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A las cuentas deltarias 2; advertencias en el delta del Paraná

Con introducción de balances que resaltan la providencia de menores obranzas en las cuencas medias y el aporte de un par de estudios de transporte de sedimentos.

Integridad ecológica en los ríos Paraná y Mississippi:

¿trayectorias paralelas o divergentes?

Claudio BAIGÚN ; Norberto OLDANI y John NESTLER

http://www.insugeo.org.ar/libros/misc_14/pdf/08.pdf

Temas de la Biodiversidad del litoral fluvial argentino II INSUGEO, Miscelánea, 14

Abstract:

ECOLOGICAL INTEGRITY IN THE PARANA AND MISSISSIPI: ¿PARALLEL OR DIVERGENT TRAGETORY?

Large floodplain rivers form aggregated ecosystems of singular value and unique complexity due to the integration of biochemical, geomorphological, hydrological and biological processes taking place at different spatial and temporal scales. This study compares the main characteristics of the Superior Mississippi and Middle Paraná as leading cases of opposed conservation and management scenarios. In the Superior Mississippi geomorphology has been altered by the construction of impoundments (pools); hydrology was modified by channel training structures and most of alluvial flood plains were lost due to levees construction.

At present the river is severely fragmented by dams built to improve navigation conditions. Also changes of hydrological pulses have modified biogeochemical cycles affecting inputs of nutrients, particulated and dissolved organic matter and sediments to floodplains. On the other hand the Middle Paraná still exhibits a complex alluvial valley where biochemical cycles are strongly linked to carbon metabolism and floodplain community biodiversity is associated to annual hydrological pulses. This case represents a model of a lowly disturbed floodplain river providing important clues for rehabilitation, restoration and remediation projects in other similar systems. Examples of such opposed scenarios reflect the different conditions found in large floodplain rivers allowing to predict if trajectories will preserve or reduce the ecological integrity of such systems.

Las breves referencias que siguen sobre el Mississippi aparecen extendidas en /delta.html

El río Mississippi constituye el mayor río de América del Norte. Con una cuenca de 3.267 Km2 y una longitud de 3.730 Km, atraviesa el continente en sentido norte-sur desde el lago Itaska en Minnesota hasta Louisiana, donde se anastomosa y desemboca en el golfo de México

El Mississippi sufrió importantes modificaciones y alteraciones. En sus riberas se levantaron 3.500 Km de terraplenes que ocupan 12.300 Km2, 330 Km de espigones y 1.370 Km de empalizadas.

Esto, directa o indirectamente favoreció la pérdida de humedales costeros, llanuras aluviales y la reducción de la intensidad de los pulsos de inundación. La rectificación del cauce, para favorecer la navegación, eliminó meandros y redujo 230 Km la longitud del río. Un 13 % de los 266 reservorios (de 2.500 a 12.000 Ha) que existen en la cuenca se localizan sobre el curso del Mississippi (West Consultants, 2000b).

En base a sus características geomorfológicas se reconocen diferentes tramos (Fremling et al., 1989). La alta cuenca se extiende desde las nacientes hasta las cataratas de San Antonio, es un tramo torrentoso y corre por terrenos escarpados. Se contabilizan 11 represas y 6 embalses para control de inundaciones considerados de escaso impacto ambiental. Le sigue el Mississippi Superior (hasta la confluencia con el río Missouri), con la extraordinaria relevancia de atravesar zonas densamente pobladas. Cobra gran importancia como vía de navegación y exhibe condiciones propias de un río con llanura aluvial. Posee 27 embalses escalonados “pools”, para mantener el agua dentro de los límites del cauce lleno “bankfull”, que modifican fuertemente el paisaje (Figura 2). Los embalses poseen un área léntica que correspondía a la llanura de inundación y otra lótica, hacia la cola del embalse, con presencia de islas, humedales costeros y canales secundarios (West Consultants, 2000ª).

Fig. 2. Tramo superior del río Mississippi mostrando en corte la sucesión de embalses (pools) construidos. 13 cm x Km de pendiente en 670 millas

Los embalses redujeron las variaciones de nivel hidrométrico, de velocidades de corriente y aumentaron el tiempo de residencia del agua en la llanura aluvial, lo que debilitó las raíces y produjo pérdidas en la vegetación terrestre y también alteró los patrones sedimentológicos, hidrológicos y bióticos, favoreciendo la fragmentación del paisaje.

Muchos de los embalses del Mississippi superior presentan un gradiente ambiental muy marcado que define un ambiente lacustre próximo a la presa y otro lótico hacia la cola de los embalses con extensos humedales. Las obras de dragado, albardones y espigones laterales influyeron para dirigir el caudal hacia el thalweg promoviendo la reducción de los cauces secundarios. A su vez, la construcción de empalizadas y terraplenes modifica el intercambio de agua, sedimentos y materia orgánica con la planicie, disminuyendo la superficie inundada. La Figura 3 presenta un esquema del aspecto que posee actualmente ciertos sectores del Mississippi Superior, la formación de los embalses para navegación, la construcción de espigones para dirigir el flujo, el revestimiento de costas y el uso de la llanura aluvial para agricultura y urbanizaciones.

A su vez la reducción de las llanuras de inundación estimuló el avance de la agricultura sobre los fértiles terrenos de las planicies. Se estima que un 66% del valle de inundación original del Mississippi fue modificado por prácticas agrícolas y que sólamente un 23% de la llanura aluvial mantiene las condiciones naturales. En el Mississippi superior y sus afluentes existe una progresiva y dramática pérdida de las planicies de inundación, siendo reemplazadas de Norte a Sur por tierras cultivadas (Figura 4).

El Mississippi Medio se extiende entre la confluencia de los ríos Missouri y Ohio y al igual que el tramo anterior, los terraplenes y espigones laterales modificaron los patrones hidrológicos, sedimentológicos y el ingreso de agua a la llanura aluvial, observándose, en el estiaje, desecamiento de cauces secundarios.

Por último el bajo Mississippi corresponde al tramo hasta la desembocadura en el Golfo de México con la llanura de inundación más desarrollada. Sin embargo, es donde mejor se aprecia la interacción con otros ecosistemas que dependen en alguna medida de la cuenca del Mississippi.

La regulación del régimen hidrológico del río a lo largo de todo el curso modificó el patrón de crecientes y bajantes que dejaron de ser marcadamente estacionales para convertirse en irregulares y atenuados, aumentando las crecidas extraordinarias.

Asimismo se observó una reducción dramática en la tasa de transporte de sedimentos, que disminuyó un 75 %, y favoreció la salinización de los humedales costeros en el golfo de México (Martín et al., 2002). Atribuido a los numerosos embalses construidos en toda la cuenca y a la pérdida de las llanuras de inundación (West Consultants, 2000b). Asimismo, aumentó de transporte de nutrientes debido a la actividad agrícola y la pérdida de humedales riparios que actuaban como filtros naturales, generando hipoxia en las aguas costeras (Mitsch et al., 2001).

 

El Paraná medio: Valor de la complejidad estructural y de los procesos ecológicos en grandes ríos

El río Paraná (Figura 1) tiene una extensión de 2.570 Km y nace de la confluencia de los ríos Paranaíba (de 1.200 Km) y Grande (en Brasil). Tiene una antigüedad de 3 a 4 millones de años (Paoli et al., 2000). Juntamente con los ríos Paraguay (2.550 Km), Uruguay (1.612 Km) y el Río de la Plata (250 Km), conforman la cuenca del Plata con más de 3.1 x 106 Km2 Paoli et al., 2000. Abarca completamente el Paraguay y porciones muy importantes del SW de Brasil, NE de Argentina, SE de Bolivia y SW de Uruguay.

En términos del área de drenaje, es el segundo de América del Sur y el quinto en el mundo (Welcomme, 1985). Está dividido en cuatro tramos el superior, alto, medio e inferior (Bonetto, 1994). El Alto Paraná se extiende desde los Saltos del Guairá hasta la confluencia con el río Paraguay y al igual que todos los afluentes del tramo superior están casi completamente represados, con el casi único objetivo de producir electricidad. Hasta la altura de la ciudad de Posadas (Argentina) el cauce principal del río Paraná y todos los afluentes siempre ocuparon el mismo espacio, lo que dio lugar a un cañón. Aguas abajo de Posadas, marca un cambio importante al tomar un carácter algo anastomosado hasta la confluencia con el río Paraguay y no presenta una llanura aluvial definida. Aquí se construyó Yacyretá.

El Paraná Medio se extiende desde la confluencia con el río Paraguay hasta la ciudad de Diamante (Pcia. de Entre Ríos) definiendo una cuenca de 370.000 Km2.

