. índice . Prefacio . Preface . . aguas . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . contamina 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . holocausto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . . lineas 1 . 2 . 3 . 4 . . hidrotermias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . nuevas 1 . 2 . 3 . . Reconquista 1 . 2 . . hidrogeo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . esbozos 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . corredorcentral 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . cordones 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . epiola 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . deriva 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . . archivo 1 . 2 . 3 . 4 . . Halcrow 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . frentehalino 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . emicampanaoculto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . Costa del Plata 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Costa del oro 1 . 2 . . IRSA 1 . 2 . 3 . 4 . . flujos . . segmentos . . pendientes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . delta 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . propuesta . 1 . 2 . . correconvectivo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . plataforma 1 . 2 . . termodinamica 1 . 2 . 3 . . ABL 1 . 2 . . congreso . . girh . . Acumar 1 . 2 . 3 . 4 . . evaluacion 1 . 2 . . BocaRiachuelo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . . StoDomingo . . urgenciasatadas 1 . 2 . . inundabaires 1 . 2 . 3 . 4 . . sinsustento 1 . 2 . . emisarios 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . UAG 1 . 2 . 3 . . áreas nuevas 1 . 2 . 3 . . acreencias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . audiencia 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . . Valls 1 . 2 . . contrastes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . convexterna . . playas 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . . Plan Maestro 1 . 2 . 3 . . Parque Norte . 1 . 2 . . ribera . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . jurisdiccion 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . . CSJNpisamr 1 . 2 . 3 . 4 . . zonas muertas . . Bermejo 1 . 2 . . Pilcomayo . . Samborombon . . Salado . . Uruguay 1 . 2 . . Parana . . Mar del Plata 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . PuntaRasa 1 . 2 . . PuntaMedanos . . Mar Chiquita . . Necochea . . Areco 1 . 2 . . Colonia . . MartinGarcia 1 . 2 . 3 . . Puertos 1 . 2 . . formula1 . . disocio . . senderos . . bajante . . . . oceano 1 . 2 . . hidrolinea 1 . 2 . 3 . . sustentable. 1 . 2 . . agua 1 . 2 . 3 . . antarticflows . . derrame . . luna 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . index .

Línea de ribera a demarcar en parcelas rurales de pampa húmeda con 3 características de pendientes: mayores de 15 cm x Km; menores de 4 cm x Km y áreas endorreicas.

Resalto lo de "demarcar" en la parcela, porque amén de innecesario, -bastaría con señalar una medida fija en los planos de agrimensura-, no conseguiríamos en los próximos 100 años suficiente cantidad de hidrólogos para realizar este descomunal trabajo; que ni aún siendo brujos lograrían siquiera comenzar a realizar. Escalar la torre de Babel es más sencillo. Ya veremos si hay exageración en mis dichos.

Amén de mucho más sencillo modelar, en las áreas apuntadas de mayor pendiente no aparece ninguna necesidad de realizar obranzas de escurrimiento con plan maestro alguno, porque allí nunca hubo problemas.

En las de pendiente mínima no hay forma de fundar hidrología cuantitativa de la recurrencia mínima que fuera, porque amén de las complicaciones inherentes a la modelización en áreas con pendientes casi iguales a cero para soñar con alcanzar a demarcar un límite dominial fundado en ellas con documentación en escala mínima 1.5000, en los ciclos de humedad la línea del deslinde del dominio público y privado aparecerá tan retirada de las riberas que provocaría una rebelión bien imaginable.

Y tan gratuita que nadie sabe a qué vino esta pretensión de fundar hidrología rural cuantitativa para simplemente darse a caprichosas obranzas, para las cuales no se necesitaba más que 100 m fijos en ambás márgenes a contar del centro del curso de agua para evitar complicaciones.

En los ciclos de seca se comprobarían las desastrosas situaciones a las que conducía este plan maestro. Y ya estamos viviendo esas situaciones y sus perspectivas no podrían ser más funestas. No digo "sorprendentes" porque hace 100 años ya habían sido por Ameghino mucho mejor consideradas que las regaladas en este presente por el plan maestro, el código de aguas y la AdA. Descalabrador trío multiplicando enredos de todos los criterios.

