).

Estas unidades han sido definidas para el litoral bonaerense y correlacionadas con las secuencias estratigráficas de las llanuras costeras adyacentes y del Río de la Plata (Parker, 1990; Violante et al., 1992, 2001; Parker y Violante, 1993; Violante y Parker, 2000; Cavallotto, 1996; Parker et al., 1999, 2005; Cavallotto y Violante, 2005). Los rasgos litológicos fueron establecidos en base a la información sedimentológica aportada por testigos verticales submarinos y por los datos de perforaciones en las regiones costeras.

En este trabajo, estas unidades son consideradas "Secuencias Depositacionales" (SD). Sus equivalencias estratigráficas respetan aquellas establecidas por Parker et al. (2005), basadas en la interpretación regional, relaciones de yacencia entre las diferentes partes de las secuencias, aspectos tectónicos y sedimentarios.

Cada una de las SD representa un evento transgresivo-regresivo individual y está separada de las unidades infra y suprayacentes por discontinuidades definidas por las terminaciones sistemáticas de las reflexiones, las que constituyen superficies de discordancia que resultaron de la sumatoria de procesos erosivos subaéreos ocurridos durante el intervalo de nivel del mar bajo previo a su depositación y subácueos producto del evento transgresivo subsiguiente.

Se reconocieron seis SD que fueron denominadas numéricamente de 1 a 6 de arriba hacia abajo, las que están separadas entre sí por horizontes reflectores sísmicos de fuerte carácter que en ese mismo sentido han sido denominados mediante las letras A, V, M, N y L.

Sección sismoestratigráfica tipo. Modificado de Parker y Violante (1993).

SD 6

Los rasgos sedimentológicos son hasta el momento desconocidos en la plataforma, donde no ha podido ser muestreada. Esta unidad es equivalente al paquete sedimentario integrado por las unidades conocidas como Paranense- Entrerriense-Chapadmalense (Parker et al., 2005).

SD5

Se desarrolla en toda la región, aunque en gran parte el enmascaramiento producido por la presencia de reflectores múltiples impide su adecuada visualización. Aflora en un único y reducido sitio en el borde exterior de la Terraza Rioplatense, a unos 40 m de profundidad a la latitud de Faro Querandí

Allí está litológicamente caracterizada, al menos en su techo -ya que el único testigo submarino que la muestreó tiene 2,65 m de longitud- por sedimentos compactos arenoarcillosos con conchilla fina diseminada, de color gris verdoso azulado, que conforman una secuencia granodecreciente hacia arriba.

Hacia ambos lados del centro de la cuenca estos sedimentos marinos gradan a otros probablemente continentales, que particularmente hacia el norte de la bahía Samborombón están caracterizados por sismofacies con una configuración interna caótica y oblicua en cuya base predominan rasgos de tipo truncamiento ("downlap") y en su techo los de truncamiento erosivo, algunos de los cuales fueron interpretados como indicadores de la presencia de paleocauces.

En dirección al noreste, en zonas vecinas al litoral uruguayo, la configuración interna se hace libre de reflexiones con truncamiento en relación al reflector base, cuya alta reflectividad permite suponer la cercanía del basamento que constituye el Cratón del Río de la Plata.

En el extremo sur, en cambio, la configuración interna suele ser, en las áreas más cercanas a la costa, caótica a paralela con concordancia en techo y base, mientras que en zonas más alejadas pasa a ser oblicua con terminaciones de tipo truncamiento.

En el subsuelo de las llanuras costeras del área de la laguna Mar Chiquita, estos sedimentos gradan a arenas con conchillas de ambiente litoral, que pasan a su vez, más hacia el oeste y suroeste, a arcillas y limos entoscados de carácter continental equivalentes a la Fm Barranca de los Lobos (Parker et al., 1994, 2005). En dirección a la región norte de la Provincia de Buenos Aires pasa a los sedimentos fluviales de la Fm Puelches, de manera que las características descriptas para la plataforma corresponden al Puelches Equivalente (Yrigoyen, 1975, 1999; Parker et al., 1994; Violante, 2006).

SD 4

Se distribuye en toda el área excepto en la zona de Punta Piedras, y se extiende hacia las llanuras costeras adyacentes y hacia el Río de la Plata, sitio en el cual aflora en asomos discontinuos recortados por el paleovalle holoceno del Río. También aflora en el Alto Marítimo y en la mitad sur del área donde queda expuesta en el sector inferior del escalón exterior de la Terraza Rioplatense así como en gran parte de la plataforma exterior.