Presenta un cauce anastomosado meandriforme; corre por una falla tectónica dejando a su derecha una llanura aluvial de 19.200 Km2, que oscila entre 13 y 60 Km de ancho. El régimen hidrológico del Paraná Medio, si bien está alterado por el conjunto de represas construidas en la alta cuenca igualmente presenta un complejo patrón de crecidas anuales (Paoli y Cacik, 2000). Es posible encontrar un pico principal de crecida en la primavera tardía y el verano, de enorme importancia por sus implicancias ecológicas y un pico secundario en el otoño, debido a la influencia del río Paraguay y ocasionales crecidas provenientes del río Iguazú. La descarga media anual es de 17.000 m 3/s, pero en los últimos 25 años se han observado importantes alteraciones en régimen de crecidas, atribuidos a un cambio en los regímenes de lluvias, deforestación y construcción de represas (Figura 5).

 

El Paraná Medio, acarrea una importante carga de sedimentos suspendidos con alto contenido de material fino. El Bermejo aporta entre el 50 y 80% del total (Bonetto, 1994; Bertolino y Depetris, 1992) y pueden alcanzar una concentración de 4.500 mg/l (Drago y Amsler, 1981). La textura del lecho del canal principal está compuesto por arenas medias (Drago y Amsler, 1988). Según Depetris y Lenardon (1982) la tasa media de transporte de sedimentos es de 79,4 millones de toneladas por año y 38,7 millones de toneladas para un período seco.

La llanura aluvial del Paraná, según Drago (1973) es tipo “fringe flood plain” un ecosistema muy complejo compuesto por meandros abandonados, barras, deltas internos, lagunas semicirculares, cauces secundarios, riachos, etc. El ancho varia desde 13 Km a la altura de la confluencia con el río Paraguay hasta casi 60 Km frente a Rosario (Paraná Inferior). Esta planicie aluvial esta cruzada por pequeños cursos donde se alternan sectores playos con pozones profundos de 5 a 15 m (Marchese et al., 2002). La presencia de lagunas someras representa un carácter distintivo de la llanura de inundación con profundidades que no exceden los 5 metros y fondos limo-arcillosos en el centro de sus cubetas.

La dinámica hídrica del valle aluvial está estrechamente dependiente de los pulsos de inundación; condiciona y regula importantes procesos geomorfológicos, biogeoquímicos y la estructura de las comunidades bióticas. La planicie posee islas, islotes, bancos de arena que se desplazan dependiendo del balance erosión-deposición. Las islas poseen madrejones de forma redondeada y lagunas interiores, usualmente alargadas con conexiones semi-permanentes.

La producción en el valle aluvial depende de los pulsos de inundación, que gobiernan la persistencia de la comunidades bióticas (Power et al., 1995) y representan uno de los elementos fundamentales para mantener la integridad ecológica (Poff et al., 1997). El balance de las comunidades, los patrones de biodiversidad y la organización funcional dependerían del efecto anual de la crecida que transporta una gran cantidad de carbono orgánico disuelto alóctono que sufre un procesos de metabolización (Depetris y Paolini, 1991). Esta variación del carbono disuelto en la planicie, se correlaciona con los cambios en el nivel hídrico (Depetris y Cascante, 1985), el contenido de materia orgánica acumulado en los suelos inundados y la tasa de descomposición de la materia orgánica particulada. Moviliza y resuspende los nutrientes contenidos en los sedimentos y aporta a la productividad primaria de algas y macrófitas (Bayley, 1995). A su vez el detritus formado y acumulado, soporta una rica invertebrofauna y representa la base trófica de varias especies de peces. Al iniciarse la estación seca, importantes cantidades de este carbono disuelto y particulado son exportados al cauce principal.

Los pulsos periódicos de inundación favorecen el ingreso de sólidos en suspensión y el acarreo de nutrientes adsorbidos (Bonetto et al., 1989), disparando el desarrollo del fito y zooplancton (Bonetto, 1975) esencial para la supervivencia de larvas y juveniles de peces en general. El aumento de materia orgánica como detritus constituye la principal fuente de alimentación para juveniles y adultos del sábalo (Bowen, 1983; Fugi et al., 1996) que representaba mas del 50 % de la biomasa total con valores promedio que podían superar los 1.000 kg ha-1 (Bonetto et al., 1970; Bonetto et al., 1969; Bonetto, 1986; Quirós y Baigún, 1985). A su vez, los huevos, larvas y juveniles de sábalo, considerada la especie clave del sistema, constituyen la principal fuente de alimentación de larvas y juveniles de los ictiófagos y predadores topes del sistema (surubíes, dorados y bagres en general) estableciendo una de las principales vías de energía del sistema (Oldani, 1990).

La presencia de especies detritívoras aparece como una característica saliente en grandes ríos latinoamericanos con llanura de inundación (Bayley, 1991; Welcomme, 1985). La fauna bentónica, a su vez, presenta una respuesta directa a la dinámica de inundación, variando la composición a lo largo de un gradiente definido por la conexión entre el canal principal, los cauces secundarios y las lagunas de la planicie (Marchese et al., 2002).

El desarrollo de la vegetación acuática asociado a las variaciones del nivel hidrométrico juega un papel fundamental en el ciclo de la materia orgánica y nutrientes (Neiff, 1978). Las macrófitas flotantes y arraigadas alteran la calidad del agua, favorecen la decantación de los sedimentos y proporcionan un hábitat adecuado para refugio y cría de peces y el desarrollo de la importante comunidad de invertebrados acuáticos (Poi de Neiff et al., 1994).

Discusión

Los grandes ríos con llanura de inundación representan sistemas complejos de importante valor ecológico. Proveen áreas de refugio, alimentación, reproducción y cría para diversas especies y actúan como corredores de biodiversidad para las especies migradoras (Sparks, 1995; Welcomme, 1985).

Exhiben ciclos biogeoquímicos complejos donde las comunidades biológicas están indisolublemente ligadas a los cambios de las características ambientales. Diferentes paradigmas trataron de reflejar estos aspectos. El concepto pionero del “continuum” introducido por Vannote et al., (1980), puso en evidencia la importancia de los procesos de transporte longitudinal de materia orgánica y nutrientes y su relación con el aprovechamiento por parte de la biota. Un aspecto central relacionado con este concepto son los desplazamientos y el reciclado de los nutrientes y de la materia orgánica que se produce unidireccionalmente aguas abajo. Este fenómeno conocido como espiralado de nutrientes (Elwood et al., 1983) se vincula con la dinámica energética del sistema debido a la interacción entre el transporte de nutrientes, el arrastre de carbono y los procesos biológicos y ecológicos que derivan de la oxidación de carbono orgánico. Por otra parte, el concepto de pulso de inundación desarrollado por Junk et al., (1989) emergió como un modelo conceptual apropiado para grandes ríos con llanura aluvial. Refleja adecuadamente el intercambio de materia y energía que se produce entre el cauce principal y la llanura de inundación gracias a la recurrencia de los pulsos. Este último enfoque pone de manifiesto la importancia de una libre conectividad entre los subsistemas, siendo el elemento crítico para mantener la estructura de la llanura y preservar los procesos que regulan la producción del río a través del intercambio de nutrientes y materia orgánica. Estos procesos se interrumpen cuando los ríos son regulados con represas debido a que se modifican los factores bióticos y abióticos, lo que se refleja en el concepto de discontinuidad seriada (Ward y Stanford, 1983). Claramente la producción biótica es mayor en aquellos ríos con planicies libremente conectadas. Bayley (1995), presentó evidencias de que las lagunas aisladas del canal principal del Mississippi tenían un 64% menos de peces que las que mantenían una conexión periódica, mientras en el río Missouri una reducción del 67% del área inundada de la llanura aluvial, disminuyó un 80% las capturas de peces (Whitley y Campbell, 1974).

Estos paradigmas se cumplen en ríos que no han sido sometidos a disturbios pronunciados y reflejan los procesos que se manifiestan para mantener la integridad ecológica de estos sistemas. Por esto, los intentos de rehabilitación y particularmente de restauración, deben estar dirigidos a recuperar dichos procesos. De acuerdo a Lewis et al., (2000) la restauración de los grandes ríos debería comenzar por recobrar el funcionamiento de las llanuras aluviales, que son áreas de transición acuático-terrestre (Junk et al., 1989) y poseen características ecológicas únicas. Actúan como ecotonos donde se verifican procesos hidro-geomorfológicos que definen un rico mosaico de parches ecológicos (Petts, 1990) y la biota está adaptada a explotar temporal y espacialmente la heterogeneidad ambiental (Ward et al., 1999). La presencia de lagunas, albardones, bancos de arenas, cauces secundarios y meandros les confiere una compleja estructura, mientras que los pulsos de inundación representan el motor que viabiliza los ciclos biogeoquímicos fundamentales.

