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Diagnóstico de flujos en la zona Norte

que alcance mirada sincera a desarrollos deltarios naturales; a los desarrollos emergentes por obra humana; y conforme un balance de interrogantes inmediatos pendientes.

Es muy difícil reconstruir un panorama natural de desarrollos deltarios habiendo ignorado esas sutiles energías operantes en áreas que doy en llamar "hidrotermias",

y habiendo ignorado y bastardeado todo criterio hidrológico, ya urbano, ya rural, liberando playas y riberas para atropellos que bien están a la vista.

Desde la perspectiva que nos traen los enormes problemas a resolver respecto de los flujos del Reconquista y del Luján en particular, ya tenemos motivos sobrados para apuntar a recrear algo de esa condición natural perdida. No hay solución que no busque algún apoyo, en salida natural.

Estos estudios deben en principio abocarse a verificar la calidad de los estudios hidrológicos de estas cuencas; porque es imposible haber llegado al estado descomunal de abandonos y descalabros, si hubiera habido información veraz.

Luego, es necesario llevar adelante un muy preciso estudio de la salida al Luján del canal Aliviador del Reconquista. Ver Pág. 39

Y desde aquí, considerar todo lo que haga falta considerar se deba hacer en sus encuentros, en el bastardeado curso del Luján, en su encuentro con el canal de Vinculación y en su salida al estuario.

Estos estudios en la zona Norte deben incluir las reposiciones de energías al canal natural costanero. Energías que también obligarán a considerar los flujos del Canal de Vinculación, San Antonio, Urión y canal del Este.

Esta tarea debe trascender a nivel público en los más mínimos detalles; porque es la única forma de encender y compartir una mirada crítica; que al tiempo que descubre la inmensidad del descalabro, reparta conciencia de la gravedad en toda la ciudadanía; que también muchos ciudadanos de estos municipios contribuyen con torpezas, concientes o inconcientes. Por ello la necesidad de abrir información.

Por supuesto, que no gustará esta apertura a las instituciones que han manejado durante 60 años desde su jaulita de marfil  esta cuestión. Pero ya no hay excusa para más exclusividades funcionales administrativas, legales o técnicas.

Así como resulta conveniente la renovación del ejecutivo cada cuatro años, así queda probado que las tres décadas de un mismo director al frente de las cuestiones hidráulicas en Provincia y finalmente en Nación, no han sido una bendición que debamos perpetuar.

También será exigible, dada la enorme gravedad y complejidad de la cuestión, que más de una consultora, alcance su opinión en cada tema.

Ninguna razón hay para creer que ahora no nos vamos a seguir equivocando; o que el concepto de "deriva litoral", al que tampoco prestamos atención, resolverá nuestra miopía.

El problema afecta a inmensas regiones y a grandes poblaciones. Por ello, no es conveniente ocultar estos problemas; sino, comenzar a educarse generando foros de opinión que a poco vayan profundizando en la cuestión.

Cuestiones que por supuesto exceden lo hidrológico, aunque por aquí es inevitable comenzar.

 

Diagnóstico de flujos en el Riachuelo

Esta tarea es mucho más sencilla que la del capítulo anterior. Y por ello, considerando en adición las urgencias de los planes que intentan llevarse adelante, cabe que sea ésta la primera tarea a verificar.

Tarea que, repito, tampoco debe quedar en una sóla mano.

 

Esbozos de más originales perspectivas
surgen de las consideraciones a la reposición de flujos del Riachuelo.

Esta perspectiva nunca fue considerada y en ello consiste su primera originalidad: insistiendo en acercar salida originaria.

Esbozos de importantes perspectivas creativas esperan las obranzas de los refulados al Este y al Oeste del Emilio Mitre, que justifiquen sea repuesta la perdida draga de corte.

A la Corporación de Puerto Madero abalanzándose sobre las áreas portuarias no hay cómo contenerla; pues es caja creada y enquistada para disfrute del poder político de hoy, de ayer y de mañana. Imaginar solución para las demandas portuarias en estas riquísimas áreas, es una ilusión algo más que complicada. Algún futuro, a cambio, pudiera esperarnos al Este y al Oeste del Emilio Mitre. Ver pág. 53

La angosta lonja refulada de aprox. 14 Kms y dos de ancho, tarde o temprano verá crecer una zona portuaria excepcional; sin necesidad de imaginarse allí mismo las áreas de los grandes depósitos.

En la barrera paralela conformada al Oeste del Emilio Mitre, es dable imaginar el futuro de las instalaciones deportivas que hoy asfixian al Luján.

 

La consolidación de las barreras ya refuladas al Este del Canal Emilio Mitre en sus primeros 14 Kms desde su salida al Norte, reclamará devolver salud a los mejores flujos del Barca Grande, Paraná Miní, Barquitas, Lobos, Correntoso, Guazucito y salida del Guazú al Sur que se sumaban a este corredor; y que debiendo este último, hacer sus principales aportes al corredor natural de flujos centrales, han quedado prisioneros o se han desviado hacia la costa uruguaya.

Ese corredor central de flujos estuariales está llamado a descubrir su mayor importancia, no sólo cenicienta, sino para la más directa navegación como lo fue en el pasado; para hacer de corredor de flujos costaneros de las barreras refuladas al Este del Emilio Mitre y para la mejor Vida de la Gran Hoya del Canal Intermedio; que perdiendo ricas energías que siempre le asistieron y volcando allí todos los barros dragados, conocerá la mayor degradación.

Defender un Corredor de Flujos Centrales en aguas argentinas y con aguas que siempre fueron argentinas, no es algo para menospreciar. El propio embudo hidrodinámico de la Gran Hoya del Canal Intermedio, repito, reclama estos flujos para mantenerse sano y vigoroso. De lo contrario, nuestra costa tiene ya su pre-acta de defunción.

Los progresos del frente deltario central al Sur del Guazú y hasta el Emilio Mitre, ya nos descubren en el descomunal desarrollo de la isla Oyarvide y su entornos, una catástrofe estuarial tan a la vista, que sorprende nadie hable de ella. Ver este tema en el Capítulo siguiente.

Estos panoramas así esbozados conllevan tarea para los próximos cien años, y sin embargo, es tarea que no debe quedar relegada un sólo día.
 

Francisco Javier de Amorrortu

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