En la zona central del área de estudio se desarrollan los mayores espesores que llegan hasta 16 ms (aproximadamente 24 m). Este horizonte sísmico fue correlacionado con el reflector "b" descripto por Ewing y Lonardi (1971), que a su vez equivale al contacto "Puelches- Pampeano" de la estratigrafía bonaerense.

La unidad presenta en la plataforma características variadas. En la zona al norte del Alto Marítimo predominan sismofacies con configuración interna oblicua que se corresponden con sedimentos esencialmente limosos de color amarillento de probable carácter continental.

Hacia el noroeste de Punta Piedras esa configuración es variada y tiene como característica significativa la presencia de truncamientos, lo que se explica por los rasgos topográficos de la base de la unidad y por la presencia de paleocauces; en este sitio predominan sedimentos margosos y limosos verdosos probablemente de ambientes costeros de baja energía.

Desde Punta Piedras hacia el sur el arreglo de los reflectores internos es de mayor uniformidad con predominio de sismofacies con configuración interna caótica y concordante con sus límites superior e inferior (Fig. 6a), aunque no faltan alrededor del Alto Marítimo los truncamientos;

al noreste de Mar del Plata aparecen sedimentos arenoarcillosos castaños a gris verdosos con restos de bivalvos, gastrópodos, foraminíferos y ostrácodos de ambiente marino sublitoral.

Arenas, arcillas y margas con conchillas conforman los depósitos de esta unidad en el subsuelo del Río de la Plata, cuyas cuñas marginales en la franja costera constituyen el "Interensenadense" de Ameghino (1908) y Frenguelli (1950). Su edad es cercana a 2,41 Ma (Parker et al., 1994).

Los sedimentos descriptos para el ámbito de plataforma conforman, en sentido vertical, una secuencia sedimentaria -registrada a través de 26 testigos submarinos que en conjunto representan casi todo el espesor de la unidad- caracterizada por una sucesión granodecreciente hacia arriba que grada desde arenas finas a gruesas con conchillas, a arcillas arenosas de colores castaño grisáceos a gris oliva y verdoso, y culmina en limos y arcillas amarillentos.

El conjunto, que constituye una secuencia de ambientes marinos en transición a continentales, está localmente consolidado formando niveles de areniscas, limolitas, arcilitas y margas.

Hacia el subsuelo de las llanuras costeras vecinas estos sedimentos gradan a otros de granometrías semejantes correspondientes también a ambientes de playas, llanuras de mareas y continentales.

La unidad representa el evento transgresivo más antiguo del Plio-Pleistoceno que ingresó por la depresión del Río de la Plata de manera independiente con respecto al sector central más deprimido de la Cuenca del Salado, lo que implica la instalación de condiciones paleogeográficas muy significativas a partir de su depositación, relacionadas con el momento en el cual comenzó a manifestarse en el relieve el Alto Marítimo que separó a los ambientes marinos abiertos del litoral atlántico del ámbito estuárico del Río de la Plata (Parker et al., 1994; Violante y Parker, 1999).

SD 3

Tiene un desarrollo más limitado que el resto de las unidades Plio--Pleistocenas, restringiéndose a la zona central y este del área de estudio y a sectores de reducida extensión en la llanura costera. No se han hallado sus registros en el subsuelo del Río de la Plata, y aflora en el flanco sur del Alto Marítimo y en el escalón exterior de la Terraza Rioplatense

Los sedimentos que caracterizan a la unidad son, en el borde oriental de la plataforma, arenas finas a medianas con conchillas de bivalvos y foraminíferos, de color amarillento a grisáceo con ligera compactación, mientras que en los alrededores de Punta Piedras son limos en parte arenosos castaño amarillentos y arcillas calcáreas castaño grisáceas a verdosas, parcialmente cementados por carbonato de calcio. Estos sedimentos pasan hacia las llanuras costeras adyacentes a una secuencia que grada de arenas con conchilla en la base a arcillas verdes y limos castaños en el techo.

Las facies descriptas en la región sureste corresponden a un ambiente litoral a sublitoral que pasa hacia el norte -en dirección al Alto Marítimo-, y hacia el oeste - en el subsuelo de las llanuras costeras adyacentes-, a ambientes litorales protegidos de lagunas costeras, marismas y playas. La unidad fue reconocida de manera saltuaria en las llanuras costeras donde ha sido definida como Fm San Clemente (Violante y Parker, 1993).