Sparks (1995) concluye que la restauración de las planicies de inundación representa un paso obligado para recuperar la capacidad de intercambiar materia orgánica con el río que se encuentra directamente ligado a la capacidad de disparar procesos claves como el flujo de materia orgánica y el metabolismo del carbono. Estos procesos se encuentran severamente alterados en el Mississippi, siendo las condiciones de flujos de sedimentos y carbono muy diferentes de los originales. El avance sostenido en el deterioro de los grandes ríos como: Mississippi, Danubio y Rhin, etc. llevo a plantear mecanismos adecuados para recomponer la integridad ecológica y revertir las trayectorias con propiedades ecológicas visiblemente modificadas que conducen a una virtual extinción de los sistemas.

Si bien se desarrollaron numerosos estudios sobre restauración de ríos de bajo orden, existe la percepción de que los resultados difícilmente puedan ser extrapolados a grandes ríos (Sparks, 1995) con escalas temporal-espacial muy diferentes. La Tabla 1 compara características estructurales y funcionales entre ríos de bajo orden y grandes ríos con llanuras de inundación y confirma la necesidad de establecer criterios diferentes de restauración.

Los grandes ríos representan en general sistemas con alto nivel de impacto en sus cuencas (Gore y Shields, 1995). Esta situación no se aplica aún a los tramos medios e inferior del Paraná los que ofrecen la posibilidad de estudiar un ecosistema fluvial y aluvial donde ocurren procesos naturales que regulan el funcionamiento como ecosistemas integrados. Estos sectores poseen un valle de inundación escasamente perturbado, donde se verifica una libre conectividad entre los diferentes componentes (cauces principales y secundarios, planicies, lagunas interiores, etc.). Esto contrasta con el Mississippi, que plantea diferentes escenarios de acuerdo a las políticas de manejo y gestión que se desarrollen en una u otra cuenca.

En el Mississippi se adoptaron diferentes estrategias de restauración centradas en la rehabilitación de algunos tramos, donde el mayor obstáculo probablemente sea la imposibilidad de recuperar la perspectiva ecológica histórica de la cuenca, modificada desde hace más de 100 años y con escasos sectores donde aún se observan condiciones de baja perturbación. Galat et al., (1998) señalan que únicamente bajo condiciones extraordinarias como lo ocurrido en la inundación de 1993, es posible aproximarse a un escenario que refleje el comportamiento de la biota como respuesta al pulso de inundación. En este contexto, Sparks et al., (1990) notan que la comprensión que los disturbios antrópicos que se originan al regularse los grandes ríos, requieren necesariamente de una comparación con sistemas no alterados.

Tabla 1. Comparación entre procesos funcionales y características estructurales en ríos de bajo orden y grandes ríos con llanura de inundación.

El Paraná medio soporta impactos que pueden ser considerados moderados. Las perturbaciones más importantes son, una ruta que atraviesa todo el valle aluvial entre las ciudades de Santa Fe y Paraná y la construcción de algunos polders en áreas próximas a las ciudades. También se registra sobreexplotación pesquera, contaminación de agroquímicos, deforestación, uso ganadero de las islas, dragado, contaminación con metales pesados provenientes sobre todo de explotaciones mineras en Bolivia. El régimen hidrológico del río ha sido alterado en parte por el cambio climático global y el manejo de las represas en la alta cuenca y exhibe una llanura de inundación que no fue modificada.

Estos impactos moderados pueden ser revertidos y devolver el sistema a una condición próxima a la original, simplemente basándose en su capacidad de resiliencia. En cambio en el Mississippi, esta situación ya no es posible debido a que posee un nuevo estado de equilibrio (inestable) donde las condiciones ecológicas que rigen el comportamiento del sistema fueron dramáticamente modificadas con: pérdidas de llanura de inundación, atenuación de pulsos de crecida, entrampamiento de sedimentos, bloqueo de las migraciones de peces, reducción de intercambio de sedimentos entre el cauce y la llanura, etc. Aspectos que impiden virtualmente rehabilitar el Mississippi, debiéndose poner énfasis en preservar completamente las áreas que aún exhiben un estado natural adecuado y restaurar aquellos sectores que presentan bajos impactos. Esta estrategia permitiría llevar al río a recuperar parcialmente la integridad ecológica perdida.

Claramente las condiciones presentes en el Paraná medio representan una razonable aproximación a la situación en la que se encontraba la cuenca del Mississippi 200 años atrás y como se han ido modificando sus características de acuerdo al aumento de impactos, tales como represamientos, uso de la planicie de inundación, construcción de estructuras para regular el caudal, etc. (Figura 6). Sin duda, el Paraná puede proporcionar importantes claves para encarar la rehabilitación, restauración y remediación de otros ríos, pero la historia del Mississippi representa también un espejo y un serio llamado de atención para mirar un posible escenario de los ríos que aún mantienen cierto grado de condiciones naturales. La cadena de embalses y represas que hoy cortan el Mississippi en su tramo superior, por ejemplo, no difieren mayormente en sus consecuencias de los proyectos de represas pergeñados para los ríos Paraná, Uruguay y Paraguay y ya efectivizados en la cuenca superior de los ríos Paraná y Uruguay. Todos, de alguna manera, alteran los ciclos biogeoquímicos al reducir o eliminar las planicies aluviales, generando cambios en su estructura y funciones.

La pérdida de la integridad ecológica de los grandes ríos implica asimismo pérdidas económicas importantes para muchos sectores que utilizan los servicios de estos ecosistemas. La construcción de embalses en la cuenca superior (Brasil), por ejemplo, generó una caída importante en los rendimientos pesqueros (Agostinho et al., 1994; Okada et al., 1996) y en la calidad de las pesquerías (Agostinho etal., 1995).

Este proceso puede estar ocurriendo en Yacyretá, mientras que aguas arriba en el Alto Paraná (Posadas-Puerto Iguazú), las pesquerías comerciales virtualmente desparecieron por la interrupción de las migraciones de especies de alto valor económico (Baigún, com. Pers.). Lo anterior señala la conveniencia de estimar los costos de recuperación de los ríos con las pérdidas devengadas de su degradación.

Se concluye que el ejemplo de estos dos sistemas en situaciones casi opuestas, permite ejemplificar fases del proceso de transformación que sufrieron los grandes ríos con llanuras de inundación. La falta de percepción adecuada sobre la necesidad de no alterar severamente los procesos fundamentales que sustentan la integridad ecológica de estos sistemas, condujeron al Mississippi a un estado de degradación, que no puede ser revertido a su condición original. Ésta es la lección fundamental que debe aprenderse para evitar un destino similar para el Paraná y su cuenca. Sólamente un manejo racional y conservacionista de los diferentes ecosistemas que componen su cuenca baja y media, incluyendo a la del río Paraguay, permitirá evitar un deterioro similar al del Mississippi y otros grandes ríos, y torcer la historia hacia una trayectoria divergente.

Saludable enfoque, aunque la dinámica horizontal siga sin enfrentar los abismos académicos en que está instalada fogoneando modelaciones matemáticas en planicies extremas y en nada advirtiendo cómo se transfieren las energías de las baterías convectivas a las sangrías mayores. A eso van estos hipertextos. Francisco Javier de Amorrortu

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Recibido 26 de febrero de 2005 . Aceptado 20 de marzo de 2005

 

Análisis del avance del frente del delta del río Paraná

Alejo SARUBBI - Tesis de grado en Ingeniería Civil

Un trabajo sobre el mismo tema: Análisis del avance del frente y del incremento areal del delta del río Paraná de Marcos Pittau, Alejo Sarubbi, Ángel Menéndez del Instituto Nacional del Agua (INA), logra verse por /avancesdeltarios.html . Encontrando mis correlatos publicados en Abril del 2007 por /jornadas y registros.html

Conclusiones

En todo el análisis efectuado, no se ha considerado la posibilidad de que la acción de otros mecanismos pueda tornarse significativa e interferir con la tendencia descripta. En particular, el Cambio Climático está produciendo un aumento del nivel medio del mar, que implica un aumento similar en el nivel medio del Río de la Plata (Barros et al. 2005). También está generando un desplazamiento hacia el sur del Anticiclón del Atlántico Sur, aumentando la frecuencia de los vientos provenientes del este e incrementando consecuentemente la altura de las olas (Dragani & Romero 2004). Estos cambios se traducen, respectivamente, en la necesidad de generar islas más altas y en un aumento de la acción erosiva, de modo que ambos efectos contribuyen a la disminución de la tasa de avance del Frente (Codignotto & Medina 2005).

Sin embargo, más que un cambio cuantitativo mensurable, lo que esos factores regresivos podrían llegar a producir es un cambio de dinámica, pasando a una transgresión (Stanley & Warne 1994), es decir, generando una redistribución del material deltaico que transformaría a la zona del Frente en un pantanal y luego, parcialmente, en una planicie de marea.

