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Atalaya

de áreas naturales y no tan naturales

La intención de este html es dar noticia de al menos 3 etapas: Pleistoceno, holoceno tardío y siglo XX, que caben apuntar a los aprox 95 Kms de riberas bonaerenses al NO y los aprox 15 Kms al SO de Punta Piedras, para habilitar opinión sobre lo sucedido con el ecosistema de salidas estuariales; advirtiendo una barrera generada por el hombre en el último siglo, que llamada a perdurar, merece aprecios a lo que habría que considerar sobre el desenlace del sistema hídrico al SO de estas largas barreras de talas calificados como "nativos".

Aquello que los físicos en dinámica costera llaman barreras regresivas formadas por acumulaciones de arena generadas por los vientos en las riberas atlánticas, aquí cabría apuntarlas como barreras regresivas provocadas por montes de talas con gran capacidad de migración, originados en el último siglo.

Los meandros llegan hasta esas barreras regresivas, cuyas interferencias imaginan resolverse con canalizaciones mecánicas, que en nada cuentan con recursos termodinámicos para mover las aguas.

Recordemos que en estas circunstancias la pendiente es nula. -4mmxKm

Veinos de esas riberas nos informan por sobre el monte ribereño, humedales, pastizales, ceibales, talares, entre otras maravillas que en una franja de pocos kilómetros de ancho asocian los límites australes de las formaciones deltaico-paranaenses (y sus orígenes en las galerías selváticas misoneras) y las del espinal-chaqueño (que pocos saben que por barrancas y lomadas de conchilla navegan junto al río lejos de su gran intromisión en La Pampa y sus caldenales).

 

PARQUE COSTERO DEL SUR


Señalan no estar claro qué Ley materializa el interés del Decreto 1.537 del Ejecutivo, del 21/03/85, que declaraba “de interés provincial el desarrollo del proyecto Parque Costero del Sur, en el Pdo. de Magdalena (hoy dividido por Ley 11.584/94), y su constitución y habilitación como reserva provincial”.

Lo que sí sabemos es que un mes antes del mencionado Decreto, el Programa MaB de la UNESCO integraba el Parque Costero del Sur a la Red Internacional de Reservas de la Biosfera, Red que “tiene como objetivo la conservación de la naturaleza y la investigación al servicio del hombre” y que “servirá como sistema de referencia para medir los impactos del hombre sobre el ambiente”.

La defensa y distribución del talar de referencia, imagen emblemática de la región tratada, permitirá ofrecer a las generaciones futuras una indispensable herramienta para el mantenimiento del equilibrio ecológico de la zona, como así también el conocimiento directo del entorno ambiental histórico de la misma…”

Por contraste, vemos en estas imágenes que siguen, cómo la ausencia de la franja de talas en las riberas inmediatas al Samborombón, permiten al ecosistema tributario sacar sus aguas al estuario, a la bahía o al Atlántico.

El llamado ecosistema del PCS no es un sistema natural, sino fruto de una intervención humana modificando inocentemente ese borde de enlaces termodinámicos de fragilidad superlativa. (Ya invitaremos a repasar el concepto de "ecosistema").

Tan superlativa, que hasta hoy no se han dado cuenta que estos fenomenales detalles que deberían asistir a una ecología de estos ecosistemas naturales, son los mismos que pesan en las dinámicas horizontales MUERTAS de las salidas del Riachuelo, del Reconquista, del Luján y de todos y cada uno de los tributarios urbanos del Oeste.

Ese no darse cuenta le costó en el 2011 al ACUMAR gastar $7400 millones (un 80% más que los 4077 del Poder Judicial de la Nación); para terminar confesando que no sabía cómo identificar el pasivo del Plan Integral de Saneamiento Ambiental Matanzas Riachuelo.

¡¿Cómo habría de darse cuenta si en 227 años nunca señalaron que las dinámicas horizontales del Riachuelo estaban soberanamente MUERTAS!

Detalle que surge de no diferenciar el orden de los factores: 1º el ecosistema y su marco ecológico en términos de enlaces y gradientes termodinámicos; y tan sólo en 2º lugar, los temas ambientales y las dichosas -por no decir cacareadas- sustentabilidades. Fértil "brandening" para todo tipo de lobbies.

Invertir este orden es funesto para Natura al igual que para sus criaturas. Por ello la demanda D-473/2012 en CSJN, alertando de estas cegueras que seguirán luciendo en cosmovisión hasta aceptar cultivar y respetar estos elementales órdenes y consecuentes complejidades.

El alivio en estos lares está determinado por la baja presión de compromisos urbanos. Pero de hecho, si uno acerca mirada al desarrollo del Nuevo Quilmes, ya alcanza evidencia de los encierros encharcados a estos compromisos supuestamente ignorados.