Este desarrollo regional muy irregular en comparación con la amplia y regular distribución de las unidades infra y suprayacentes podría explicarse a través de profundos efectos erosivos que afectaron la región, posiblemente por factores tectónicos y/o ascensos glacio-isostáticos, previos al nuevo avance del mar que dejó los depósitos de la USE 2. Las correlaciones efectuadas (Violante y Parker, 1999) señalan que se habría depositado dentro del intervalo temporal comprendido entre 1,71 y 0,5 millones de años.

SD 2

Se desarrolla en toda la región costera-litoral y se extiende hacia el este hasta aproximadamente la isobata de 30 m, mientras que hacia el oeste lo hace en la llanura costera hasta la cota de +5 m, y también aparece en el ámbito del Río de la Plata. Aflora en diversos lugares tanto en zonas sumergidas del sur del Alto Marítimo como en el borde exterior de la Terraza Rioplatense.

Su base, el horizonte reflector V, se hunde progresivamente desde el Alto Marítimo hacia el sur y este aunque con relieves irregulares marcados por sucesiones de altos y bajos entre las puntas Rasa y Médanos. Los mayores espesores se encuentran en la zona central del área, donde varían entre 4 y 8 ms (aproximadamente 6 a 12 m) en la Restinga de los Pescadores, mientras que al norte de Punta Rasa se reducen notoriamente hasta desaparecer para dar lugar a afloramientos de las unidades infrayacentes. Hacia el sur, el horizonte asciende en dirección al alto de Mar del Plata.

La heterogeneidad que presenta la unidad permite reconocer áreas con características sísmicas y litológicas diferentes.

En la zona norte del Alto Marítimo se encuentran sismofacies con arreglo interno de los reflectores de configuración oblicua, compuestos por sedimentos arenosos.

En la zona interior de la bahía Samborombón las sismofacies tienen una configuración interna libre de reflexiones con contactos concordantes, características acústicas propias de sedimentos finos homogéneos como los que aparecen en un testigo extraído en el lugar, con el cual se muestrearon lutitas grises compactas con intercalaciones arenosas e indicios de bioturbación en el techo.

En la zona noreste de Punta Rasa la configuración sísmica es de reflexiones caóticas típicas de sedimentos gruesos compactos, posiblemente conchillas (aunque no han sido muestreados), con contactos también concordantes.

Al sur y al este de punta Rasa la configuración es de reflectores internos paralelos y de truncamiento erosivo con el techo y concordante con la base; aquí fueron muestreados sedimentos arcilloarenosos verdosos compactos con conchilla, así como arcillas rojas.

En la zona de la Restinga de los Pescadores se presentan dos sismofacies superpuestas, una inferior caracterizada por reflectores caóticos en la cual se recolectaron sedimentos arenosos con abundantes conchillas, y otra superior con reflectores continuos y estratificados en la que se hallaron arcillas, limos y arenas verde castaños a grisáceos con conchillas.

En el borde exterior de la Terraza Rioplatense aparecen sedimentos areno-limo-arcillosos color gris oliva oscuro con conchillas y rodados, intercalando niveles de limos compactos con conchillas.

En el subsuelo de las llanuras costeras vecinas la unidad tiene también características diversas, variando desde sedimentos arenosos finos en matriz arcillosa con conchillas, a arenas limoarcillosas castaño grisáceas a verdosas y por último limos castaño rojizos con fósiles de vertebrados terrestres.

Las relaciones faciales y geométricas revelan una sucesión de ambientes asociados a sistemas de barreras litorales evolucionadas durante un evento regresivo, en la que se desarrollan, en una secuencia vertical de abajo hacia arriba, sedimentos de plataforma, playas de barreras con cordones litorales, playas protegidas, lagunas costeras, llanuras de mareas y depósitos continentales (Parker et al., 1990, 1999; Violante, 2003).

La unidad, que es equivalente a lo que se conoce como "Belgranense" (Ameghino, 1908; Frenguelli, 1950), se habría depositado durante el estadío isotópico 5e (aproximadamente 120 ka). La única datación efectuada en Argentina sobre depósitos que serían correlacionables con esta unidad, en la localidad de Claromecó (Isla et al., 2000; Schnack et al., 2005) revela una edad UTh mínima de 96.000 años.