Al presente, el Río Paraná en su desembocadura transporta aproximadamente un total de 160.000.000 de toneladas anuales de sedimentos. Dicha carga se reparte en función del tamaño de sus partículas de la siguiente manera:

Arcillas 45 millones t/año (25%)

Limos 90 millones t/año (60%)

Arenas 25 millones t/año (15%)

La carga suspendida total es de alrededor de 145.000.000 de toneladas al año, distribuidas de la siguiente forma:

Arcillas 45 millones t/año (30%)

Limos 90 millones t/año (60-65%)

Arenas 10 millones t/año (5-10%)

• La carga de lavado, que por motivos prácticos se consideró conformada por las arcillas y los limos en su totalidad, fue cuantificada en unos 135.000.000 de toneladas anuales.

Dicho valor representa aproximadamente el 90% de la carga total suspendida.

• La concentración media de la carga de lavado es de alrededor de 250 mg/l.

• La carga de fondo, que viene dada por la arena transportada principalmente por arrastre, fue cuantificada en alrededor de 15.000.000 de toneladas al año.

• En el Delta del Paraná (incluyendo el interior y el Frente) se deposita prácticamente la totalidad de la arena transportada (25.000.000 de toneladas anuales) y sólo una parte

• En los canales navegables del Río de la Plata se depositan alrededor de 23.000.000 de toneladas anuales del sedimento fino transportado en suspensión (preponderantemente

• El Delta es una geoforma que crece continuamente tanto en longitud como en cota. Las arenas tienen preponderancia en el crecimiento en longitud (como zona de bancos), mientras que los limos tienen mayor peso en el crecimiento en cota por sobre el nivel del agua (emergencia de bancos que se transforman en islas).

• El Río Bermejo aporta alrededor del 70% de la carga sólida total del Río Paraná en su desembocadura

Caudal Sólido de Arenas Finas a lo largo del Siglo XX

• Las arenas finas transportadas por el Río Paraná se depositan en el Frente del Delta, provocando, así, el avance del mismo.

• A lo largo de todo el siglo XX, la tendencia del caudal sólido de arenas finas varió aproximadamente entre 500.000 y 12.500.000 t/año. El valor mínimo se dio en 1914.

• A partir de 1975 se produjo una marcada caída de la carga sólida como consecuencia del impacto de las grandes presas construidas a lo largo de todo el sistema. A su vez, a este efecto se le sumó la tendencia a la estabilización y posterior recesión de los caudales máximos que se observa hacia fines de siglo XX, que aceleró, consecuentemente, la disminución del caudal sólido.

 

Avance del Frente e Incremento Areal del Delta del Río Paraná

Durante el Siglo XX

• El avance del Frente del Delta, determinado por la deposición de arenas finas, está condicionado por la presencia de la costa uruguaya rocosa y la descarga del río Uruguay, que le han impuesto un límite a su desarrollo en esa dirección.

• En cuanto al avance lineal del Frente del Delta del Río Paraná se identificaron dos frentes principales de avance: uno en torno al Paraná Guazú y otro asociado al Paraná de las Palmas. A su vez, en cada uno de ellos se distinguieron dos subfrentes al Norte y al Sur. Las tasas de avance son variables: alrededor de 0 y 25 m/año asociados al Paraná Guazú en los subfrentes Norte y Sur respectivamente y de 75 y 50 m/año en los subfrentes Norte y Sur del Paraná de las Palmas.

• Respecto al crecimiento areal, se observa una tendencia a la estabilización para todas las zonas hasta los años 1982-83, produciéndose un quiebre de esa tendencia a partir del evento extraordinario de crecida del Río Paraná de ese año hidrológico, manifestándose desde entonces una mayor tasa de crecimiento, que muestra una nueva tendencia estabilizadora.

• El efecto de los cambios en los caudales líquidos sobre la carga sólida del sistema tiene un retraso de alrededor de 20 años (tiempo de respuesta del sistema). En particular, las crecidas con mayores caudales pico y permanencia son las que tienen principal efecto en el crecimiento del Delta.

• En las zonas ubicadas más al norte, subfrente Norte del Paraná Guazú e isla Juncal, las condiciones locales hacen que no haya depositación por lo que la generación de áreas superficiales en la actualidad es reducida.

• Por el contrario, el subfrente Sur del Paraná Guazú (principalmente la zona b), conjuntamente con la zona de desarrollo de islas en la que se enmarca la isla Oyarvide, son predominantemente los sectores del Delta que más actividad sedimentológica presentan. En efecto, a partir del evento extraordinario de los años 1982-83, se disparó un proceso de aparición de áreas emergidas en torno a la isla Oyarvide, la cual se ha convertido en una nueva región acumuladora de sedimentos que se suma al Frente histórico.

• Por su parte, el frente asociado al Paraná de las Palmas presenta una mayor actividad en la zona sur, la cual se encuentra avanzando en forma perpendicular a la costa bonaerense. Es interesante destacar el ensanchamiento de este subfrente debido a la aparición en el período 1984-1994 y, actualmente en crecimiento, de bancos e islas situados en torno a la isla Zárate.

 

Durante el Siglo XXI

• El proceso sedimentario se concentrará en dos zonas, una Norte, en torno a las islas Oyarvide y Martín García, y otra Sur, en correspondencia con el subfrente Sur del Paraná de las Palmas.

• Hacia fines del presente siglo XXI el Frente del Delta recorrerá todo el partido de San Isidro, siendo lo más probable que llegue hasta el partido de Vicente López.

• Una parte del canal de navegación Emilio Mitre que actualmente se desarrolla sobre el Río de la Plata quedará encajonada, lo cual afectará (no necesariamente en forma negativa) la estrategia de dragado. También se verán afectadas las tasas de sedimentación en los puertos y clubes náuticos de los partidos de San Isidro y Vicente López.

• La toma de agua para la Planta General San Martín podría presentar inconvenientes para los escenarios de media y máxima por su cercanía con el Frente del Delta, potenciando la posibilidad de generación de embancamientos en su entorno o aumento de turbidez.

• Por el contrario, no se visualizan dificultades con las descargas de efluentes domésticos desde el emisario Berazategui y del futuro emisario Capital.

• Desde el punto de vista catastral, deberán preverse medidas de actualización periódicas del catastro de la zona extrema sur del Delta, para evitar conflictos en relación al reconocimiento de titularidad sobre las nuevas tierras, tanto por parte de particulares como de municipios o entidades gubernamentales.

• El aumento del nivel medio del mar y de la altura de las olas, como consecuencia del Cambio Climático, podrían producir un cambio de dinámica en el Frente del Delta, pasando a un proceso de transgresión que redistribuiría entonces el material deltaico, y transformaría a la zona del Frente en un pantanal y luego, parcialmente, en una planicie de marea.

Como corolario a la imposibilidad de establecer una tendencia futura de bombeo de los acuíferos en el área aquí evaluada, vale citar textualmente dos documentos recientes:

Santa Cruz y Silva Busso (2002, pág. 271): "La falta de información, falta de contemporaneidad, dispersión espacial y temporal, la ausencia de proyectos concretos de control y monitoreo de las variables físicas del sistema acuífero, sumado a la variabilidad de la dinámica de la explotación por diversas causas antrópicas, dificultan en gran medida una adecuada conceptualización del funcionamiento del sistema acuífero afectado."

Dapeña y Maggi (2003; coordinadoras de una mesa redonda del Consejo Superior Profesional de Geología [CSPG]; págs. 13, 14 y 15): "... el CSPG concluye y recomienda tener en cuenta los siguientes aspectos:

"Gestión integrada de los recursos hídricos, donde se deben considerar las características físicas de la región o cuenca, su relación con los otros recursos naturales, su conexión con los sectores sociales y económicos y la multiplicidad de sus usos y sus efectos circunstanciales perjudiciales."...

o ..."Función indelegable del Estado: crear marcos regulatorios sobre el uso y control del recurso, donde indefectiblemente deben estar representados la comunidad de usuarios y ejercer de manera efectiva e insoslayable su poder de policía. Lamentablemente en la actualidad no existe (esta representación)."...

o ... "Importancia de la planificación hidráulica: realidad conocida que viene cobrando cada vez mayor relevancia por el creciente aumento de demanda para las distintas actividades a que se ve sometida, y que en muchas ocasiones supera la oferta disponible. Esta planificación nos permitirá confeccionar un esquema de ordenamiento de los recursos teniendo en cuenta los objetivos prefijados."

Mis primeras conclusiones

Ni Sarubbi, ni sus colegas aprecian mirar la función que cumplen los flujos convectivos internos naturales positivos en los transportes sedimentarios y tal vez por ello no advierten hasta dónde marchan estos. No es la modelación matemática la que ayuda, sino los ojos.

