. índice . Prefacio . Preface . . aguas . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . contamina 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . holocausto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . . lineas 1 . 2 . 3 . 4 . . hidrotermias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . nuevas 1 . 2 . 3 . . Reconquista 1 . 2 . . hidrogeo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . esbozos 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . corredorcentral 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . cordones 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . epiola 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . deriva 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . . archivo 1 . 2 . 3 . 4 . . Halcrow 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . frentehalino 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . emicampanaoculto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . Costa del Plata 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Costa del oro 1 . 2 . . IRSA 1 . 2 . 3 . 4 . . flujos . . segmentos . . pendientes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . delta 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . propuesta . 1 . 2 . . correconvectivo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . plataforma 1 . 2 . . termodinamica 1 . 2 . 3 . . ABL 1 . 2 . . congreso . . girh . . Acumar 1 . 2 . 3 . 4 . . evaluacion 1 . 2 . . BocaRiachuelo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . . StoDomingo . . urgenciasatadas 1 . 2 . . inundabaires 1 . 2 . 3 . 4 . . sinsustento 1 . 2 . . emisarios 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . UAG 1 . 2 . 3 . . áreas nuevas 1 . 2 . 3 . . acreencias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . audiencia 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . . Valls 1 . 2 . . contrastes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . convexterna . . playas 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . . Plan Maestro 1 . 2 . 3 . . Parque Norte . 1 . 2 . . ribera . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . jurisdiccion 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . . CSJNpisamr 1 . 2 . 3 . 4 . . zonas muertas . . Bermejo 1 . 2 . . Pilcomayo . . Uruguay 1 . 2 . . Parana . . Areco 1 . 2 . . Salado . . Samborombon . . PuntaPiedras . . Tuyú . . PuntaRasa 1 . 2 . . PuntaMedanos . . Mar Chiquita 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . Mar del Plata 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . Necochea . . Colonia . . MartinGarcia 1 . 2 . 3 . . Puertos 1 . 2 . . formula1 . . disocio . . senderos . . bajante . . . . oceano 1 . 2 . . hidrolinea 1 . 2 . 3 . . sustentable. 1 . 2 . . agua 1 . 2 . 3 . . antarticflows . . derrame . . luna 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . index .

Punta Rasa

360º de idas y vueltas en dinámicas sedimentarias

Este hipertexto lleva el sugestivo nombre de Punta Rasa porque amén de hacer allí foco, es punto de apoyo de una amplia suerte de compromisos estuariales a redescubrir, invitándonos a seguir sus salidas litorales y destinos en plataforma hasta el mismo fondo del talud

Por ello aprecio recordar la fuente original que enciende estas energías y que la voz "estuario" refleja en la raíz indoeuropea: *aidh, quemar. y voces emparentadas: estiaje: caudal mínimo de un río, estero o laguna; estuante: encendido, excesivamente caliente. De aquí también: estío y estero.

Habla de lo caliente, de lo que se prende fuego, de lo que se quema, esto es: de lo que conforma la materia y energía de las más formidables baterías convectivas visibles a nivel superficial: la de estos húmedos prados, delicados en sus transferencias y en sus salidas por deriva litoral en el seno entre cordones; y llevando en sus propios sedimentos el mismo recurso de captación y transferencia que motoriza su rumbo a los abismos profundos.

Este estuario de la gran planicie del centro bonaerense tiene la particularidad de exhibir dos frentes: uno oriental apoyado en la línea de mar expresando su dinámica sedimentaria en el bordado sucesivo de cordones litorales de borde cuspidado-e incluso no litorales invertidos en dirección Sur-, con crecidas barreras litorales eólicas derivada de las sucesivas emergencias de los primeros y por ello dando lugar a una divisoria "permeable" del otro frente que se desarrolla en el Tuyú, en el alto contraste de intimidad común a la mayoría de los estuarios. Aunque éste del sistema del Tuyú, con una particular relación con las marismas por el frente y con una encubierta filtración de su filiación originaria por detrás; la que hoy se regala visible y chiquitita por Mar Chiquita.