Secuencia Deposicional 1

Representa al paquete sedimentario formado durante la última transgresión postglacial del Pleistoceno superior- Holoceno (Parker, 1990; Violante et al., 1992; Parker y Violante, 1993; Parker et al., 1999; Violante y Parker, 2000, 2004; Cavallotto, 1996, 2002; Cavallotto y Violante, 2005; Cavallotto et al., 2005). Presenta dos subunidades: una inferior, constituyendo un cortejo sedimentario de mar transgresivo representado por facies de barreras en la costa, el manto de arenas transgresivas en la plataforma y facies estuáricas en el Río de la Plata, y una superior o cortejo sedimentario de mar alto, representado por las llanuras costeras con sus ambientes de cordones litorales y marismas, los palimpsestos en plataforma y el delta en el Río de la Plata.

Se distribuye en casi toda la región excepto en un sector del Alto Marítimo, y aparece saltuariamente en la plataforma exterior. La unidad se extiende hacia el oeste hasta el borde occidental de la llanura costera, coincidiendo ese límite aproximadamente con la cota de +5 m (aunque está interrumpida en la zona de Punta Piedras entre la línea de costa y la isobata de -2 m, donde aparecen restingas en las que afloran depósitos continentales del Plio-Pleistoceno).

Su base es el horizonte sísmico A, cuya configuración está controlada por los accidentes topográficos mayores que caracterizaron a la línea de costa antes de la última transgresión, como la paleopunta Villa Gesell, la Punta Piedras y el Alto Marítimo (Parker et al., 1999; Violante y Parker, 2000, 2004). Los máximos espesores se hallan en el paleovalle del Río de la Plata (40 m, Cavallotto, 1987, 1995, 2002), mientras que en el ámbito de plataforma propiamente dicho ellos se reducen notablemente, por ejemplo, al sur del banco Rouen alcanza 7 a 8 ms (aproximadamente 12 m), en el subsuelo de la llanura costera llega a unos 10 ms (aproximadamente 15 m), y al sur de Punta Médanos, en el área ocupada por el sistema de bancos alineados, puede llegar a 5 ms (aproximadamente 7,5 m). También muestra un espesor cercano a los 5 m en los bancos que constituyen las elevaciones desarrolladas sobre la superficie de la plataforma exterior.

Se identificaron diferentes sismofacies: en las zonas de la Barra del Indio, el litoral uruguayo y al este del Cabo San Antonio se reconocieron tanto sismofacies caracterizadas por arreglos de reflectores internos continuos, paralelos y horizontales como otras acústicamente transparentes y libres de reflexiones, las que corresponden a sedimentos arcillosos no compactados de color verde grisáceo con conchillas y materia orgánica. En cambio, en la zona de los bancos alineados y del banco La Plata, así como en la plataforma exterior, las sismofacies están caracterizadas internamente como de tipo caótico y concordante con respecto a sus límites, representativas de arenas finas a medianas con conchillas. Por su parte, las llanuras costeras están formadas por sedimentos de muy variada granometría que gradan desde arenas hasta arcillas en sus diversos ambientes.

En testigos submarinos obtenidos en la plataforma exterior, se hallaron en la base de la unidad niveles de paleosuelos (Osterrieth et al., 2005 y en prensa; Violante et al., 2007), que demuestran la exposición subaérea a la que estuvo expuesta la plataforma durante la última época glacial antes de la depositación de la SD 1.

La unidad se formó durante la transgresión postglacial iniciada en la región hace unos 18.000 años (Fray y Ewing, 1973; Parker et al., 1999; Guilderson et al., 2000; Violante y Parker, 2000, 2004), y las diferentes facies resultan probablemente de pulsos de ascenso/ estabilización del nivel del mar que habrían permitido la preservación en algunos sitios y a diferentes profundidades de niveles de playas asociadas a geoformas aterrazadas (Parker et al., 1999; Violante y Parker, 2000, 2004; Violante, 2005) dentro de un contexto de ascenso promedio del nivel del mar del orden de 11 a 12 mm/año (Violante y Parker, 2004; Cavallotto y Violante, 2005; Schnack et al., 2005) antes de tender a estabilizarse después de los 8.000 años A.P. La estabilización final con el subsiguiente descenso relativo a partir de los 6000 años A.P. llevó no solamente a la formación de las actuales llanuras costeras (Parker y Violante, 1982, 1993; Parker et al., 1999; Violante et al., 2001; Cavallotto, 1996, 2002; Violante y Parker, 2000, 2004) sino también al parcial ajuste de las arenas relicto sumergidas a las actuales condiciones hidrodinámicas (Urien, 1967; Urien y Ewing, 1974; Parker y Violante, 1982, 1993; Violante et al., 1992, 2001; Parker et al., 1994, 1996, 1997, 1999; Violante y Parker, 2000 y 2004; Violante, 2004), con evidencias de fluctuaciones originadas en estabilizaciones parciales del nivel del mar durante su retroceso y/o variabilidad en la influencia del Río de la Plata (Laprida et al., 2007).