Esos corredores de agua dulce hace su camino oceánico sin otro socio que el gradiente térmico que los guía hasta la fosa oceánica. La salinidad superficial reconoce límites para hablar de ellos. Las columnas de agua están con pobreza estudiadas y a excepción de los oceanógrafos que reconocen estos conos de deposición sedimentaria en el talud oceánico, no recuerdo haber leído de hidrólogo alguno que hable de estos corredores de agua dulce gozando al parecer de memoria convectiva y buena capacidad de transporte de carga.

El balance de estos trabajos no nos alcanzan resolución que fuera de algún provecho para mirar los descalabros que carga la zona deltaria inmediata a su salida estuarial; ni para prospectivar en detalle el destino del inmenso lodazal que ya está conformado en los 80 a 100 Km2 que median entre el Emilio Mitre y la costa urbana. Tampoco estos estudios advierten las agresiones que ya carga el área con vuelcos de dragados al Sur del Km 26 del canal de acceso al Puerto de Buenos Aires, a las que prometen sumar, del otro lado del canal, 4 millones de m3 diarios de efluentes en el cono de salida al área de flujos sanos. La sedimentación de órdago que prometen por capa límite térmica, nadie parece haberla imaginado.

Acerco estos trabajos de Baigún y Sarubbi por su difusa resolución destinal, para contrastarlos respecto a materias y áreas tan críticas como estas de las que depende el devenir meditarráneo de Buenos Aires. Su transición invita al mucho más serio trabajo prospectivo que reclama alertas máximas respecto al aporte que harán los emisarios.

La cantidad de calor que almacenan estas áreas sólo pide sacar provechos ordenando la deriva litoral; esto es, poniéndole los límites que reconociendo la oportuna convección externa que le alcanzaría un canal costanero, lleve esos sedimentos a su destino final.

La imagen que sigue apunta al área de deposición en el talud oceánico de las salidas por Bahía Blanca; que aunque poco aporta a los problemas de estas áreas, deja sospecha de la importancia de estos flujos dulces para semejantes transferencias. Ese sendero quedó grabado hace 18.000 años y el detalle de las batimetrías de sus entornos lo marca a pleno.

La marcha de las aguas dulces cargadas de sedimentos barriendo el fondo, es un misterio que no queda resuelto con la breve mención a "estratificaciones" y paupérrimas lecturas de la columna de agua. La misma pobreza aparece resumida en la catalogación de flujos turbulentos verticales a los que en una década ninguna observación puntual han aportado.

Francisco Javier de Amorrortu, 31 de Diciembre del 2011.

A partir de aquí retomo mis textos en letra redonda. FJA

Estos enfoques a las cuentas deltarias vienen aplicados a mostrar 1º) las interminables obranzas en la cuenca del Mississippi y su muy intervenida salida deltaria, que aunque con muy diferentes compromisos de escala y de salida, ofrece algunas pistas que considero, no son de seguir; 2º) problemas hipopicnales en la presalida estuarial del río Luján respecto de los vedados tributarios urbanos del Oeste muertos; 3º) de la salida del mismo Luján al estuario y 4º) del área que le sigue hasta el Dock Sud.

Un enfoque posterior mirará por 5º) los problemas del otro lado del Emilio Mitre a partir de las antiguas salidas abandonadas y/o perdidas en cercanías de los Bajos del temor, del tapón a la salida del Miní y de las consecuencias de las bocas de salida del emisario oculto de hidrocarburos de Campana. Y todas ellas refiriendo a sus nunca estimados aportes en la crecida deriva litoral que desde hace unos 40 años se descubre en el frente deltario central.

 

Los problemas deltarios de la presalida estuarial

Estos problemas ya han sido tratados en numerosos hipertextos. Por ello resumiré y apuntaré a ellos para quien aprecie mirada más detallada.

El resumen de mis enfoques en estas áreas viene concentrado en dos aspectos:

1º) la muerte de los tributarios que desde el Oeste intentan en vano hacer sus aportes al Luján cuyo curso aparece ocupado por los brazos del Paraná de las Palmas que bajan desde el Este: canal Arias, Caraguatá, Carapachay, etc.

2º) la necesidad de reordenar estos flujos, tanto para facilitar salida de los muertos del Oeste (que habrá que ver si los habitantes del Tigre aprecian recibir); como para enfocar aportes de nuevas energías a los flujos del canal costanero muertos.

 

De los tributarios muertos del Oeste

Ver http://www.alestuariodelplata.com.ar/Reconquista.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/Reconquista2.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/Reconquista4.html

http://www.delriolujan.com.ar/aliviador.html

http://www.delriolujan.com.ar/propuesta.html

http://www.delriolujan.com.ar/propuestaanexo.html

http://www.delriolujan.com.ar/salidalujan.html

http://www.delriolujan.com.ar/miserias.html

http://www.delriolujan.com.ar/cartadocjuzgfed.html

http://www.delriolujan.com.ar/sedimentologia.html

http://www.delriolujan.com.ar/acuiferos.html

http://www.delriolujan.com.ar/incorte7.html

http://www.delriolujan.com.ar/incorte8.html

http://www.delriolujan.com.ar/incorte12.html

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http://www.hidroensc.com.ar/nuevoparadigma.html

http://www.hidroensc.com.ar/nuevoparadigma2.html

http://www.hidroensc.com.ar/nuevoparadigma3.html

http://www.hidroensc.com.ar/nuevoparadigma4.html

http://www.hidroensc.com.ar/nuevoparadigma5.html

http://www.delriolujan.com.ar/consultatio5.html

http://www.delriolujan.com.ar/consultatio9.html

http://www.delriolujan.com.ar/planescobar3.html

http://www.delriolujan.com.ar/planescobar4.html

http://www.delriolujan.com.ar/hidrolinea.html

http://www.delriolujan.com.ar/hidrolinea2.html

http://www.delriolujan.com.ar/amicus.html

http://www.delriolujan.com.ar/riovivo.html

http://www.delriolujan.com.ar/riomuerto.html

http://www.delriolujan.com.ar/cloaca.html

http://www.delriolujan.com.ar/altimetrias.html

http://www.delriolujan.com.ar/colony.html

http://www.delriolujan.com.ar/colony2.html

http://www.delriolujan.com.ar/sebastian19.html

http://www.delriolujan.com.ar/sebastian22.html

http://www.delriolujan.com.ar/sebastian23.html

http://www.delriolujan.com.ar/sebastian24.html

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http://www.delriolujan.com.ar/cartadocminfralvarez.html

http://www.delriolujan.com.ar/cartadocminfralvarez3.html

http://www.delriolujan.com.ar/cartadocopds3.html

http://www.delriolujan.com.ar/cartagob6.html

http://www.delriolujan.com.ar/sustentable2.html

http://www.delriolujan.com.ar/sustentable3.html

http://www.delriolujan.com.ar/sustentable4.html

http://www.delriolujan.com.ar/sustentable5.html

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http://www.delriolujan.com.ar/sustentable10.html

http://www.delriolujan.com.ar/agua2.html

http://www.delriolujan.com.ar/agua3.html

http://www.delriolujan.com.ar/preguntas.html

http://www.delriolujan.com.ar/pendientes.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/pendientes2.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/pendientes3.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/pendientes4.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/pendientes5.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/pendientes6.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/corredores.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/convec1.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/convec2.html

http://www.hidroensc.com.ar/linea21.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/delta.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/delta2.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/delta3.html

He seleccionado estos 83 hipertextos, un diezmo de los aprox 800 que tengo publicados para que cualquiera que desee indagar en las parálisis de los tributarios del Luján muertos en este siglo, comprenda desde cuántas esferas técnicas, políticas, administrativas y judiciales se ocuparon de colaborar para generar estos desconciertos.

Pretender simplificar estas materias es parte del problema. Resucitar a un muerto no es tarea sencilla. Mucho menos si no hay almas dispuestas a estudiar, a luchar un par de décadas y a cuidar un par de siglos.

Las referencias que siguen de 1943, dan cuenta, entre otros, de las profundidades en pies de los cursos de agua que bajan del Paraná a la zona deltaria. Esas que los de Colony Park con la autorización de Beni, Director de Vías Navegables de la SSPyVN, llevaron a más de 65 pies -el doble del canal Emilio Mitre-, tal vez para permitir el fondeadero del acorazado Missouri. Ver causa en el Juzgado Federal en lo criminal Nº1 de San Isidro. No aprecio ironías, pero me resulta inevitable imaginar a ese crucero allí, pues ninguna otra embarcación por mí reconocida, alcanzaría ese calado. Ahora, después de haber sido denunciado, se le ocurre perdir o sugerir un estudio hidrosedimentológico. Una forma de probar su inoportuna distracción. ¿Qué tiene que ver la hidrosedimentología con el haber permitido dragar hasta el infierno en el Vinculación? Por qué no nos explica los límites y la coherencia de su función: la de él y la del Vinculación. Sigue imagen del CONAE mostrando la prelación del Vinculación frente a los frenados flujos del Luján, varios años antes de que Beni autorizara las obranzas de profundización que terminaron metiendo de cabeza en el Puelches todas estas miserias que boyan en el área

Esta es una de tantas barbaridades que se han llevado a cabo por la despreocupación y correspondiente ignorancia regaladas desde la SSPyVN, desde el INA y desde las autoridades del municipio de Tigre para favorecer a tantos amigos que se acercan al gobernador. El mismo que ahora dice que va a hacer un estudio hidrológico "completo" de la cuenca del Luján; como si no estuviera ya hecho por el INA y pagado por el estado italiano. Resalto lo de completo, pues el del INA, terminando justo en el puente de la autopista 9, se ahorra considerar las áreas donde se descubren estos abismales problemas.