En este caso, esa intimidad fue compartida durante al menos un millón de años con los límites de otro estuario: el correspondiente a una planicie de escurrimiento aún mayor, la que hoy llamamos "del Salado".

Por riquísimos compromisos en hidrogeomorfología histórica y geológica -lo de histórico viene a cuento de la cantidad de presentaciones judiciales que de la mano de mi Musa han inspirado la oportunidad del debate de mi burro en solitario-; por tan ricos compromisos, reitero, que hoy merced al recurso satelital con visibilidad que abisma en la riqueza de enlaces entre suelos, riberas, plataformas y taludes; por tanta riqueza reitero, esas dos geoformas extremas de la bahía de Smborombón suscitan atención para la que no resulta merecido continente el de la voz "accidentes".

En primer lugar, desde el punto de vista termodinámico las dos planicies de escurrimiento del Salado y de Mar Chiquita conllevan diferencias de energía térmica e hidroquímica como para hacer inviable el acople de las derivas desde la segunda hacia la primera.

Cuando esos gradientes no alcanzan la sutileza que aprecian los acoples, pues entonces la única solución que encuentran es dejar la ribera y pasar a ser derivas de plataforma. Ese "dejar la ribera" es lo que va generando, primero una panza, luego el "accidente".

Estos problemas jamás fueron visualizados por la mecánica de fluidos que todo lo ve resuelto con olas y vientos; pero tampoco por la termodinámica de cajas adiabáticas cerradas, en donde poca atención se presta a los gradientes térmicos de enlaces entre sistemas naturales olárquicos abiertos. Por ello en soledad y con la guía de mi Musa, hube de seguir esos senderos.

Sobre las dinámicas presentes en la interfaz de salida a las derivas litorales en el tramo que va de Punta Indio a la salida del Salado, ya hube de acercar ilustración y expresado opinión que logra verse por /convexterna.html , /deriva5.html y /Sambo.html ; y una curiosidad previa a esa interfaz, por /salado.html

También hube aplicado mirada a la deriva litoral que va de Cabo San Antonio hasta la salida del Salado, que ahora vuelvo a editar tras haber enriquecido mirada. Ver por /deriva4.html

El acercar resumen de aprecios geológicos en torno de Punta Rasa, me obliga a considerar y agradecer los muchos años de fieles esfuerzos de reconocidos geólogos, físicos en dinámica costera, sedimentólogos, estratígrafos y oceanógrafos.

No obstante, me resulta inevitable estimar los rompederos de cabeza que habrán soportado durante siglos, intentando ser coherentes, contando sólo con soportes mecánicos para extrapolar dinámicas sedimentarias.

Así por caso, considerar referencias a un “Ensenadense cuspidal” de Ameghino (1908) y jamás haber intuído en un siglo el origen solar de las energías que bordaron centenares de miles de Has de acreencias litorales por cordones litorales de borde cuspidado a partir de nunca discernidas baterías convectivas, para en cambio llevar al Olimpo la cosmovisión de la manzana de Newton y de los empujones de la ola oblicua. Afán de esta ciencia que ha llevado a modelar extrapolaciones de energías en planicies extremas, ardientes y húmedas, donde no las hay gravitacionales, sino de origen solar.

 

Veamos cómo traducen las dinámicas sedimentarias

Mentar energía gravitacional en estas dos grandes áreas de planicies extremas bonaerenses adonde hoy venimos a recalar, fue sólo un agárrate a lo que puedas durante siglos por no saber cómo cubrir el vacío de cosmovisión que cargó la ciencia, al menos, respecto de energía solar y baterías convectivas, en ausencia de la imagen satelital que hoy resuelve el problema en términos fenomenales en un santiamén y deja en el congelador los catecismos gravitacionales.

Materias y energías que por cierto, un millón de años atrás, sin mentar tiempos de glaciaciones, cumplían la misma función aunque no operaran en la extensión y perfil que hoy reconocen alrededor de la bahía de Samborombón.

