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Riberas urbanas de 4 municipios

antigua ribera

 

El plano de arriba muestra superpuestos los planos de Benito de Aizpurúa de 1867 y de Braida de 1918. En el primero la costa está despejada de accidentes. En el segundo ya empezó a obrar esteros la escollera de 350 metros de San Isidro, taponando completamente el curso original del Luján y su energía hidrodinámica directa al canal natural costanero.

En el plano de Félix Dufourq de 1894 que sigue, ya se advierte con el nombre de Punta Amarga, la saliente de esteros suscitada, primero por la rotura del cordón litoral del Sarandí y luego por la escollera que siguió a este atropello, aunque ésta no aparece detallada.

plano de 1894

La imágen que sigue corresponde al presente, en toda su más ciega crudeza. En este extremo izquierdo está el tapón y desvío en la salida del Luján.

Salida del Luján y C.N.S.I.

Frente al muelle se advierten plumas de dispersión que poco hablan de un canal activo. Más allá del muelle comienza a verificarse la zona donde alguna vez lo fue. La imagen de abajo muestra el vertedero al Sur del puerto
y en las plumas de dispersión, la pobreza de la actividad hidrodinámica y la crudeza de la disociación térmica e hidroquímica;

vertedero al Sur del Puerto de S.I. y plumas de contaminación en ascenso

Mis primeras intenciones, vuelvo a repetir, estaban referidas a advertir la importancia del canal natural costanero que siempre se manifestó vivo en toda la ribera, hasta que el hombre empezó a saturar esta interfaz con las múltiples valencias que pesan de sus tremendos descuidos y de los naturales apetitos de su monumental escala poblacional, traducidos en presión inmobiliaria e industrial.

Donde esos canales naturales costaneros estuariales han perdido vigencia es en las áreas ribereñas del partido de San Isidro y en parte de Vicente López.

La proyección y definición del área entre el Emilio Mitre y la costa; el estudio de la sedimentación y los efectos de los flujos y reflujos en ella; la hipersincronicidad de estos últimos en las aguas ribereñas y las estrategias de refulados; al igual que la restauración y posterior mantenimiento del  imprescindible corredor natural de flujos costaneros necesario para sostener salvaguarda del área mencionada; son las más graves situaciones a considerar.

En un enfoque mayor, el estuario podría descubrir tres grandes canales naturales. Uno pegado a la costa argentina; otro al medio del estuario saliendo por “los pozos de la Barca Grande” (cada vez más asfixiado); y un tercero, que del Paraná Guazú, del Paraná Bravo y del Uruguay, luego de Martín García, va bordeando en buena medida la costa uruguaya

A estos se suma el artificial Emilio Mitre siguiendo una proyección que va de la boca del Paraná de las Palmas hasta Punta Lara. Esa área entre la costa y el canal Mitre tiene anchos variables que llegan a los 7 km de promedio máximo.

En ella habrá que aplicar las proyecciones que nunca se hicieron: ni para la sana captación del agua a potabilizar; ni para Natura; ni para la ciudad, sus desagües pluviales y los apestosos efluentes sin tratar; ni para la contaminación estancada en las cercanías de las capas límite hidrodinámica, hidroquímica y térmica, en esas riberas; ni para la ventilación física y sicofísica de la ciudad y sus habitantes.

Y al mismo tiempo habrá que estimar en ese frente del Emilio Mitre, alguna estrategia que pudiera un día resultar provechosa para contener en alguna medida la tendencia climática pronosticada de mayores vientos fuertes del Sudeste que pondrían en riesgo las zonas bajas de la ciudad y los nuevos desarrollos urbanos de lujo en áreas de humedales, y de rellenos a costa de socavar el fino manto filtrante por donde aflora natural el acuífero; y que a pesar del sello de la Legislatura y el Gobierno Provinciales, sus resguardos de nivel mínimo están lejos de los más elementales criterios de hidrología urbana.

Cuando comiencen a estimarse estas cuestiones que están a la vista de quien quiera mirarlas (estas imágenes no son prospectivas), las proyecciones inmediatamente llegan hasta el borde refulado al Este del Emilio Mitre y al sedimentado al Oeste del mismo.