Como es dable observar, ya hace casi 70 años las profundidades de muchos de estos hijitos del Paraná de las Palmas eran bastante pobrecitas. Haber imaginado que el curso del Luján, que hoy ocupa el lugar del antiguo canal costanero estuarial, iba a ser el destino final de muchos de estos hijitos, no ha resultado de favor alguno; pues todas las aguas que bajan del Paraná de las Palmas, amén de hipopicnales, cargan mayores energías convectivas e impiden que las aguas de los tributarios urbanos del Oeste tengan alguna minúscula posibilidad de cursar su salida al estuario. Incluso las mismas aguas del propio Luján quedan demoradas en el encuentro con el canal Arias.

A estos trastornos hasta hoy insuperables hay que sumarle la presión de los usos pues por allí se regala el comercio, el turismo, las violaciones de la línea de ribera y las obranzas que le siguen. En los últimos 50 años el Luján ha perdido al menos la mitad de sus anchos. A la salida al estuario reconocía 580 m; hoy sólo 220.

No hay que ser un genio para entrever cuál es la solución para acercar alguna ayuda a estos ilusos tributarios del Oeste; pero habrá que tener coraje a prueba de balas para enfrentar los reclamos de las poblaciones del Luján que ni locos querrán aceptar que las aguas infectas del Escobar, Garín, Basualdo, Claro, Las Tunas, Aliviador, Reconquista y Tigre ocupen el curso que hoy el Luján no les ofrece por las razones arriba apuntadas.

Por ello es probable que los crédulos habitantes y la feligresía política de estas cuencas urbanas aprecien imaginar que el gobernador, poniendo su hombro con el plan MINFRA, vaya a lograr el esperado y no menos milagroso movimiento de esas aguas.

Cien años de cosmovisión mecánica, de desastres en obranzas "hidráulicas", rectificaciones, canalizaciones, tablestacados, eliminación de bañados, costas blandas y bordes lábiles por los pretendidos y no menos bastardos "saneamientos" -ver prohibición del art 101 de los dec 1359/78 y 1549/83-, conforman cosmovisión que no imagino cuántos siglos demorará su conversión a criterios de enlaces termodinámicos propios de sistemas naturales olárquicos abiertos.

Para el que no quiere mirar y mucho menos estudiar, estos avances resultan chino antiguo. Sin embargo, no veo otra solución que empezar a tratar de comunicar el por qué de tan viejos entreveros y mayúsculos problemas. Algún día se darán cuenta y se pondrán a estudiar cómo sigue la solución al paso de los cadáveres del Oeste. No veo ningún motivo para bajar los decibeles de estas expresiones; por el contrario, siento que en estos descalabros hidrológicos de las salidas tributarias del Oeste al Luján y de este al estuario, mi imaginación queda bien corta.

Como si el desenfoque hidrológico fuera poco, la incomparable aberración en estos prados desde hace 20 años ha sido la decisión de la Legislatura provincial de aprobar el proyecto del Nordelta, inaugurando así la lista interminable de crímenes hidrogeológicos descomunales autorizando las idílicas "lagunas" que cavan hasta el infierno para generar rellenos.

Esos crímenes, fruto de la inconciencia mayúscula de la AdA con el disconcurso de "expertos" que por razones varias desestiman el valor de sus intervenciones en conciencia, vienen siendo comunicados en todas las esferas de la Justicia y la Administración para que cada día resulte más difícil excusarse.

Las observaciones críticas a los EIA de Consultatio para Puertos del Lago que siguen a este balance de profundidades e imágenes de descalabros hidrológicos, reflejan estas disposiciones aberrantes a estragar suelos.

Las imágenes que siguen sean útiles a los que pretenden, no obstante el inevitable estudio de tantas transformaciones y deformaciones, , acortar camino.

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Las dos imágenes superiores muestran la disociación térmica e hidroquímica entre el Vinculación y el Luján que entrega 3/4 partes de su curso al primero. A esto hay que sumarle la profundización a más de 20 m que hicieron para generar rellenos que dieran soporte mínimo de suelo a su proyecto urbano isleño, los de Colony Park devorándose el art 2º de la ley 6254 que prohibe fraccionamientos menores a una (1) Ha.

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Pretender asistir estos abismos con discursos sobre la sustentabilidad de las políticas ambientales y los planes estratégicos redactados por arquitectos que jamás en su Vida miraron por estas dinámicas horizontales y en el mejor de los casos las interpretaron con herramientas mecánicas imaginando energía gravitacional en estas aguas, es la carga inercial que pesa en todos.

El plan MINFRA para el Reconquista y su Aliviador; la desvergonzada farsa de la licitación para el estudio de la cuenca del Luján sin hacer incapié en estos tramos finales de la cuenca -lo anterior ya está estudiado-; el proyecto de otro plan estratégico municipal; el aval asegurado de un decreto del gobernador; una milagrosa restructuración de los laxos comportamientos del OPDS y la AdA, sólo servirían para patear la pelota para un adelante que por falta de sinceramiento de sus paradigmas cada vez se mostrará más infernal.

Sin un debate íntimo que acepte críticas de los soportes académicos con que hasta hoy han obrado, sin paseos judiciales, libertad responsable y perseverancia, sin este filtro crítico elemental nada serio es de esperar.

25.000 fojas presentadas en administración, legislación y justicia durante 15 años, sólo parecen haber sido advertidas tras ver instaladas 20 causas de hidrología urbana en planicie intermareal, en la SCJPBA. Sin esa presión, los oídos políticos seguirían tapados. http://www.hidroensc.com.ar

Sobre la muerte de las dinámicas horizontales de los tributarios del Luján que vienen del Oeste y los descomunales crímenes hidrogeológicos consumados en los últimos 20 años, vale este breve repaso por algunos textos de los EIA de Consultatio para Puertos del Lago que hube publicado por http://www.delriolujan.com.ar/sustentable3.html y sigtes.

Prestar atención al arroyo Claro y las lagunas cavadas en el rincón de su curva al Este, así como, a la laguna de 20 Has cavada sobre el tramo final del Caraguatá, para con la misma ceguera criminal generar rellenos del otro lado del Luján.

 

de Nicolás García Romero responsable de las lagunas de Nordelta

El señor que sigue y habla de sistema “maduro” imagino conocerá algo de fenómenos termodinámicos para explicarnos cómo esa madurez aporta a mayor resiliencia. ¡¡¡¡¡ Pero cómo puede ser tan… de apuntar a “un sistema abierto” cuando lo único que han abierto es el mismísimo corazón del Puelches! ¿Le perdonarán sus abuelas esta ilicitud endemoniada? Ver grasiosa respuesta del dúo Guzmán-Di Capua a f 6 vta de la contestación de la demanda a las Excelencias Ministeriales de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia, http://www.delriolujan.com.ar/respuestas.html que seguramente han inspirado con sus comportamientos estas afirmaciones sobre cómo dar sustentabilidad a lo imposible, haciendo lo que no tiene perdón; salvo el del dúo Guzmán-Di Capua dispuestos a pasear por tribunales.

Lagunas de García Romero

645 Análisis de factibilidad para la construcción de cuerpos de agua. 30 folios del Lic Nicolás García Romero muy jugosos. Dice que los lagos son estructuras vivas y por lo tanto evolucionan, respondiendo a las fuerzas inherentes a los sistemas naturales; la construcción de lagos creará un ecosistema. Señala que los procesos acelerados de eutrofización y/o intoxicación resultan de muy costosa y limitada efectividad. Por ello él propone acabar con este problema de raíz. Se mete directamente en el Puelches y santo remedio: la propuesta más brutal que ya conoce el exitoso Nordelta aunque nunca le pasaron factura por tamaña bestialidad.