En áreas endorreicas, era decididamente imposible fundar línea ilusoria cualquiera. Con cualquier recurrencia que fuera, las 2,5 millones de hectáreas que pretendía sanear el plan maestro -con escurrimientos que aseguraban en tan sólo dos meses quedarían vacías-, con la línea que proponían con ese art 18, todas esas tierras pasaban de un plumazo al dominio público.

Este desopilante mamarracho técnico legislado entre gallos y medianoche a espaldas de la Secretaría de Agricultura de la Nación provovó la parálisis del plan, del código y de la AdA durante casi una década; enfrentando a los impulsores, incluido el  Dr. Mario Valls redactor del código, con los hombres de campo que fueron muy bien representados por el Dr Juan Pedro Merbilhá en la comisión que trató estas materias en la AdA

El único motivo de importancia para demarcar línea de ribera, repito,  en decenas de miles de kilómetros de pampa húmeda deprimida y no deprimida, era la torpe intención de darse a las obranzas de un plan maestro que después de 10 años de parto muy mal dispuesto, concluyó en una reglamentación, la del Anexo, Par 2, de la Res 705/07 del Ministerio de Infraestructura, que acabó con todos estos atropellados sueños.

Nunca tuvo el art 18 pretensión alguna de asistir los criterios que desde hidrología urbana venían siendo desde 1988 apuntados por UNESCO. Este artículo era sólo para su soñado plan maestro y ni aún así acertaron con sus presupuestos.

La pieza clave sería erradamente una única “línea de ribera de creciente media ordinaria apoyada en recurrencias de 5 años ” cuya aprobación legislativa les aseguraría encarrilar estos proyectos de obranzas en medio de inmensas áreas rurales, sin importar el abandono completo en que dejaban a la hidrología urbana; sin diferenciar pendientes que anticiparan complicaciones para fundar hidrología cuantitativa rural, ni ciclos de secas y de humedades, ni áreas de humedales; ni áreas endorreicas que las había en millones de hectáreas; siendo tantas las sobradas diferencias y la correspondiente extendida mirada en cada área donde cabía afirmar especificidad a partir de hidrología cualitativa y en tanto fuera posible, cuantitativa.

Por supuesto, todos los embrollos legales entre los distintos propietarios que no estaban por Código Civil obligados a recibir escurrimientos otros que no fueran los naturales, pasarían a formar parte la más ignorada y onerosa de todos los presupuestos.

Para acercar hidrología cuantitativa a la ley buscaron apoyo de arranque en el art 2340 del Código Civil que había quedado enfrentado al 2577, en razón de que el primero hacía referencia a crecida media ordinaria y el segundo lo hacía a crecida máxima entendida como maximum flumen; esto es: a crecida que alcanza el borde superior del cauce antes de desbordar por la terraza baja.

Sin embargo, ni las supuestas sutilezas del primero, ni las supuestas extensidades del segundo acertarían en pampa húmeda de pendientes bajas a cuantificarse con la hidrología que fuera, sin volverlos locos.

Tampoco guardaban estos esfuerzos delirantes relación alguna con la máxima creciente propuesta por UNESCO para asistir hidrología urbana y por ello referenciada a recurrencias de 100 a 50 años; ni con el art 5° de la ley 6254 que refiere para estas áreas de mínima pendiente, disposición a "poner las viviendas a salvo de toda inundación"; ni con mirada transversal alguna a la ley 8912 de ordenamiento urbano y territorial a la que ni menciona; y/o a las leyes 6253 y 6254 sobre conservación de desagües naturales a las que si bien no excluye de respeto obligado, ningunea cuando pretende ser sede originaria de propuestas de "saneamiento", que estas leyes con elemental y sin duda obligado criterio encuadraron como responsabilidad primaria municipal hace casi 50 años.

Procesos de saneamiento de excepción caracterizados por su "necesidad imprescindible" a definir a nivel municipal, incluyendo la propuesta de saneamiento a materializar; y ambas, excepción y propuesta, debidamente inscriptas en el Plan regulador Municipal.

Areas que en las cotas inferiores a los 5 m IGM vienen definidas por la ley 6254/60, tales como las de la llanura intermareal entre Campana y el Tigre y las salidas del Luján desde Zelaya a esta llanura. En las que para evitar escapen a su condición rural sólo se permiten fraccionamientos no menores a una (1) hectárea; ver art 1°.

Fácil era de advertir que meter cuchara en hidrología rural cuantitativa sería un infierno para ellos e igual lo hicieron.