En realidad, los ignorados son los vecinos a los que el Nuevo Quilmes les manda sus regalos de aguas estancadas, planificados y aprobados por ciegos.

Toda barrera regresiva, del tipo que sea, deja a estos ecosistemas encerrados cargando consecuencias que nadie quiere estimar. Esto mismo sucede en los municipios de Tigre, Escobar y Pilar en escalas infinitamente más graves.

Estos problemas están ausentes en las salidas del Samborombón y del Tuyú, porque allí no están los benditos montes "nativos del siglo XX", de talas

Múltiples meandros de salidas del Tuyú a la bahía de Samborombón

Esto nos remite a recordar una vez más el concepto de ecosistema que nos regala el Anexo I de la ley 11723 en su Glosario:

ECOSISTEMA: Sistema relativamente estable en el tiempo y termodinámicamente abierto en cuanto a la entrada y salida de sustancias y energía. Este sistema tiene una entrada (energía solar, elementos minerales de las rocas, atmósfera y aguas subterráneas) y una salida de energía y sustancias biogénicas hacia la atmósfera (calor, oxígeno, ácido carbónico y otros gases), la litósfera (compuesta por humos, minerales, rocas sedimentarias) y la hidrósfera (sustancias disueltas en las aguas superficiales, ríos y otros cuerpos de aguas).

Recordemos que los ecosistemas son termodinámicos y abiertos. Un encierro acaba con un ecosistema, aunque luego descubramos otro, lleno de flora y fauna, dentro de ese encierro originado por el hombre.

También es dable señalar la existencia de un ecosistema dentro de un hormiguero y en una cueva. Pero deberíamos saludablemente recordar que los "termodinámicamente abiertos" son los que más cuentan para asistir nuestras miserias, una y otra vez solicitando dispersiones.

Que por caso, hoy los 10 millones de habitantes del Matanzas y del Reconquista, no encuentran a ningún precio soluciones

Esta pequeña advertencia nos sea útil para sospechar que Madre Natura suele ser más cuidadosa y que por lo tanto, en esta fragilidad particular sea recomendable no instalar asentamientos urbanos.

Algo imposible de soñar viendo los apetitos de los fieros mercaderes de suelo, que querrían devorarse estas riberas de un sólo mordiscón.

Lo está haciendo en las espeluznantes riberas de la mentada Costa del Plata nada menos que un Techint; ¡qué no es de imaginar, aquí suceda!

Por ello, empezar a mirar con más atención los recaudos legislativos que caben a estos patrimonios naturales, incluídos aquellos no tan naturales como los cultivados paisajes de la estancia el Destino que siguen al Atalaya, son de desear. Sigue imagen de las franjas de esa estancia El Destino y de sus cordones litorales holocenos aún sobrevivientes, bastante bien definidos.

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Al final de las grandes imágenes que siguen relatando de la formación de los primeros suelos en el pleistoceno (paleopunta Pipinas), volveremos con imágenes de mayor resolución sobre estos mismos suelos en vecindades de Magdalena y sus novedades post-holocenas.

El cordón litoral de Punta Piedras: salida a deriva de plataforma

La inferencia de una falla gravitacional de rumbo NO-SE nada tiene que ver con los antiguos cordones pleistocénicos de los que nadie hace mención, para en cambio aparecer referidos como paleopuntas Villa Gesell y Piedras. El 1º con rumbo O-E. El 2º con rumbo OSO-ENE; y ambos con una ligera curvatura, que más propicia la idea de un cordón litoral respondiendo a un corredor de flujos de salida, antes que la idea de una falla. En ambos, su longitud aprox: 30 Km.

Voy cayendo en la cuenta que la condición monotributista de estos cordones o paleopuntas, es que al terminar alimentando una deriva de plataforma, no necesitan reproducirse o redoblarse como es el caso de los cordones litorales que son asistidos en su salida al cuerpo de agua mayor por una deriva litoral; que en tanto satura el seno por donde circula se ve obligado a tallar otro cordón a continuación, paralelo a éste.

Por haber atendido su función durante milenios exiben la escala que los caracteriza, muy superior a los cordones holocenos en altura y ancho, siendo asistidos éstos últimos, reitero, por deriva litoral.

Tras referir de una única ingresión ocurrida en las postrimerías del Pampiano, señala Parker en su Geología Marina (1979) que a veces hay que romper con conceptos muy arraigados en la geología de un país. Aquí entonces tenemos oportunidad de romper con conceptos mecánicos arraigados en la ciencia sedimentológica que sigue creyendo en las olas oblicuas como generadores de estos cordones holocénicos. La imagen que sigue del estuario del Caravelas en Brasil Tal vez les ayude a cambiar el catecismo mecánico por uno solar. Ver imágenes en mayor resolución por /cordones5.html

Y respecto a los dos cordones pleistocenos, que recién hoy concluímos los motivos de su escala y singularidad, dado que su condición -al igual que los anteriores-, se borda sumergido, es inútil imaginar olas oblicuas o como las quieran, para fundar semejante formación; con una dirección que nada tiene que ver con los vientos que imperan en la región. Todo el sistema marcha y se consolida sumergido. La propuesta de llamarlas "barreras regresivas" sólo responde a disfunción en el imaginario de las dinámicas presentes en estos avatares.