646 Dice que es un sistema abierto que intercambia energía y masa con el medio circundante. Lo único que aparece abierto es el cielo por donde entra el sol y el fondo despanzurrado en medio del Puelches por donde descubren el agujero que abre el sistema violando el santuario hidrogeógico más cercano e invalorable, con agua, fresca a 19º en su millonario alojamiento y madura de una eternidad. Esa madurez carga frío y como en todo fenómeno termodinámico su dinámica se ralentiza, descubriendo muchísimo menor tendencia a hipereutrofización que en las áreas de menor profundidad. Los estanques profundos están funcionando como células convectivas y por ello intercambian masa y energía. Pero váya la bestial gracia de lograrlo metiéndose en el Puelches. La ribera tiene en los primeros 4 m un gradiente de1:4 y luego se va a pique con relación 4:1

De aquí saldrán aprox 15 millones de m3 de relleno de los 18,4 que pide el proyecto, para igual fracasar por la cantidad de burradas que se ahorran declarar; unas por inconcientes, otras por demasiado concientes de los costos de infraestructura hidráulica, que como ya hube expresado ningún resultado alcanzarán, salvo brindar por el éxito empresario a cualquier costo; costo inefable al terminar de sumar.

Cómo será de bestial esta propuesta con garantía sólo "sustentable” porque viene del exitoso marketing de Nordelta y del consultor Inglese que aparenta estar sentado en cátedra vaticana para declamar con voz impostada sin importar el calibre de sus torpezas; aún no parecen haber tomado ni remota conciencia de la salvajada que hicieron con el Puelches, que para contrastarla con un simple ejemplo relato cómo, hace 50 años, para hacer una perforación de tan sólo 10 centímetros de diámetro en el suelo de la ciudad de Buenos Aires, siete inspecciones (preguntar al Ing Bacchiani de Rotor Pump) de Obras Sanitarias de la Nación verificaban los trabajos, cuidando en extremo el sellado entre la camisa y la perforación. Aquí no sólo no vendrá nadie, sino que todos pondrán en esta audiencia su firma, a menos que antes pongan el grito en el cielo y demanden por ello. Y no se trata de un agujerito de 10 centímetros, sino de un crimen de lesa naturalidad en 400 Hectáreas abriendo el Puelches, repito, para una salvajada.

Quede bien en claro que esta propuesta no habla de un sistema natural abierto, sino de la bestialidad humana abierta a todas las miradas. Los santuarios hidrogeológicos que van a comerse crudos, lo más abiertos que estuvieron fue del tamaño de un capilar. El Querandinense, ni eso.

647 Dice que todos los cuerpos de agua maduran hacia sistemas maduros y estables. Errada generalidad “El orden no es una propiedad de las cosas materiales en sí mismas, sino solo una relación para la mente que lo percibe”. Maxwell

El corredor de flujos cálidos del Golfo es muchísimo más inmaduro que las aguas oceánicas que lo rodean; y a pesar de ser su flujos convectivos naturales internos positivos considerados “turbulentos”, esto es, desordenados a los ojos mecanicistas, no cesa de mover una energía que supera en más de cien veces toda la energía consumida por el hombre en el planeta. La noción de orden y equilibrio es sólo una fantasía humana que le evita con esas anteojeras quedar en los abismos de Natura deslumbrado.

Y la palabra “estable”es tan frágil, que ya dos décimas de grado de modificación en las temperaturas de las aguas del Sur patagónico pone en alerta a los científicos de la NASA por su trascendencia en meteorología. Nuestras escalas para medir aprecios a estabilidad natural, no tienen correlato sino en nuestros catecismos medioevales que en mecánica de fluidos lucen sin par.

Si los cuerpos de agua maduraran hacia sistemas estables y maduros, qué sentido tendría hablar de cursos de agua sobreajustados y subajustados; de vergeles transformados en desiertos; de procesos de hipereutrofización; de desastres geológicos como los calificados para la bahía de Sanborombón por el Prof Dr Gregori Koff a cargo del Laboratorio de Desastres Naturales de la Academia de Ciencias de Moscú; de la muerte de los corredores costaneros de flujos estuariales urbanos; de la muerte de los flujos del Riachuelo hace 224 años y aún sin certificado de defunción; y los del Aliviador del Reconquista, más recientes pero en igual condición.

En EEQQ hablan de humedales. En lugar de mantos con nombre y apellido particular: tal el caso del Qurandinense. En lugar de bañados o esteros, que váya si hay diferencia.

Las generalidades son el camino de entretenimientos para seguir cerrando los ojos a las bestialidades de Nordelta perforando santuarios hidrogeológicos a 20 m. Ya es un crimen despedazar el Querandinense a tan sólo 2,5 m. Meterse de cabeza en el Puelches no tiene nombre. Los pobladores del Tigre cuidaron ambos durante 200 años y hoy los liquidan de un plumazo. ¡¿Qué ataque de negocios infernales les atrapó?!

El hombre nunca le acercó a ningún sistema natural estabilidad y madurez en el sentido que imagina éste, consagrado el equilibrio. El movimiento perpetuo que aportan los sistemas de segunda generación en fenomenología termodinámica, no incluye participación de humanos. Por estas intrvenciones los bañados nunca alcanzaron la posibilidad natural de devenir esteros.

Werner, discretísimo, nos previene suficientes veces, aunque con voz casi inaudible que ni siquiera se animó a descubrir el valor y el nombre del Querandinense, que durante 3.500 años vivió y cumplió su función en paz. Vida y función que ahora Consultatio se traga.

La fragilidad de la conciencia de Werner es tal, que hasta propone como cierre a sus responsabilidades consultar estos temas con especialistas. Ver esta afirmación a f 774. Adviértase que en Werner deposita Consultatio todas sus miradas hidrogeológicas. Las opiniones tercerizadas aquí publicadas ¡serán gratuitas? Cuando hablen con esos especialistas no se olviden de este hortelano; que tal vez por contraste les marque el nivel de esos “especialistas”.

649 El análisis de información hace suponer que la construcción de los lagos generará algunos riesgos ambientales. Menos mal que nos lo advierte, aunque no da la pista de la extrema bestialidad hidrogeológica.

GR piensa sólo en las lagunas; si son tróficas o eutróficas y el trabajo que dará su mantenimiento. Del acuicludo y los acuíferos no se hace cargo, porque no ha sido llamado para hablar de ellos. De todas maneras, con la simple enunciación introductoria ya es suficiente para aplicar los principios de prevención y precaucíon y paralizar de inmediato todo el proyecto. 20 años no han pasado en vano. Las barbaridades de Nordelta no serán tan fáciles de volver a cometer en Escobar.

Ver las aguas mutar del arroyo Claro al pasar al lado de estos santos espejos conectados al santuario Puelches, que aquí ya se logra comprobar la santidad de los consejos y explicaciones de García Romero.

Al final del folio en el punto 2 refiere de la posible afectación del acuífero libre por exposición directa. Al retirarse las capas protectoras de suelo por sobre el nivel del acuífero libre, el agua se hallará expuesta… (principios de precaución y prevención????!!!!)

Seamos un poquito más sinceros Sr GR; diga clarito que se comen el manto impermeable que tiene nombre y apellido y cumple una función que Ud muy bien debería saber y declarar; y en adición se devoran todo el Pampeano y se meten directo en cientos de hectáreas del Puelches.

Hablar claro es mejor para el alma, aunque no se lo recomiende su bolsillo. Ud defiende su bolsillo y aquí estamos para defender el ambiente que tenemos que entregar a las generaciones futuras.

Decía en mi demanda a la Suprema Corte causa I 70751: Abren el sistema por abajo, cuando hasta el inc 2 del art 2° de la vieja ley 3487 de fundación de pueblos se mostraba prudente en esto del análisis de las napas. Nada se respeta hoy, porque si hicieran un análisis de las napas 1° y 2° -y mucho más que eso les exigen los arts 39, 40 y 41 de la ley 11723-, reconocerían agravios extraordinarios. Y no sólo no analizan, sino que despanzurran acuicludos y acuíferos, en algunos casos como en Nordelta, hasta los 20 metros, exponiendo el Puelches a miserias insalvables.

650 Reconoce que las aguas servidas de la barranca alta drenan hacia los lagos, pero nada dice de la eliminación del manto impermeable que siempre protegió de esos drenajes y en cambio da la bendición al despanzurramiento del Querandinense. Sin esos despanzurramientos su sueño de lagunas en esas llanuras intermareales desaparecería. Con tal de trabajar, hagamos cualquier cosa. Eso mismo nos proponen Guzmán-Di Capua en su respuesta a la Suprema Corte

651 Muestra un dibujo con el acuicludo

653 Reconoce el alto riesgo de eutroficación. Reconoce que los nuevos cuerpos de agua no poseerán a priori una trama trófica establecida y estable, haciendo al sistema muy vulnerable al impacto derivado del entorno. Que su resiliencia inicial será mínima por no tener una trama trófica que disperse los impactos.

654 Reconoce 20 m de profundidad para el área ID1, con buena circulación; ¿por qué no reconoce que se mete en el dulce Puelches al que le roba todos sus tesoros, después de adicionalmente devorarse el Queran dinense?