Todos los drenajes de efluentes escandalosos que en el Capítulo II muestran las imágenes que refieren de la contaminación, tienen que ser tomados en cuenta; ya sea para su pretratamiento, como para su entubamiento y vuelco en áreas alejadas de riberas urbanas.  Seguir volcando efluentes apestosos como se hace hoy directamente en las riberas, ya resulta carga imposible de asumir, tanto en términos sanitarios, hidráulicos, hidroquímicos, térmicos, judiciales y políticos.

Esto no es Gualeguaychú, sino muchas decenas de miles de veces peor, por la gravedad y los incomparables entornos humanos que de lleno afecta.

Es probable que esta vez el problema se agudice no desde los piquetes, sino desde la esfera judicial. Y aunque ésta permanezca muy comprometida con la política, en estas ocasiones ambas se verán obligadas a crecer en responsabilidad.

Por supuesto, los enfoques sanitarios, sociales, naturales, ambientales, culturales que se puedan hacer, ya están tapados de inmundicias.

Y aunque al pasar los mencionemos, los enfoques que alcanzan los lobistas, a funcionarios urbanistas muertos de ganas de crear puertos maderos de lujo en todas las riberas, pudieran ser los entretenimientos que los tienen tan ocupados en la luna; ignorando olímpicamente todas estas calamidades.

Olímpica falta de sinceridad de un tendal de criaturas responsables que compiten con las avestruces.

¿Qué es lo que proyecta la Subsecretaría de Urbanismo y Vivienda, la Autoridad del Agua y la Subsecretaría de Política Ambiental de la Provincia de Buenos Aires respecto de esos sueños?

Y ¿qué es lo que atienden de toda la lista interminable de calamidades que están a la vista, antes de atender a los lobistas?   Esa pregunta descubre pestes.

La calidad de gestión de la Dirección de Mejoramientos y Usos y la de la Jefatura de Límites y Restricciones apañados por el Directorio de la Autori- dad del Agua, a pesar de interminables denuncias y confesión de errores monumentales, es inconcebible.

¿Qué leyes; qué criterios hidrológicos; qué proyecciones de hidrología urbana en esta zona del estuario; qué estudios han propuesto o perseguido; qué estudios imaginan; qué áreas se ocuparán de ello; qué especialistas legales; qué necesidad de concurso a especialistas de cuestiones ambientales, sociales y urbanas se estimas apropiadas; qué atraso llevan; qué montañas de problemas tapan;

qué cargas conllevan todas y cualquiera de estas cuestiones; qué irreparable gravedad pudiera alcanzar ya a alguna de ellas; qué deseos de ocuparse de ellas o de transferir su responsabilidad a la Nación; qué Corte querrá juzgarlos?

Por esa franja de aprox. 80 Km2 entre los sedimentos al Oeste del Emilio Mitre y la costa habrá que luchar, repito, para que quede como espejo de agua debidamente mantenido.

Todos sabemos que los futuros negocios de los mercaderes más fantasiosos hoy están cerca del agua. Y algunos, sumergidos en ella.

Ya hay proyecto para una torre de 1000 metros de altura a 4 km de la costa, conformando una barrera criminal a todos los flujos entre el Emilio Mitre y la costa, que incluso afecta a los flujos al Sur del canal de acceso.

Para semejantes engendros ¿habrá materia gris y honestidad que esboce antes, criterios de todos los compromisos con las asfixias que ya sostenemos?

Las mismas necesidades de ampliar el Puerto de Buenos Aires se apoyan en criminales proyectos de una inconciencia propiamente inconcebible.

Ver más adelante el capítulo de los proyectos criminales. Ver Pág. 35

No es necesario pronosticar la gravedad.
La gravedad más pavorosa ya está instalada.

organización de áreas de refulado propuestas

Ese signo de interrogación en la cartografía me fue respondido por un criterioso funcionario de la subsecretaría de Puertos y Vías Navegables y sobre ello nos extendemos en el capítulo de fondos y líneas de ribera. Pág.27

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índice e introducción .