 

Interpretación de las unidades marinas del Plio-Pleistoceno

El paquete integrado por las SD 5 a 2 fue correlacionado, por posición estratigráfica y seguimiento regional de las discordancias mayores, con las secuencias que en las regiones costeras vecinas integran los denominados "Puelches" y "Pampiano"; este último contiene intercalaciones marinas resultantes de las transgresiones de origen glacioeustático del Plio-Pleistoceno que precedieron a la transgresión postglacial.

Las unidades que forman parte del "Pampiano" (SD 4 a 2) se desarrollan en plataforma con amplia extensión regional y espesores que promedian los 10 m. Se caracterizan por su composición areno-limo-arcillosa con cantidades variables de conchilla, sedimentos que conforman sendas secuencias marinas granodecrecientes que culminan en niveles loessicos y toscas de ambiente continental. De esta manera se interpreta que cada unidad representa un ciclo completo transgresivo-regresivo. La cronología de esas unidades fue establecida por Parker et al. (1994, 1999, 2005) en base a su correlación con las secuencias del subsuelo de la Ciudad de Buenos Aires y las aflorantes en las barrancas marplatenses, asignando la SD 4 al "Interensenadense" (con una edad de 2,41 Ma) y la SD 2 al "Belgranense" (estadío isotópico 5e, 120 ka).
La diferente disposición y preservación de las SD en la plataforma y en el Río de la Plata es el resultado de las distintas geometrías de los ambientes de depositación y de la variabilidad tectónica y/o isostática.

El Río de la Plata es una cuenca muy restringida lateralmente que no sufrió durante el Cenozoico superior una subsidencia significativa; en consecuencia, las sucesivas transgresiones marinas que por allí ingresaron debieron ocupar el mismo espacio físico de manera que los sedimentos depositados por cada una de ellas debieron ser erosionados (en algunos casos en su totalidad) antes de la depositación de los subsiguientes. Esto no ocurrió en la plataforma, donde con espacio suficiente y bajo subsidencia, las unidades se apilaron manteniendo su vasta distribución regional. Sin embargo, las evidencias señalan que la secuencia estratigráfica en plataforma, aún habiéndose preservado más completa que en el Río, también muestra interrupciones, como lo demuestra la marcada discordancia del techo de la SD 3 que revela la acción de profundos efectos erosivos.

Esta conformación permite inferir la posibilidad de que otras unidades marinas depositadas previamente a la SD 2 puedan haber sido totalmente borradas de manera que se hayan perdido todas sus evidencias. Este es un punto que aún queda por estudiar teniendo en cuenta que la sucesión de unidades descriptas y sus edades no puede ser por el momento correlacionada estrechamente con las fluctuaciones del nivel del mar establecidas globalmente e identificadas mediante los estadíos isotópicos, así como con los eventos glaciales establecidos para la región por Rabassa et al. (2005) que se habrían iniciado alrededor de 7-5 Ma con un efecto significativo en las fluctuaciones del nivel del mar al menos a partir del Plioceno.

 

CONSIDERACIONES FINALES

El estudio geológico-geofísico realizado en el litoral del noreste bonaerense permitió establecer las características morfológicas, sedimentarias, estratigráficas y evolutivas de la región. Los resultados más significativos son los siguientes:

1. Se identificaron y describieron los rasgos geomorfológicos entre los cuales se destacan la plataforma interior y la exterior. En la primera se destaca el ámbito externo de la Terraza Rioplatense, una geoforma mayor que constituye un elemento de enorme importancia en la configuración y génesis de la región.

2. La plataforma es, desde el punto de vista sedimentológico, de carácter terrígeno y silicoclástico, cuyos sedimentos superficiales son predominantemente arenosos depositados durante el ciclo transgresivo/regresivo postglacial. La diferencia fundamental entre la plataforma interior y la exterior está dada por el predominio de depósitos con carácter de palimpsestos en la primera y de carácter relicto con frecuentes afloramientos del sustrato plio-pleistoceno en la segunda.

