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Deriva litoral 12

Desde Sanborombón hasta el Guazucito

de los refulados al Este del Emilio Mitre

Durante casi 3 décadas las obranzas del Emilio Mitre volcaron refulados sobre el veril Este del canal en tiempos de construcción y de mantenimiento.

Si mal no recuerdo, en el 2003 Jan de Nul llevó su draga de corte a Centroamérica para hacer una changa y tras prenderse fuego nunca más volvió.

Tomaron entonces a préstamo una vieja draga de arrastre de la Nación y esta se ocupó desde entonces de la tarea, no sin antes decidir por consejo de la consultora HYTSA que los barros dragados fueran volcados sobre el veril Sur del canal de acceso más allá del Km 26.

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En meses recientes vino de estreno al país una modernísima draga de corte de Jan de Nul apodada Batuta con la misión de dragar la margen del Paraná donde atracarían los buques regasificador y metanero que proveerán gas a usinas térmicas de la región. Aprovechando que la tarea de preparar el sitio donde volcar los refulados no estaba todavía para ella dispuesto, se le propuso refular unas semanas en el Emilio Mitre.

Así fue que sin demora y a un ritmo feroz la poderosa draga comenzó a fabricar suelo sobre los refulados que habían estado aguardando 10 cm abajo del pelo de agua la luz del sol para engendrar vegetación.

Para nadie era secreto el área peninsular kilométrica apenas sumergida que se extiende al Este del Canal Mitre; pero nadie habla de cómo se ha modificado toda la dinámica de la región al Este de los refulados; salvo Morelli, director de proyectos de la SSPyVN, que me hizo sentir tiene alguna sospecha de que todo el plan Halcrow hubiera estado errado. Un poco tarde para esos presupuestos que mejor se apliquen a mirar estos otros entuertos derivados de lo que ya está hecho.

No tengo noticias de que Halcrow haya hecho seguimiento de esta obra en los 44 años que ya median del anteproyecto. Si lo hubiera hecho y comunicado a alguno de nuestros gobiernos, es obligación darlo a conocer.

Si no lo hubiera hecho es clara afirmación de irresponsabilidad natural anclada en soberana falta de amor propio.

Así también merece estima advertir cómo taponarán al último cono de flujos sanos los barros volcados por la draga de arrastre en el veril Sur del canal de acceso; y cómo rematarán el área los 4.000.000 m3 diarios de efluentes que proponen volcar en el veril de enfrente, que por capa límite térmica después de su viaje de 12 Kms por emisarios, no tendrán ningún inconveniente para sedimentar en el lugar que las bocas difusoras dispongan.

Ese último cono de flujos sanos al que refiero con 1,4 nudos/h de velocidad de flujos en descenso es la rejilla del área de aprox 80 a 100 Km2 que desde el Norte ruega por ella con flujos que no superan los 0,4 nudos/h.

Esta inmensa área de profundidad promedio que no supera los 80 cm y cuya pendiente de fondo no supera los 4 milímetros por Km. es, para cualquiera que tenga un soplo de imaginación, el anticipo de un humedal nauseabundo cuyo cadáver velaremos durante 200 años sin remedio.

Por supuesto ya hay lista de espera para hacer negocios en la región. Pero el caso es que aún no han advertido que asentamientos como Nordelta y los similares de EIDICO no son sustentables ni siquiera en la escala municipal que hoy descubren. Allí la dinámica de las aguas superficiales y la salud de los acuíferos no están en peligro, sino liquidada.

No hablemos de cota de anegamiento. No hablemos de polucción y/o contaminación. Ese es otro tema, que por supuesto no se arregla con azul de metileno y photoshop. Hablo sólo de la dinámica natural y de los engendros que han llevado adelante unos pocos empresarios de la mano de un grupo de arquitectos que, a pesar de ostentar títulos de magister en ética ambiental, no dudo en apuntar han formalizado un infierno que no cesa de crecer.

La inercia de los negocios no les permite sino sonreir. Ya es tarde para esperar algo de ellos, aunque no es tarde para iluminar el enfisema que cargará la gran urbe.

Este tema sin embargo, me desvía de la meta propuesta que es referir de la deriva litoral generada por los refulados al Este del Emilio Mitre y sus implicancias en las acreencias y dinámicas en el frente deltario central.

La reconstrucción de una mínima dinámica al Oeste del canal es tarea para otro capítulo que ya vengo esbozando en un par de hipertextos.