Aún más fácil darse cuenta que no meter cuchara en hidrología urbana cuantitativa, al menos en áreas con pendientes mínimas superiores a los 15 cm x Km, era ceguera de una irresponsabilidad completa.

Pues así lo hicieron: se metieron donde no debían y olvidaron anotarse donde debían "colaborar" con los municipios para consolidar en cada uno de ellos los estudios de cuenca primarios en escalas mínimas de 1.25.000 que dieran soporte a los controles de los proyectos particulares a presentar en escala 1.5000.

Pero volviendo al tema de los respetos legales que pondrían tarde o temprano límites a estos desbordes de tan poca responsabilidad e imaginación, ya en mi impugnación al art 18 del código de aguas y a sus reglamentaciones por dec 3511 y res 705/07 obrante en las causas I 69518, 69519 y 69520/08 en la Secretaría de Demandas Originarias de la Suprema Corte Provincial, señalaba:

Respétese el carácter indivisible de las unidades ambientales de gestión, tal el caso de estas áreas endorreicas que colisiona con el Art. 28 de la Constitución Provincial; con el Art. 39 de la Ley 11.723; y con los Art. 2° y 3° de la ley 25.688 de presupuestos mínimos sobre Régimen Ambiental de Aguas. Sancionada: 28/11/02 y publicada en el B.O. 03/01/03;

ARTICULO 3° de la Ley 25.688/02 de presupuestos mínimos sobre Régimen Ambiental de Aguas:
"Las cuencas hídricas como unidad ambiental de gestión del recurso se consideran indivisibles".

El ARTICULO 2°  nos señala: A los efectos de la presente ley se entenderá:

Por agua, aquélla que forma parte del conjunto de los cursos y cuerpos de aguas naturales o artificiales, superficiales y subterráneas, así como a las contenidas en los acuíferos, ríos subterráneos y las atmosféricas.

Por cuenca hídrica superficial, a la región geográfica delimitada por las divisorias de aguas que discurren hacia el mar a través de una red de cauces secundarios que convergen en un cauce principal único y las endorreicas.

Identificando a las áreas endorreicas como unidades de gestión.


Por fin, el Anexo, Par 2, de la Res 705/07 del Ministerio de Infraestructura les apuntó:

Quedan exceptuadas de la aplicación de la presente norma las mensuras que involucren vertientes que nacen y mueren en una misma heredad (Art. 2.350 del C.C.) , como así también las aguas pluviales que se pudieran estancar y aun correr sin formar cauce, en uno o mas predios, ya que éstas últimas revisten el carácter de privadas (Art. 2.635 del C.C.).


Con estos enunciados terminaron los sueños de estos inconcientes "maestros" de pretender escurrir las 2.5 millones de Has. de áreas endorreicas.

Antes de extenderme con las referencias que siguen quiero volver a insistir en la imposibilidad de sacar provecho de la hidrología rural para fundar hidrología urbana.

Ningún mortal aprecia ser valorado como una vaca. Sin embargo, el art. 18 del código de aguas sólo pensó en cosmovisión rural y en adición, en términos imposibles de aparecer más errados.

Resta por ello enfocar el problema de la línea de ribera urbana como materia que jamás ha sido considerada por este código.; ni tampoco por el Dr Merbilhá que sólo hizo defensa de clientes a los que jamás les importó en lo más mínimo la materia urbana.

Ningún mercader habría de cuestionar las pobrezas que carga el art 18 del código de aguas pues eso les permitirá seguir haciendo los mejores negocios con los peores suelos; ocupando paleocauces que luego serán el rompedero de cabeza de los urbanistas de turno.


Un poco de historia sobre hidrología cualitativa rural en estas pampas no siempre húmedas

121 años nos separan del genio de Florentino Ameghino. ¡Qué no hubiera alcanzado a gestar Ameghino con elementales presupuestos mínimos!

Ameghino repite 27 veces en su documento la necesidad de conformar  lagunas o estanques artificiales en las zonas altas. Y en adición resalta la esperanza de verlas por millares.

El plan maestro sólo se ocupa de grandes reservorios en las zonas bajas. Ni una sola mención se hace de las sugerencias de Ameghino. Ni una sola mención se hace de los centenares de miles de “ponds” desarrollados en los últimos veinte años en no pocos estados de USA.