Del área central inferior bonaerense que hoy definiría como boca cerrada de una gran planicie estuarial que fue dejando huellas de salida por Mar Chiquita y el Tuyú oriental, cabe expresar que los procesos convectivos internos naturales positivos verificables en microescala en las dinámicas horizontales de, en apariencia "pasivos" suelos cubiertos con aguas someras, conformaron y aún conforman baterías convectivas que desde siempre alimentaron las energías de sus sangrías mayores durante no menos de un millón de años, y fueron responsables en sus salidas estuariales de las acreencias litorales hoy consolidadas en más de 200.000 Has.

Ver imagen de "convective flushing in shallow wetlands", microsistemas espontáneos generados en una planicie de 7,5 mm x Km (Zelaya), tras una lluvia de 30 mm de recurrencia que no alcanza a los 5 años, fotografiada después de 8 días de su caída en un suelo que había conocido todo su Agosto sin llover.

Transporte litoral de löss fluvial en cada salida grande o pequeña. Depositado por capa límite térmica en la modalidad conocida como cordones litorales de borde cuspidado (stranded cuspate bars), de importancia infinitamente superior al löss eólico, y por ello desde termodinámica de enlaces de salidas, apuntamos a estos cordones como los grandes formadores del "ensenadense cuspidal" y todos los que le siguieron hasta que el hombre comenzó a tallar salidas de canalizaciones a 90º, probando su ceguera respecto de aprender algo de los enlaces y gradientes termodinámicos, hijos de la energía solar que expresan la olarquía de los sistemas naturales abiertos y el sentido primigenio de la voz entropía que desde su raíz indoeuropea *trep- volver, girar; en sánscrito, trápate cambiar de sitio; en griego entropia, nos señala la cantidad que se mantiene constante en un cuerpo tras sus diferentes transformaciones, como expresión que apunta al movimiento perpetuo en brazos de Natura reinando por doquier e imposible desde modelo aislado considerar viable.

Otro tanto y en aún mayor grado, corresponde señalar de las fenomenales energías convectivas descendidas de lo que hoy llamamos la cuenca del Salado; acercando energías y aportando acreencias litorales a un territorio que hoy supera los 2 millones de hectáreas de áreas endorreicas o de mínimas pendientes, que por cientos de miles de años buscaron salida por el área que hoy aparece configurada como Samborombón y cuya energía en términos de dinámica sedimentaria hoy hace su camino por el escalón limpio del frente halino, donde siempre atribuyeron floculaciones que no vemos aparecer en ese destino.

La energía de esta gran boca estuarial hoy cerrada del Salado, fue maltratada durante 100 años en los enlaces de salida de sus canalizaciones a la deriva de la bahía. Por ello fue, como zona de desastre reconocida por el Prof. Dr Gregorí Koff, titular del Laboratorio de desastres geológicos de Moscú en oportunidad de visitar la Argentina para presentar el proyecto del Aliviador del Salado.

Ese desastre es el que ha potenciado la erosión costera desde Punta Indio hasta más al Sur de la boca del Salado por la bruta energía que aflora desde la Bahía en dirección a Montevideo llevándose puestos a 2,7 nudos/h, a todos los corredores de flujos que se le cruzan en el camino. Así es como lleva apareados a no menos de 3 sistemas inmediatos, confomando un múltiple corredor convectivo positivo que no se detiene hasta llegar al gran cono de deposición al Este de cabo Polonio. Ver /pendientes5.html

Las mareas que lo enfrentan le obligan a descargar una partecita de su carga en el Banco Inglés cuando no es marea alta; o en Arquímides una más pequeña cuando es alta marea, para luego conducir su brazo bonaerense más dulce, hasta el umbral de Cufré.

Los hermanos apareados en la parte externa del sistema siguen por las riberas uruguayas hasta la frontera con Brasil, con su carga sedimentaria por abajo de las mareas su camino ; allí convectan externamente para luego descargar en el talud, en el cono al Este de Cabo Polonio.

Estos que jamás modelizaron las energías del sol y la función de las baterías convectivas en el área al noroeste de Punta Piedras, nos apuntan... en este sitio predominan sedimentos margosos y limosos verdosos probablemente de ambientes costeros de baja energía. ¡¡¡Qué paradoja; justo allí donde las aguas del estuario alcanzan la mayor velocidad!!! : 2,7 nudos. Algún día advertirán que los sedimentos transportados son baterías convectivas y motores del sistema.