664 Reconoce la escasa circulación de agua en las zonas de menor profundidad. Propone bombas de circulación; pero nada dice de la bestialidad del Puelches

666 La limnología no incluye al Puelches.

754 a 758 Res 04/04 Prefactibilidad hidráulica y otras normas. Firman Naveira y Franco.¿ Qué pretenden a más del certificado de aptitud de suelos IMPOSIBLE?

761 Introducción a hidrogeología que se escribe como geología en el punto 2. Dice que no debe profundizarse en el Pampeano. Nada dice del Querandinense que se devoran, ni su función como manto impermeable.

763 De sistemas acuíferos, (nada de acuicludos). Dice que el Puelches es surgente y puede ser un inconveniente muy importante si alguna de las lagunas alcanza dicho acuífero. En el par 4º dice que tal vez fuera necesario realizar pozo a este acuífero, para así levantar el nivel de las lagunas. ¡Genial! Él mismo propone entonces conectarlo

768 Sondeos electricos verticales SEV reconocen al Puelches entre 10 y 17 m

770 En las dos perforaciones en el Cantón apareció entre los 12 y los 14 m. Muestran gráfico con Pampeano de muy poco espesor.

771 Vuelven a insistir sobre los límites a la profundidad de las lagunas

773 Espesor del Pampeano de entre 10 a 17 m. En general no pasa de 13 m

774 Señala que no se debería pensar en más de 11 a 13 m porque podría romperse el techo del Puelches. Para poner límites a sus corresponsabilidades, advirtiendo muy bien a dónde se apunta, Werner dice que conviene tratar este tema con especialistas. Esto lo dice el propio consultor de hidrogeología de Consultatio ¡Salute! Ya demasiado generoso fue de acercarse hasta el borde del abismo de esta inefable bestialidad

715 Asimismo y según lo prescripto por el informe de hidrogeología preliminar, la profundidad de las lagunas se limita para evitar la interconexión entre el Pampeano y el Puelches. El Lic. García Romero es el encargado en Nordelta del plan de gestión ambiental de los cuerpos de agua, cuyo éxito intenta repetirse, sin declarar las profundidades alcanzadas allí. En ningún lado, salvo aquí, se concluye en limitación alguna para el gran agujero central a 20 m que señala García Romero, el increible "experto" de Nordelta que nunca pareció haber leido un sólo capítulo de las normas legales apuntadas más arriba. Con su catecismo maduro y estable le alcanzaba. Sigue imagen de una de las fosas de San Sebastián, EIDICO, en Zelaya.

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761 Introducción a hidrogeología que se escribe como geología en el punto 2. Dice que no debe profundizarse en el Pampeano. Nada dice del Querandinense que se devoran, ni su función como manto impermeable.

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763 De sistemas acuíferos, (nada de acuicludos). Dice que el Puelches es surgente y puede ser un inconveniente muy importante si alguna de las lagunas alcanza dicho acuífero. Sin embargo, en el par 4º dice que tal vez fuera necesario realizar pozo a este acuífero, para así levantar el nivel de las lagunas. ¡Genial! Él mismo propone entonces conectarlo

768 Sondeos electricos verticales SEV reconocen al Puelches entre 10 y 17 m

770 En las dos perforaciones en el Cantón apareció entre los 12 y los 14 m. Muestran gráfico con Pampeano de muy poco espesor.

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771 Vuelven a insistir sobre los límites a la profundidad de las lagunas

773 Espesor del Pampeano de entre 10 a 17 m. En general no pasa de 13 m

774 Señala que no se debería pensar en más de 11 a 13 m porque podría romperse el techo del Puelches. Para poner límites a sus corresponsabilidades, advirtiendo muy bien a dónde se apunta, Werner dice que conviene tratar este tema con especialistas. Esto lo dice el propio consultor de hidrogeología de Consultatio ¡Salud! Ya demasiado generoso fue de acercarse hasta el borde del abismo de esta inefable bestialidad. Del Querandinense y su función irremplazable, ni pío.

790 Variaciones laterales del Puelches

892 a 1000 Evaluación de EIA por Inglese y Cía

899 Convalidación Técnica Final Objeciones. Ver todas las ausencias legales ya mencionadas

911 Menciona al art 2639 del CC y Res 705 del MIVSP. Pero olvida al 2340 inc 3º, 2572 al 2581, 2634, 2638, 2642, 2644 y 2648.

914 No habla de todos los artículos ya apuntados por mi; ni apuntar a la APTITUD HIDROGEOLOGICA, infinitamente más amenazada de bestialidades.

926 listado de mantos sedimentarios. No dice qué función protectora cumplen los superiores acuicludos.

927 Geomorfología. Dice que los mollisoles se encuentran entre los suelos más fértiles del mundo. Dice que fueron esteros saneados. No hace referencias de hidrogeomorfología histórica para explicar estas geologías estuariales tardías

934 No localiza ni describe la función protectora del Querandinense.

Recuerdo todas las leyes que se comen crudas en esta exclusiva materia:

inc 2 del art 2° de la vieja ley 3487 de fundación de pueblos.

Los arts 6º de la ley 6253, 2º, 3º, inc c y 5º de la ley 6254 y 4º del dec regl 11368

Art 59 de la ley 8912

arts 2º, 3º y 4º de la ley Prov. 5965

art 101º del dec 1359 regl de la ley 8912.

arts 2º y 3º y de los 10 parágrafos del art 5º de la ley 25688 de Presupuestos Mínimos sobre el Régimen Ambiental de Aguas

ley 12257 los sig arts: 5º, 6º, 10º, 14º, 17º, 24º, 29º, 30º, 33º, 34º, 35º, 36º, 40º, 41º, 42º, 44º, 45º, 46º, 47º, 53º, 55º, 57º, 58º, 72º, 73º, 83º, 84º, 85º, 86º, 87º, 88º, 89º, 93º, 97º, 98º, 99º, 100º, 101º, 102º, 103º, 104º, 105º, 106º, y 108º.

ley 11723 los arts 14º, 18º, 23º, 25º, 27º, 34º, 39º, 40º, 41º, 45º y 46º.

Ord Mun 727/83, art 4°, punto 2.1.1. y art 14º

Art 902 del CC. Cuanto mayor sea el deber de obrar con prudencia y con pleno conocimiento de las cosas, mayor será la obligación que resulte de las consecuencias posibles de los hechos. Ver también los arts 897, 899, 903, 904, 917, 923, 928, 929, 931, 932, 933, 934, 935, 941, 942 y 943 del CC.

Arts 2340 inc 3º, 2634, 2572 al 2581, 2638, 2642, 2644 y 2648 del Código Civil

 

Con un poquito de mayor sinceridad cualquiera lograría resolver sus incredulidades yendo al encuentro de salida de esos tributarios y mirando disociaciones y dinámicas muertas sin necesidad de intermediarios.

Estas muertes, como ya lo he expresado mil veces, son fruto de cosmovisión mecanicista que imagina energías gravitacionales en planicies de tan sólo 4 mm de pendiente por kilómetro, al tiempo de ignorar la existencia de flujos convectivos naturales internos positivos, el aporte de las baterías convectivas que aportan los esteros, bañados, costas blandas, bordes lábiles y los enlaces termodinámicos que religan los sistemas olárquicos naturales abiertos.

La respuesta a esta ignorancia son los sarcófagos "hidráulicos" condenando a todos los cursos urbanos a rectificaciones, canalizaciones y entubamientos que tras un siglo de obranzas descubren un inmenso cementerio

Aceptado que los flujos tributarios del Luján están muertos y sus raquíticas energías convectivas reclaman liberarles el paso como si de un lisiado extremo se tratara, habrá que averiguar luego qué disposición tienen los políticos de turno para pedirles a los ramales del Paraná de las Palmas que hoy ocupan el curso del Luján, que sigan con su Madre, de manera de dejar liberado el paso a estos cadáveres.

Esta medida, sin ninguna garantía "científica", amén de la ilusión de ver fluir con alguna esperanza a estos pobres cursos urbanos, conlleva un importante correlato: da lugar a enfocar la reposición de las energías del abandonado canal natural costanero, imprescindibles para poner límites a las hidrotermias que ascienden por falta de límites (deriva litoral que no reconoce oportuna convección externa).

Esa reposición vendría efectuada por el redireccionamiento del Vinculación -entre otros-, de manera que el San Antonio potenciado y liberado a su salida de las actuales afloraciones sedimentarias, apunte en directo a embocar en el antiguo canal costanero que deberá ser llevado a profundidad mínima de 5 m, en un ancho no menor a los 100 m.

Pero esto ya pertenece al 2º punto de estas propuestas:

aportar nuevas energías a los flujos del canal costanero muertos.

Con las debidas Gracias a mi Querida Musa Alflora Montiel Vivero

Francisco Javier de Amorrortu, 2 de Enero del 2012.

 

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