Nadie ha estudiado en Argentina esta cuestión de la deriva litoral. Enecerrados en su catecismo de ola oblicua los físicos en dinámica costera callan por ser para ellos materia de poca significación. Sólo Jorge Codignotto ha hecho breves referencias a ella. Ni siquiera señalan qué segmentos de flujos cargan sus aguas. Abominan imaginar hipersincronicidad mareal o memoria convectiva pues tendrían que olvidar todo lo aprendido y todo lo obrado con criterios mecánicos.

Por ello no me queda más remedio que inferir sus energías en función de los sedimentos transportados aguas arriba y responsables de las acreencias peninsulares en las salidas de los grandes tributarios y en los desarrollos insulares extraordinarios del otro lado del corredor de los Pozos del Barca Grande.

Las pruebas son la calidad de sus sedimentos limosos en lugar de los antiguos arenosos; y el perfil hidrodinámico que descubren estas islas, en toda la región y sin excepción; pues hasta Martín García y la isla Matón en la ribera uruguaya no escapan a esta consideración de la orientación del perfil.

Este segmento de flujos convectivos internos no es modelizable en laboratorio de mecánica de fluidos. Las modelaciones matemáticas jamás los han incluído entre sus variables. Sólo logramos estimar sus peripecias merced a seguimientos de las plumas de polución disociadas del medio que las transporta; de espectrografía filtrada que muestra el camino y la cantidad de nutrientes; de consideraciones respecto de los perfiles de fondo y de las transformaciones de las llamadas costas blandas; de aprecios a las convecciones externas que ponen límites a la deriva litoral y bien quedan reflejadas sus erosiones en los perfiles visibles de las riberas; de seguimiento batimétrico a la degradación de los canales naturales y la forma en que disponen soluciones; de procesos de sedimentación y en especial de aquellos que implican cambios novedosos; de la orientación de los perfiles hidrodinámicos superficiales y subsuperficiales; de ingresos de cuerpos líquidos altamente disociados en términos térmicos o hidroquímicos que permitan imaginar trastornos serios en las transferencias de energías.

Muchos de estos detalles sin embargo, han venido siendo sistemáticamente eliminados de toda la información disponible gratuita con la que he trabajado estos últimos cinco años; aunque gracias a los bancos de imágenes acopiados durante años logro con mayor experiencia extraer cada día con laboratorio digital mayor información de ellos.

Todos los gobiernos de todas las naciones tienen traseros en sus riberas más sucios que los de un cerdo y por ello prefieren ser discretos y pagan por ello. El Mar del Norte y el Bático compiten con el Mar Muerto.

Imposible a esta altura de la civilización imaginar que este freno a la información vaya a ser eterno. Las heces salen por la ventana como en Versailles en sus mejores tiempos.

Pero habiendo este freno sido instalado desde los propios gobiernos, no son los institutos oficiales los que mentan estos entuertos, sino los hortelanos que ni siquiera buscan escarapela de premio.

Quien se interese por estas materias ligadas a la deriva litoral y su relación obligada con la eficacia de las salidas tributarias, los vertederos y la dinámica de las aguas someras en planicies extremas, no tendrá más remedio que comenzar a probar el sabor de estas hortalizas.

Quien pretenda amasar hidrología cuantitativa de estos aprecios tendrá que montarse un laboratorio como los que no he visto anticipos ni en los sueños.

La esfera cualitativa viene regalada de imagen, algo fenomenal en ella que nos golpea y eurística regalada de espíritu para cultivar fenomenología termodinámica de sistemas naturales abiertos.

A las áreas peninsulares sumergidas y/o aflorantes al Este del Emilio Mitre les imagino un gran destino; pero en cualquier caso necesitarán un soporte dinámico ribereño que ponga límites al ancho de estas derivas para que no se conformen como hoy lo hacen, en extendidas interminables hidrotermias; y eso corre por cuenta de las energías que con cuidado se rescaten del sistema de flujos de los Pozos del Barca Grande y se orienten a la par de suaves riberas y perfiles de edificación bajísimos, en península estrechísima a rescatar en utilidad por mil razones; que busquen en adición, no interferir con la ventilación de las áreas al Oeste que cargan enfermedad terminal.

Dirán los expertos que esto es pura cháchara; pero exageran. Es mucho menos que eso. Acuéstense a dormir, y si lo ven en sueños ya tienen con qué comenzar a inferir.

Francisco Javier de Amorrortu, 14 de Enero del 2011.