Por un lado hablan de administrar los acuíferos y por el otro mandan océanos de agua de lluvia a las merluzas. ¿Cuál es el beneficio estratégico de tanta contradicción?

Por un lado reconocen, como todo el mundo, la trascendencia participativa que generan los temas ambientales en la democracia.

Por el otro, pretenden administrar hasta el agua subterránea que sale por agujeritos de 10 cm de diámetro y que siempre fue de dominio privado. Ver Res 04/08 de la AdA.

¿Vamos hacia un imperio gobernado por mediocridad de funcionarios; o hacia una democracia participativa donde cada ciudadano desarrolla aptitudes a través de mayor educación?

¿Tienen idea los que hacen marketing al código, de cómo se implementaría hoy la administración de esas fantasías centralizadoras en nuestro pais?

Cuando toda la administración intenta descentralizarse, éstos quieren reconcentrarse y encima desacreditar el valor que tienen los viejos cuerpos legales. No se dan cuenta que el motivo de la demora de 10 años en reglamentar ese mamotreto, es su cerrada torpeza ilusoria imperial, alejada de toda realidad social, política, administrativa, técnica, y legal

 

El divague de un ingeniero hidráulico defensor del plan maestro nos ilustra sobre la insustentabilidad hidrológica cuantitativa de este modelo escurridor. De las cualitativas se ocupa al final con brevedad Frenguelli

Modelos hidráulicos:
¿Es necesario modelar siempre?

Los modelos hidráulicos unidimensionales que incorporen el efecto de remanso de agua (típico de áreas de poca pendiente) son en principio adecuados para modelar las estructuras de un sistema de control modular.

Un modelo hidráulico unidimensional toma como información de entrada los caudales evaluados por el modelo hidrológico. Con ellos es capaz de calcular valores muy aproximados y físicamente consistentes de altura de agua, velocidad, área inundada de cada sección de la estructura en función del tiempo.

Desde el punto de vista de la modelación hidráulica, es mucho más sencillo modelar el movimiento del agua después que las obras están construidas, que el movimiento del agua en el paisaje natural.  Pone el carro delante de los bueyes para que estos no vean la ceguera de los que conducen

Una de las características favorables del sistema de manejo modular es que las obras que se ejecutan son razonablemente sencillas.

Generalmente la velocidad del movimiento del agua en las obras es "muy lento" debido a la escasa pendiente general (escurrimiento subcrítico). Tan subcrítico que no forman cauce; y sin cauce ¿de dónde arrancamos para medir? Hacer la obra es sencillo, pero inventar el cauce que tenga que ser aceptado por el vecino que nunca vió problemas en su campo por el que ahora pretende fundarse la obranza que lo atraviesa, es imposible de imaginar sin comerse crudo el código civil.

De tal modo, cada estructura en particular puede diseñarse con un modelo sencillo prácticamente independiente de la otra, siempre que se ajusten adecuadamente las condiciones de borde del modelo. Habla de borde del  modelo y no hay cauce. ¡Qué gracioso!

La modelación del paisaje natural en un área muy plana es un problema tremendamente complejo, tanto por el modelo que se requiere (modelos bidimensionales) como por la detalladísima información topográfica que se requiere para su correcto funcionamiento.
¡Menos mal que se va confesando!

En realidad hay muchos organismos especializados privados, gubernamentales y semi-gubernamentales que han trabajado con modelos bi y tridimensionales de escurrimientos.

La utilización de estos modelos en la amplísima extensión pampeana se ve sólo limitado por el costo de obtener la información topográfica con el nivel de detalle que el modelo requiere.

Con la tecnología disponible hoy, la obtención de tal información es rápida, extremadamente precisa, pero todavía muy costosa para estar al alcance de individuos. (Ver Modelo de Elevación Digital del Terreno: (MED)

¿Qué elevación digital del terreno han hecho en estos territorios de la pampa deprimida que se han mantenido anegados por años? ¿Acaso harian mensuras con ecosondas a través del agua?
¿Por qué no se aplican a ser algo más sinceros? y  además de decir "muy costosa",  añaden: "porque están cubiertas de agua" y muchas ilusiones van más a prisa que la prudente consideración de los daños y perjuicios que provocarían tantas de nuestras humanas obranzas.

Uno de los mayores impedimentos que los técnicos encuentran en la solución de los problemas hídricos de la región pampeana es su modelación hidráulica e hidrológica.