Este 16 de Noviembre del 2012 acabo de advertir, que esas formaciones que en este gráfico que sigue Violante llama "barreras regresivas" de 30.000 años, son huellas de memoria convectiva de derivas de plataforma que arrancan en estos 2 cordones litorales, por los académicos llamadas paleopuntas. Por ello su rumbo difiere con respecto al de los cordones litorales holocénicos, que reitero, son asistidos a lo largo de sus vidas útiles y redoblamientos posteriores, por deriva litoral; que no es el caso de estas llamadas "barreras".

Estos cordones o paleopuntas nacen con el compromiso ligado de la deriva de plataforma. la antigüedad de ambas derivas es superior a los 125.000 años

El cordón de Punta Piedras responde a dos compromisos: por un lado a la antigua salida del río Samborombón, cuyos flujos eran raptados literalmente por el corredor Alflora, rumbo a Montevideo y Punta del Este. En horarios de máximos reflujos una porción de éstos marcha hoy hacia el Oeste al llamado Umbral de Cufré. Y por el otro, al compromiso de los flujos que

En las isobatas de 5 a 10 m, el escalón de Barra del Indio y el Frente Marítimo dan testimonio de este milenario corredor de flujos y sus compañeros acoplados -aunque disociados-, que arranca hoy de la antigua bahía. En tiempos pleistocenos lo hacía del cordón litoral o paleopunta Villa Gesell por donde salía todo el sistema del Salado; entonces con rumbo al Banco de Rouen y aún marchando 600 Km más lejos.

La consistencia de la Barra del Indio la imagino suficientemente acreditada a estas energías

 

 

Dice Parker, que Cortelezzi (1969) menciona en los alrededores de La Plata dataciones de conchillas tomadas en el borde superior de la terraza alta y en el superior de la baja, en el sentido de Frenguelli (1950) que atribuye al Belgranense 35.700 a. AP y al Querandinense 3.500 a.AP.

Conchillas asimilables al Belgranense de 30.000 a.AP también son mencionadas por el mismo autor para el banco de Coquinas explotado para la fabricación de cemento de Pipinas. Sigue imagen del pueblo y la fábrica.

Estas dataciones corresponden a niveles marinos superpuestos a sedimentos típicamente Pampianos continentales o intercalados en su parte superior y ubicados en niveles topográficamente más altos que los correspondientes a la última transgresión marina.

Recordemos que la dirección de los cordones pleistocenos y holocenos cambia en 90º. Los primeros van al Este. Los segundos al Norte. Por ello este gráfico que sigue haga olvidar este detalle de las dinámicas de salida: las primeras iban directas a derivas de plataforma; las segundas, a deriva litoral.

Tal vez por este detalle -que no es tan pequeño-, las energías en juego resulten mucho mayores y de aquí la escala de unos y otros; y el motivo por el cual no necesitaron redoblarse, como es el caso de los cordones crecidos al amparo de una deriva litoral. El segundo gráfico habla de esas penínsulas sumergidas en donde quedaba registrada la memoria convectiva de ese corredor que marchaba con su pesada carga rebotando en el fondo, rumbo a un lejano destino.

La península sumergida que Violante llama "barreras transgresivas holocenas" son memoria convectiva de derivas de plataforma pleistocenas.

La que Violante ilustra en este gráfico era la que marchaba a Rouen. La que no entra en el gráfico es la que señalo con el nombre de corredor Alflora, arrancando de Punta Piedras hacia Montevideo, dando soporte al suelo de la Barra del Indio. Los corredores que se le acoplan haciando de escuderos al SE -aunque marchando disociados de éste-, son los de agua salada que van por el Frente marítimo y mucho menor carga sedimentaria en sus espaldas.

La edad absoluta corresponde a la parte alta del Pleistoceno superior y sus características litológicas presentan mayor afinidad con los sedimentos del Pampiano, que con las ingresiones marinas posteriores.

Fidalgo ubica una lengua de la Formación Pascuas en la parte superior de la formación Pampiano, que sin dar mayores detalles de su disposición la asigna al Pleistoceno medio a superior.

Arcillas pardas con conchillas y arcillas rojas con tosca superpuestas cuyas características litológicas, posición estratigráfica y Facies, las hacen correlacionables, tanto con la Formación Pascuas como con las conchillas de Pipinas y La Plata atribuídas por Cortelezzi al piso Belgranense. Aunque la posición estructural que mantienen en el área que abarca el presente trabajo es muy distinta a las de las otras localidades mencionadas.