Más allá de apuntar a la incompatibilidad de gradientes térmicos e hidroquímicos que se regalan entre estas tres áreas: Punta Indio-Punta Piedras; Punta Piedras hasta 20 Km antes de la salida del Tuyú; y desde este punto de la salida del Tuyú hasta Mar Chiquita, reconocemos en este último tramo un conflicto de derivas enfrentadas que se resuelve en proximidades de donde imaginan la paleopunta Villa Gesell; resolución que no es causa de, sino que expresa su origen, en la fuga a plataforma de las dos derivas.

Antes de este conflicto, la salida del Tuyú reconoce un desdoblamiento de corredores en la misma Punta Rasa: marchando un corredor al banco de Rouen y el otro conservando algunos kilómetros más su condición litoral, va de a poco, ir despegándose y marchando al Sur antes de pegar un amplio giro de 180º. Ver imagen que lo dice todo.

La salida de Mar Chiquita aparece hoy tan bastardeada por el hombre, que ya es imposible imaginar su pretérita condición de deriva litoral hacia el Norte; al menos, hasta donde imaginaban la paleopunta Villa Gesell.

. .

Si bien estas situaciones no son de estimar sucedieran un millón de años atrás, sí es inferible que el conflicto de gradientes entre estas tres zonas ya venía plantéandose un millón de años atrás.

Veamos estos gráficos del geólogo Roberto Violante del 2001 y mis inscripciones en itálica en ellos.

Ya hace 30.000 años Violante reconoce las barreras litorales que no necesariamente cabe apuntar como "regresivas", aunque separen el sistema interior del Tuyú, de su hermano del borde oriental Atlántico.

 

El gráfico que sigue muestra como el sistema del Salado crea sus propias acreencias merced a cordones litorales de borde cuspidado, pero sin reconocer la condición de barreras litorales, en función de que los vientos de este sector interior son mucho más benévolos con sus emergencias.

Así es que entre estos dos sistemas no hay barreras; y sí por el contrario, las hay en medio de uno de ellos: el conjunto Mar Chiquita-Tuyú.

Si miramos las energías que acumulan y transfieren las baterías convectivas a las sangrías mayores del sistema Amazonas, entenderíamos cómo el sol es el gran responsable de sacar las aguas de este monstruo a 3 veces más velocidad, por planicies que superan a las del Paraná en pendientes nulas.

Más aún, nos sorprenderíamos de ver cómo marchan esas aguas dulces disociadas por debajo de las saladas, recorriendo 700 Km de plataforma hacia el NO, antes de cruzarla y volcar su monstruosa carga sedimentaria en el talud. Bien cortos se quedan las estimaciones de Milligan y Meade respecto al porcentaje de carga sedimentaria transferida a estos conos.

Jamás entendieron éstos, que el gradiente térmico determina la advección y que esas cargas sedimentarias son el motor de esos flujos y no las corrientes oceánicas. Poco o nada tiene que ver aquí, en estos ámbitos litorales y no tan litorales, la corriente de Malvinas. Con estas generalizaciones no llegamos a ningún lado. Una simple imagen de alta resolución supera de un salto décadas de investigación en dinámicas sedimentarias.

Todo el discurso mecanicista referido a dinámicas de sedimentación costera, se reduce a mentar corrientes litorales, sin definir el origen de sus energías. Apuntando a la acción de olas y mareas "en un contexto de régimen de sedimentación pasivo". ¿Qué querrán indicar con esto de sedimentación pasiva? Acabo de señalar que los sedimentos son el "motor" de las dinámicas suspensivas y que allí se regalan las mayores velocidades de las aguas del estuario.

O en palabras parecidas: al transporte litoral, que actúa paralelamente a la línea de costa bajo la acción de las corrientes costeras, las cuales desde un punto de vista regional y a largo plazo tienen una resultante sur-norte. Aunque luego aceptan evidencias geológicas señalando que localmente y en intervalos cortos de tiempo se han producido inversiones en la deriva asociadas a la formación de células litorales inducidas por la presencia de un paleorelieve hoy desaparecido (paleopunta Villa Gesell -Violante, 1988, 1992; Violante y Parker, 1992-), favoreciendo el crecimiento de barreras litorales en dirección sur que hicieron migrar en esa dirección a la Laguna Mar Chiquita.