La pregunta más relevante en este momento es ¿Existe una necesidad fundamental en entender el funcionamiento integral hidráulico e hidrológico de esta área tan compleja como único camino para introducir un esquema de solución viable?

Nuestra visión es que el estado actual del conocimiento de los procesos hídricos en la región pampeana es bien conocido. ¡burda simplificación!  Digamos, que los investigadores y los técnicos apoyados por la experiencia de la gente conocen "con que bueyes aran".

Por ello mismo merece ser acotado, repito, que su gracioso decir "saber con qué bueyes  aran", no es indicación para acreditar confianza a estos profesionales. Sino más bien, para desconfiar de tal resumen de saberes.

Una cosa debe quedar bien en claro: hacer un diseño muy aproximado del movimiento de agua superficial en un sistema natural típico de la región pampeana es absolutamente posible, pero los recursos que dicho modelo requiere a veces no justifican los resultados que de él se obtienen para casos de anegamientos de bajo periodo de retorno como el que ocupa la técnica de modelación.

¡Con qué sencillez se llega al "absolutamente posible", para luego decir que los recursos requeridos son demasiado altos y no se justifican! ¿Por qué no reconocen que este plan está montado sobre una inversión de cuatro pesos y la ilusión de un tendal de funcionarios y empresarios mal ocupados?

Una alternativa válida es reconocer ese comportamiento hídrico ¡¿Qué comportamiento hídrico le asignan a una zona de baja extensión, (que de baja extensión no tiene nada) y a la que por añadidura consagran como "zona muerta"!? a partir de la evidencia física que las relaciones entre los procesos fitogeográficos, pedológicos, hidrológicos e hidráulicos producen y que son reconocidas por los técnicos agrónomos capacitados en el terreno.

Finalmente, incorporando técnicas avanzadas de observación remota y combinadas con el cálculo hidráulico presentado se completa un ámbito apropiado para encarar la solución de los problemas hídricos normales de la región.

¿En qué escala entregan su  información esas técnicas de observación remota? ¿Qué criterios de obra imaginan viable acreditar con esas enormes escalas? ¿De qué cálculo presentado me hablan que no sea otro que el que surge de las obras construídas o dadas por tales?

"es mucho más sencillo modelar el movimiento del agua después que las obras están construidas que el movimiento del agua en el paisaje natural". Confesando a las claras ¡cómo arbitran los puntos de vista de la modelación hidráulica! . La carreta delante. Los bueyes atrás.

¿A qué referir de las zonas "muertas, sino para justificar la profundización de canales de drenaje y así tratar de evitar en algo su alta ineficiencia por todas las rugosidades que incorporan y de cuyos presupuestos de eterna limpieza tampoco hablan?

¿Qué beneficio le traerá al propietario de un área endorreica el hecho de pasarle una factura de adiciones  de escurrimientos con forceps, poco menos que interminable?!

 

Areas de expansión

Las áreas de expansión son ensanchamientos de los bordos de conducción y se ejecutan en área donde las conducciones pasan por áreas bajas de poca extensión.

De hecho, en estas áreas de la pampa deprimida, las áreas bajas no son de baja extensión, sino de amplísima extensión. Cuya consideración en este trabajo así aparece pobreteada.

Con ponerle el nombre de "muerta" no se avanza en nada. 1°, porque lo de "muerta" es una forma de menospreciar el problema. Y 2°, porque allí mismo está nuestro problema.

Aquello que dice: "de los muertos no se habla" no intenten que funcione aquí. Hablen de los muertos, y háganlo con la mayor claridad, que de hecho, vuelvo a repetir, ese es nuestro problema. 

Es poco probable poder recuperar un área alcalina baja de por sí, por lo cual generalmente es improductiva.

De tal forma se opta por desviar la ejecución de uno de los bordos del canal de conducción alrededor de esa zona baja para incluirla.

Y en dos meses escurrirla!
Justificando así, en adición,  la profundización de los canales de drenaje.

Fig. 9: Las áreas de expansión se simulan en el modelo hidráulico como áreas inefectivas. El agua sólo escurre por el sector medio (entre las líneas verdes). La sección derecha del área de escurrimiento (entre la línea verde y el talud) es un área inefectiva (área de expansión): el agua se puede acumular (colabora en el almacenamiento igual que una presa, pero no puede escurrir como el agua en el canal.