3. Se definió la estratigrafía del Neogeno diferenciándose unidades sismoestratigráficas que representan Secuencias Depositacionales, las que fueron caracterizadas sísmica y litológicamente y correlacionadas con unidades geológicas conocidas en las áreas costeras adyacentes. Esto permitió identificar en el ámbito de plataforma, por debajo de los depósitos postglaciales que rematan la secuencia, tres eventos marinos transgresivoregresivos dentro del paquete de sedimentos "Pampianos" (Plio-Pleistoceno), a los cuales subyace uno equivalente a las "Arenas Puelches" (Plioceno) y finalmente la unidad de la base correlacionable con el Paranense- Entrerriense-Chapadmalense del Mioceno-Plioceno.

4. Todas las secuencias sedimentarias descriptas están caracterizadas por su litología granodecreciente en sentido vertical y la transición de sedimentos marinos someros a litorales y finalmente continentales, de manera que cada unidad representa un ciclo transgresivo- regresivo completo e individual.

5. El grado de preservación de las secuencias en la plataforma y en el Río de la Plata demuestra no solamente un distinto comportamiento tectónico/glacioisostático entre ambas regiones, sino que también determina la posibilidad de que más transgresiones marinas puedan haber afectado la región sin que hayan quedado preservadas las evidencias de su ocurrencia.

 

Interpretaciones que caben a los gráficos de Roberto Violante

Sumando a los comentarios inscriptos en el gráfico, antes de estimar barreras y transgresivas holocenas cabe apuntar la presencia del antiguo cordón litoral de Villa Gesell con dirección O-E que aquí llaman paleopunta.

Siendo ese cordón el apoyo más importante de salida del sistema del Salado al Atlántico, es inevitable que ya en tiempos pleistocenos se formaran esas extremas penínsulas sumergidas por donde salían montañas de sedimentos; que si eran rectas ya se descubren como derivas de plataforma. Recordemos que tanto estas formas sumergidas peninsulares, como las que en tiempos holocenos se formaron hacia el NNE y ligeramente curvadas hacia el NO, manifiestan un cambio de rumbo respecto del antiguo cordón litoral de Villa Gesell, de casi 90º.

Ese cambio de rumbo se expresa tras las regresiones y con el mar con un nivel 5 m más alto que el actual. Pero reitero, si no muestra al menos una ligera curva, es deriva de plataforma rumbo a Rouen. Si reconoce la caricia de una curva ya es cordón litoral.

Por ello es bien probable que la península que dibuja Violante para los 8000 años y la de los 7000 que denomina facie Pinamar, sean corredores de plataforma disparando a Rouen de aprox. 35.000 años.

Me sorprende que hayan resistido las regresiones que siguieron a esos tiempos y Violante las descubra en el 8000 como transgresivas. ¿En qué momento subió el mar? Pues antes de ver barreras transgresivas es necesario bordar muchos cordones; que por su rectitud, estas del gráfico no lo son. Y si eran derivas de plataforma del pleistoceno, repito la pregunta, ¿cómo sobrevivieron las infernales regresiones que siguieron?

Si en algún momento se descubrieron como barreras transgresivas fue a partir del importante soporte de sucesivos cordones litorales sumergidos que emergieron; y eso sin duda ocurrió en el último milenio y medio.

Ya los gráficos de los 6000 y 5000 años empiezan a mostrar la curva de los cordones que siempre se tejen sumergidos, sin importar ni las olas oblicuas, ni los vientos, pero sí las derivas litorales.

El punto de arranque siempre fue el antiguo cordón de Villa Gesell con orientación O-E, que ofició en los últimos 35.000 años, la salida más importante de caudales del sistema del Salado, excluyendo regresiones.

 

 

http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S185363602002000200001&script=sci_arttext

Modelo sedimentario de la barrera medanosa al norte de Villa Gesell (provincia de Buenos Aires) - de aplicación hidrogeológica

Germán R. Bértola, Federico I. Isla, Luis C. Cortizo y Horacio A. Turno Orellano

Las ciudades de Cariló y Villa Gesell (Fig. 1) se han edificado sobre una barrera medanosa relativamente joven. Esta barrera se ha desarrollado con posterioridad a la fluctuación holocena del nivel del mar (Schnack et al., 1982; Violante y Parker, 1992), y posee médanos que no tienen más de 1400 años de antigüedad. La disposición de estos médanos transversales a la línea de costa ha disimulado los procesos de erosión costera a través del transporte desde los médanos a las depresiones intermedanosas (Isla, 1997).

