ilustraciones al Holocausto del Agua

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Este capítulo de imágenes sobre la contaminación en las riberas hubo de merecer adicional atención en su momento en http://www.elholocaustodelagua.com.ar . Contenidos aquí incluidos a continuación de este capítulo; y etapas de un trabajo que fue con mirada repentina descubriendo, sin presupuestos previos, un mundo estremecedor.

Quien recorra estas imágenes (las anteriores y las que siguen), ya sea para advertir los originales perfiles de la costa, producto del más descontrolado bastardeo; o la interminable historia de la conformación de rellenos que un informe blanqueador aquí mismo nos regala; o el bruto descontrol en la descomunal contaminación en todas las riberas alcanzando grados de terror en una treintena de puntos; o la misteriosa salida por la isla Lucha, de un torrente infernal de polución de hidrocarburos al lado mismo de la boca del Paraná de las Palmas; o la desaparición del canal natural costanero sin consideraciones de su valor; o la falta de programas elementales, tanto para acciones de control, como para fines comunicacionales o educativos; o la falta de entidades nacionales y provinciales que manejen con alguna responsabilidad estas calamidades; o la falta de centros de información con páginas en Internet para dar a conocer políticas, prevenciones y normativas legales; o la ausencia completa de funcionarios capacitados en ecuaciones legales y técnicas; o la falta de informes sobre repercusiones ambientales, incluídas descripciones de proyectos de rellenos y otras transformaciones costaneras; o el olvido de las Leyes provinciales: 6253/60 de preservación de desagües naturales y Art 59, de la 10128/83 fijando límites para asentamientos humanos; o el olvido de planes reguladores; o la desconsideración de la imprescindible necesidad para hacer excepciones a estas normas; inexorablemente, quien se acerque a cualquiera de estos temas habrá de advertir que estas calamidades que en silencio avanzan en beneficio de tremendos irresponsables y de espantosas miserias, merecen algo más que estas regaladas imágenes sosteniendo comprensión y aun en elementales niveles de comunicación, activando su atención.

Para dar una idea de cómo ven estos problemas en el exterior, damos paso a unas pocas líneas de la nota del Dr. Marcos Sommer y el Ing. Mateo Sommer, titulada:

“Ciegos, sordos e inconmovibles”

y publicada por el Ökoteccum de Kiel, Alemania en 2004.
e-mail: okoteccum@aol.com

(Ver artículo completo)

La Cuenca Matanza-Riachuelo en la Provincia de Buenos Aires, con sus 2.240 km cuadrados y sus cinco millones de habitantes, de los cuáles sólo el 45 por ciento posee cloacas y el 65 por ciento tiene agua potable (1,7 millones de personas utilizan pozos negros o cámaras sépticas), es uno de los símbolos argentinos de la polución.

Tres mil empresas vuelcan a diario y desde hace años sus residuos tóxicos o no tóxicos sólidos o líquidos, sin ningún tipo de tratamiento o con tratamiento insuficiente.

A estos volcamientos se agregan los afluentes cloacales. En conjunto, recibe a diario 386.000 metros cúbicos de residuos industriales, nada menos que el doble del caudal mínimo promedio del río.

Los lodos del Riachuelo tienen concentraciones grandes de cromo, cobre, mercurio, cinc y plomo. Hidrocarburos como el benceno, naftaleno, antraceno y tolueno, entre otros, abundan en las aguas. La concentración de nitratos es hasta tres veces mayor a los límites permitidos.

La empresa "Aguas Argentinas" estimó que fluyen 2.300.000 de metros cúbicos de aguas negras sin tratar - por día - en el Río de la Plata.
A ellos se suman 1.900.000 de metros cúbicos diarios de descargas industriales del Área Metropolitana de Buenos Aires.

La mayor parte del agua que consume la población proviene de los mismos cuerpos en los que son evacuados los efluentes cloacales e industriales en el Río de la Plata. Así, repito, el río es usado como bebedero y cloaca al mismo tiempo.

El lixiviado del relleno de los desaparecidos humedales- Avellaneda y norte del Gran Buenos Aires, Vicente López y San Isidro- penetra en la tierra, contaminando inexorablemente los cauces subterráneos de agua potable inmediatos de la ciudad.

Todo esto sucede sin que exista un programa a gran escala (y ni siquiera en pequeña escala) para el tratamiento de las aguas residuales antes de verterlas "in natura". Al parecer, suponen que los ríos y el mar se auto-depuran a velocidad mayor a la de la descarga que reciben.

Este trabajo que ya tiene hipervínculo al texto completo, al igual que sus correlatos en RAMSAR 2002, es demasiado extenso para intercalar en esta presentación; y por eso mismo de que la mayoría aprecia visualizar las noticias, sumamos estas imágenes que siguen,  al tema de la contaminación.

Comenzando por un extraño vertedero inmediatamente al Norte de la salida del Paraná de las Palmas, que pudiendo venir de la zona de Campana, arroja las más espeluznantes pestilencias que son dables en nuestro estuario ver volcar. Ver esta información muy ampliada.

Aunque catastrófico, aquí tenemos un ejemplo de cómo es posible alejar desperdicios de los lugares de origen y de las riberas urbanas.

vertedero a la salida del Paraná de las Palmas

el peor vertedero

vertedro detalle

Las refinerías de Campana parecen hospederías de ángeles.
Y el Paraná de las Palmas parece impecable. ¿Dónde está el principio oculto de esta inmundicia?

Campana

40 Kilómetros separan estos extremos

De Campana al vertedero

pluma de dispersión

La pluma de dispersión señala su rumbo final hacia el Emilio Mitre.
La barrera del refulado de éste, impedirá que se acerque a la ciudad.

pluma de dispersión

salida del vertedero

Véase cómo la pluma primero arrastrada por la salida del Paraná de las Palmas, dobla al Sur para apoyarse en el más veloz soporte hidrodinámico del Emilio Mitre.

Y obsérvese cómo 30 kilómetros más al Sur todavía es perceptible la pluma, a pesar de tratarse de una imagen de baja resolución.
También aquí caben observar las diferencias reveladoras de calidad entre la costa sanisidrense y la inmediata superior del delta.

vista de la pluma a gran distancia

La estela que acompaña al Emilio Mitre, estimamos no cruza su refulado.

vista de salida de la pluma

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