Desde el punto de vista hidráulico la zona de expansión sólo acumula excesos pero no colabora con el escurrimiento del canal, por lo que usualmente se la denomina área "muerta" en la sección transversal.

El cálculo hidráulico es sencillo ya que los modelos unidimensionales permiten adosar secciones muertas al escurrimiento por un canal.

El cálculo siempre será sencillo toda vez que se monopolizan los criterios. Y a cuenta de enredos, este mismo autor nos aclaró, líneas más arriba, que el modelo debía ser bidimensional

 

Conducciones:
caudales que escurren en función de la altura de agua.

En una vía de escurrimiento en un área de baja pendiente el caudal de agua que dicho canal transporta está en función de la carga de agua (profundidad del agua) en ese canal.

Para cargas muy bajas, la rugosidad del canal domina el escurrimiento.

A medida que la carga de agua aumenta la influencia de la rugosidad es relativamente menos importante.

La figura 12 muestra la relación que existe entre el tirante de agua y el caudal. Para este ejemplo se dejaron todos los demás parámetros de diseño fijos. Se observa que un aumento de tirante de 40 cm implica que el caudal de transporte se duplica para tirantes bajos y se triplica para tirantes altos. Normalmente la carga de agua de diseño en obras de sistematización modular está limitada por aspectos de diseño constructivo, maquinarias disponibles y erosión de laterales.

Fig. 12: relación funcional entre la descarga de agua en un canal de baja pendiente y el caudal de agua que transporta. Para este ejemplo se seleccionó un canal trapezoidal con una pendiente de 0.1 % y un ancho de base de 4 metros”.

De hecho, para ser más sinceros y sólo así más precisos, este gráfico tendría que considerar pendientes de no más de 0,02% como promedio.

Aceptando, incluso, que hay zonas kilométricas donde la pendiente y su dirección son preguntas que no alcanzarian respuesta a reos otro que vertical, como de hecho ocurre.

La mayor especificidad de este informe radica en su falta de sinceridad para permanecer firmes y precisos, allí donde están los problemas.

Aquí, esta precisión se esquiva con la simple seducción que generan sus soñadas obras.

Seducción que incluye dobles discursos. Advertidos por ellos mismos de las “prioridades del plan”, leemos al respecto en su pág. web la intención de: “mantener las inundaciones en las áreas de diversidad ecológica de manera de proteger los humedales”.

Al respecto, Frenguelli nos señala que una de las características de la región de las Pampas es la abundancia y diversidad de humedales.

Se han relevado en la Provincia de Buenos Aires un total de 1429 lagunas, cuya longitud máxima es igual o mayor a los 500 m, (ésto, en base a cartografía del IGM, esc 1:500.000). Hoy estas lagunas quisieran haberse mutiplicado por mil.

Las lagunas pampásicas son los ambientes acuáticos típicos y exclusivos de la región de las Pampas, y en un sentido estricto no se encuentran comprendidas en ninguna de las categorías de la clasificación de Dugan (1992).

Pueden ser definidas como cuerpos lénticos permanentes o eventualmente transitorios, sin ciclo térmico definido, sin estratificación permanente, con sedimentos propios de carácter limoso, de escasa profundidad, sin plataforma ni talud, con un perfil típico de sartén, de aguas oligohalinas hasta hiperhalinas y enteramente colonizables por la vegetación fanerogámica cuando ésta existe.

Sus funciones: la recarga y descarga de acuíferos, control de inundaciones, provisión de agua, transporte y regulación del clima.

Sus atributos: la diversidad biológica y patrimonio cultural.

Sus impactos y amenazas: la agricultura, expansión agropecuaria, expansión urbana, contaminación (mortalidad masiva de peces), transporte, producción de energía, fragmentación del hábitat, alteración de cursos, manejo inadecuado y sobreexplotación de recursos.

Atenciones que deben ser valoradas y respetadas más allá de los juegos de mayorías y minorías, tantas veces argumentados para encubrir, en nombre del llamado “interés general”, los negocios de grupos de presión.

En los procesos de responsabilidad por daños se debe tener presente que la incertidumbre científica no debe conducir a la incertidumbre jurídica.

La dualidad de estos enfoques responde a orientaciones jurisprudenciales bien arraigadas.

Las probabilidades determinantes son suficientes para enfocar responsabilidad por daños al medio ambiente.

Francisco Javier de Amorrortu, 24.5.09