El área de estudio se halla ubicada en el borde oriental de la Pampa Húmeda, dentro de la subregión conocida como Pampa Deprimida. Geomorfológicamente es una planicie costera, caracterizada por su relieve extremadamente llano y bajo. La barrera medanosa se extiende desde Punta Rasa hasta Mar Chiquita con un ancho que oscila entre los 2 y 4 km. Este cordón costero está dividido en dos unidades geomorfológicas, la playa y el médano.

La playa es aproximadamente rectilínea con un ancho que oscila entre 50 y 150 m. Presenta pendientes suaves, formadas por arenas finas a medianas. Teruggi (1959) y posteriormente Spalletti y Mazzoni (1979), caracterizaron granulométrica y mineralógicamente estas arenas superficiales de las playas del este de Buenos Aires, reconociendo variaciones texturales transversales (playa distal, frontal y médano) y a lo largo de la costa. Observaron un mayor diámetro de las arenas hacia los ambientes topográficamente inferiores y la selección aumentaba hacia la playa frontal. Muestreos hechos con posterioridad, reconocen granulometrías más gruesas aún en los sectores submareales (Isla et al., 2001). Regionalmente, existe una mejor selección y disminución del diámetro de las arenas de sur anorte.

Los médanos del área en cuestión, poseen alturas que llegan a superar los 30 metros. En general son médanos parabólicos a piramidales (Spalletti y Mazzoni, 1979), aunque también se reconocen médanos transversales, barjanes y en estrella (Isla, 1995). Análisis de transporte de arena por el viento arroja, para el área de Punta Médanos, valores que superan los 150.000 m3/año principalmente en dirección norte, de los que un 35 % (más de 50.000 m3) van al océano (Schmidt y Lanfredi, 1979).

Las estadísticas climáticas de la Estación Pinamar, arrojan una precipitación media anual de 885 mm y 14,6°C de temperatura media (Servicio Meteorológico Nacional). Las precipitaciones se distribuyen durante todo el año, aunque aumentan en los meses de diciembre y enero y disminuyen durante el invierno.

El clima en esta localidad bonaerense es templado del tipo B1B2 'ra', lo que significa que es del tipo climático húmedo, mesotermal, con nula o deficiencia de agua y con poca variación anual de temperatura (Parker y Violante, 1989).

En las costas del Municipio de Villa Gesell, los vientos dominantes son del Este de octubre a febrero, y del Norte entre abril y agosto. La intensidad media anual es del orden de 12 km/h.

Con relación a los datos oceanográficos, las observaciones visuales realizadas en Pinamar por el Servicio de Hidrografía Naval, arrojan una altura de ola promedio de 0,89 m; con una altura máxima de 1,90 a 2,30 metros. El período es de 8,7 segundos. El régimen de mareas es de desigualdades diurnas con una amplitud media de sicigias de 0,74 metros. Estas playas poseen un continuo aporte de arenas por deriva litoral desde el sur del orden de 400.000 m3/año (Caviglia et al., 1992).

Schnack et al. (1982) y Fasano (1991) realizaron un análisis evolutivo y estratigráfico, respectivamente, de la región al sur de Villa Gesell, encontrando una sucesión de espigas que migraron hacia el sur cerrando una gran paleobahía, y originando la laguna costera de Mar Chiquita. Violante (1988) y Violante y Parker (1992) describieron detalladamente la estratigrafía de la zona entre Villa Gesell y Faro Querandí. Su análisis evolutivo idealiza un paleocabo en Villa Gesell causante de una antigua divergencia de las corrientes litorales hacia el sur y hacia el norte; actualmente la deriva es netamente de Sur a Norte.

Las unidades estratigráficas del Pleistoceno superior que se localizan en el área, corresponden a la Fm Buenos Aires, que se digita por debajo del paquete sedimentario Holoceno desde el Oeste, entre Villa Gesell y Valeria del Mar. Está compuesta por limos y loess castaño claro a rojizos, pulverulentos y sin estructuras. Corresponde a sedimentos depositados por acción eólica y fluvial, que cubrieron como manto y dejaron una superficie levemente ondulada. Caracteriza la llanura que se extiende al oeste del predio de Port Dorá. Por encima, la Fm Punta Médanos, compuesta por arenas finas a medianas, castaño amarillento con restos de conchillas conforman las dunas costeras holocenas. Estos médanos se formaron por acción eólica a expensas de los sedimentos de playa.