En Punta Médanos está estructuralmente por debajo de las últimas transgresiones, mientras que en La Plata y Pipinas por encima.

Advierten que resulta probable la existencia de fallas que afecten a sedimentos del Pleistoceno superior hasta aprox. los 30.000 a.AP.

Tales fallas o reactivaciones responderían a acontecimientos tectónicos ubicados en el Pleistoceno superior, siendo anteriores a la culminación de la transgresión Holocena.

Ya he observado que no considero necesario imaginar fallas cuando el perfil y la curva del cordón aparecen resaltados después de 35.000 años.

 

Conclusiones

1º . Identifican en el área 4 ingresiones marinas. Tres inferiores pleistocenas que hacia el Oeste entraman con sedimentos Pampianos en sentido amplio y una última ubicada en una terraza labrada en esos sedimentos de edad holocena.

2º . Infieren la existencia de una falla que afecta a sedimentos del Pampiano, determinante de la distribución areal de los dos últimos ciclos sedimentarios marinos del cuaternario superior, restando valor a todas aquellas correlaciones de niveles interpampianos en base a su posición topográfica.

3º . Señalan que la evolución geológica del área puede ser dividida en dos etapas desde el punto de vista paleogeofráfico, separadas por la discordancia ubicada en el techo de la Formación Pozo Nº 10. Una más antigua de costas abiertas al mar o sedimentación preferentemente de color castaño y otra posterior más moderna con la formación de barreras litorales, de continuo crecimiento al Norte y desarrollo de albúferas al abrigo de éstas.

Las imágenes que siguen muestran el sistema del Salado y las antiguas huellas que aún sobreviven de su salida al Sur, en el testimonio de miles de lagunas que van suscitando los enlaces de esas antiguas trazas

 

 

Con el Norte corrido 90º mostramos todo el cordón de Punta Piedras o cordón de Pipinas, con el río Samborombón al término, tras haber dejado de bordear esta salida

Cerramos este repertorio de imágenes volviendo a los del Atalaya, con muchos de sus cordones litorales planchados y sus albardones costeros con talas bendecidos, conformando barreras regresivas que en nada caben mentar como holocenas.

Sigue imagen mostrando cómo el borde regresivo conformado por los talas del siglo XX -sin olvidar el regalo extra de los terraplenes del camino-, liquida el sistema "termodinámicamente abierto" que da sentido elemental a la voz "ecosistema". Palabrita ésta, que se regala para todos los gustos: ecología política, administrativa y demás etcéteras del brandening festivo.

Al Sur del cordón o paleopunta de Pipinas el ecosistema de salidas tributarias no reconoce estos problemas, pues allí no hay talas del siglo XX . Sean útiles estos contrastes para valorar lo más natural, de lo no tan natural aunque esté lleno de aves.

Pongamos con ese amor al frente del OPDS a un ave y miremos si sincera su conciente despiste e inacción.

Los cordones litorales están bien a la vista y sin embargo el ecosistema de salidas tributarias resuelve cómo sortearlos.

Imagen de salida del Atalaya

Imagen de los meandros cercanos a la salida. Recordemos que estos cursos de agua bendicen la ausencia de árboles en sus márgenes, pues es el sol el que carga las baterías convectivas de sus esteros y bañados aledaños, que por costas blandas y bordes lábiles alcanzan a transferir a la sangria mayor.

Así por caso, el Amazonas saca sus aguas al Atlántico a 4 nudos/h (1 nudo= 1856 m), siendo que tiene la mitad de la pendiente del Paraná. El primero luce 2 mm x Km en sus últimos 900 Kms. En tanto el Paraná en sus últimos 120 Kms muestra 4 mm x Km. La diferencia está en Manaos donde cada centímetro cuadrado de suelo de esteros acopia 865 calorías diarias. En termodinámica, el calor es interpretado como trabajo.

Mirando a las aves disfrutamos, pero no advertimos el enlace y los gradientes termodinámicos que hacen viable la Vida en el planeta. Por ello sugiero, seguir amando a las aves, pero valorar esta cuestión de las energías implícitas en los ecosistemas, que no parecen explícitas en nuestros aprecios al usar esta voz.

Este es el paradigma que pone a la ciencia hidráulica frente al abismo de haber imaginado que los cursos de agua en planicie extremas se aprovechan de pendientes de 4mm por kilómetro para mover sus aguas; ignorando las fenomenales eficiencias de la energía solar para hacer estas tareas. Ver convec2.html y /pendientes2.html

Agradezco a mis Queridas Musas Alflora Montiel Vivero y Estela Livingston, el ánimo e inspiración que a diario me regalan.

Francisco Javier de Amorrortu, 10 de Marzo del 2014.