En profundidad, se confunde con la Facies Pinamar de la Fm Pozo N°8 (Parker y Violante, 1989). Comprende la franja de médanos vivos, vegetados parcialmente y la playa actual. Hacia el Noroeste del área, se extiende el Miembro Salada Grande de la Fm Pozo N°17. Originalmente, Dangavs (1983) le había dado carácter formacional, y posteriormente se incluyeron estos sedimentos en la Facies La Ernestina (Parker y Violante, 1989). Son arenas y limos castaño amarillentos a grisáceos o verdosos, que decrecen granulométricamente hacia el oeste donde se apoyan sobre terrenos pleistocenos.

Hacia el sudeste del área, se reconocen además arcillas plásticas verdes grisáceas a azuladas con restos de materia orgánica, y arenas muy finas a limos muy arcillosos, con conchillas trituradas, que corresponden a la Facies La Victoria de la Fm Pozo N°8 (Parker y Violante, 1989; Fig. 1).

Este sector del Partido de Villa Gesell es reconocido como área de reserva hidrogeológica.

Los sedimentos areno-limosos y arcillosos, pertenecerían a acumulaciones intermedanosas de materia orgánica, de carácter transitorio. Estos subambientes, de dinámica poco energética, acumulan aguas de lluvia y constituyen afloramientos del nivel freático, son sedimentos finos de alto potencial en el registro estratigráfico.

La barrera medanosa es compleja, en el sentido que se superponen barreras pleistocenas y holocenas (tramo Mar Chiquita - Pinamar) como las del sur de Brasil (Vilwock y Tomazelli, 1995), y responde a un modelo transgresivo - regresivo.

Actualmente, ambos procesos (transgresivos y regresivos) tienen lugar: los ambientes de la barrera de Mar Chiquita migran hacia el continente mientras que en Punta Rasa los procesos regresivos están evidenciados por una sucesión de espigas libres. Si bien este modelo sedimentario coincide mayormente con el propuesto recientemente por Violante y colaboradores (2001) consideramos importante vincularlo a los recursos hidrogeológicos, particularmente estimando los aportes de los sedimentos que conforman la denominada "Paleopunta Villa Gesell".

En la zona entre Cariló y Villa Gesell, se reconoció un esquema hidrodinámico de amplia variación areal (ver figura 4) donde se han destacado recursos aportados por la denominada "Paleopunta Villa Gesell" (Violante et al., 2001).

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

1- El modelo sedimentario de la Barrera Oriental de Buenos Aires es el de una barrera compleja (superposición de depósitos de barrera) modificada durante el Holoceno más reciente por un ciclo transgresivo-regresivo y donde aún hoy se pueden localizar procesos transgresivos y regresivos.

2- En la barrera medanosa entre Villa Gesell y Cariló los sedimentos arenosos de interés hidrogeológico (agua dulce) continúan en profundidad superando los 40 m.

3- Durante los meses de verano los parámetros medidos de las propiedades físicas de las aguas subterráneas resultaron normales para los ambientes en que se practicaron las mediciones, no existiendo afectación significativa en las características físicas o químicas de los mismos.

4- La infiltración está repartida uniformemente sobre todo el predio y el flujo del agua subterránea es hacia el mar, con zonas intermedanosas donde el freático es una lente que aflora.

5- Dada la baja densidad ocupacional que hay en la zona y los consumos estacionales, los volúmenes aportados por precipitaciones en el área son suficientes para abastecer los días de temporada.

6- Se obtuvo una transmisividad promedio de 206,2 m2/día para los acuíferos libres y de 130,97 m2/día para los semiconfinados. En relación con la permeabilidad promedio se obtuvo 18,23 m/día y 4,19 m/día respectivamente.

7- Se recomienda evitar la sobre-explotación del acuífero con el objeto de preservar las reservas, prevenir conos de bombeo y evitar la intrusiónsalina desde el mar.

8- Las reservas hidrogeológicas exceden lo esperado ya que existirían áreas de recarga de agua dulce provenientes de sedimentos pampianos (Fm Buenos Aires) ubicados al oeste de la Ruta 11. Se recomienda la evaluación de estos niveles en terrenos aledaños al predio y si la exploración es positiva se recomienda explotar sólo los niveles semiconfinados. Aún así, se sugiere que se estudie la posibilidad de reusar y/o economizar parte del agua en alguna de las diferentes etapas del ciclo hidrológico.

9- Se ha podido individualizar un acuífero freático presente en todo el ancho del cordón costero. Por debajo, un nivel semiconfinante horizontal, de espesores variables, sobrepuesto a un segundo acuífero de tipo semiconfinado. Este segundo nivel semiconfinante de base generalmente plana y techo irregular se superpone a un tercer acuífero semiconfinado cuyo piso no pudo ser alcanzado.