Todo estos dichos los veremos ilustrados en las imágenes de este hipertexto. Pero antes de ese regalo es oportuno revolver la olla del desaguisado, para contrastar imágenes de sorpresa.

En generalizaciones sobre la plataforma alejadas de las zonas ribereñas, dicen que todo este sistema responde al transporte regional de las masas de agua oceánica, en sentido sur-norte, dominado por la circulación de la Corriente de Malvinas y el flujo de aguas subantárticas (Piola et al., 2000; enviado), que distribuyen hacia el norte a componentes mineralógicos (Etchichuri y Remiro, 1960; Potter, 1986; Marcolini, 2005), biológicos (Boltovskoy et al., 1996, 2000; Stevenson etal., 1998) y químicos (Walter et al., 2000; de Mahiques etal., 2008) provenientes del sur dándole a los sedimentos dominantes en la plataforma su típica composición volcánico-piroclástica de origen pampeano-patagónico.

Si ubicáramos estos corredores de fuga de silicatos que muestra la imagen de la NASA, nos preocuparíamos un poco más de mirar por los fondos de esos trayectos, que allí quedan vivas pruebas de la memoria de estos sistemas convectivos y dejaríamos las generalizaciones para el olvido. Esa imagen habla con más claridad que mil campañas sismográficas. Y lo que dice facilita calificación que no baja de "desastre" .

Aún no hemos encontrado la forma de ganar en resolución de materias y energías que hablen de la columna de agua en cada corredor y su relación vital con el fondo que transitan.

Las arenas más pesadas lucen su pluma a lo largo de 200 Kms con una consistencia de terror. Luego, mientras siguen éstas circulando más abajo, dejan en superficie muestras de los nutrientes más livianos. El conocimiento de estas masas en movimiento, no se resuelve sacando conclusiones de floraciones.

Las variables que Alberto Piola acerca de esas energías que suben del mar patagónico no hablan del mismo corredor litoral más comprometido con las interfases ribereñas, sino de aquellos que en este caso, viniendo del litoral y la plataforma patagónica cercana, en cada época del año muestran sus ricas floraciones, en este caso apuntadas, de clorofila.

Necesitamos imágenes de más resolución; pero antes será necesario advertir la cantidad de corredores disociados y apareados que van a los mismos, a cercanos o a distintos conos destinales; para no concluir en síntesis asociadoras de enormes masas convectivas que trascienden por su capacidad de transporte litoral y su capacidad de bordar ricas acreencias en la interfaz.

Productividad y frentes oceánicos en 4 períodos del año. Concentración de clorofila-a en mg/m3. Frente del talud (T), Plataforma Media (M), Valdés (V) y Patagonia Austral (PA).

Datos obtenidos de SeaWiFS (Code 970-2) y Distributed Active Archive Center (Code 902), Goddard Space Flight Center, NASA. Aportados por M. Carranza, S. Romero y A. Piola (SHN–UBA–CONICET, Argentina). Síntesis del estado de conservación del Mar Patagónico y áreas de influencia (2008).

Reitero, esto no permite sacar conclusiones de la materia y energía de los distintos corredores cuyos sistemas reconocen cercanías y apareamientos sin necesidad de asociaciones. Para mirar por ellos sería necesario tener muy afinadas herramientas y bien vapuleados los criterios para considerar cómo, qué y por qué mirar por la columna de agua.

 

 

 

En bordes de plataforma regalan atenciones particulares a un cañón de Mar del Plata advirtiendo que es éste el cono deposicional en el talud oceánico de mayor importancia para con los sedimentos de los ríos Negro, Colorado, de Bahía Blanca. Pero no comparto esos aprecios para con los de algo más al Norte que ya refieren del banco de pescadores y Mar del Plata; y tal vez, aunque bien disociado, algo de una salida de Mar Chiquita que hace unos años no aporta casi nada a la deriva litoral.

La pendiente en los tramos inmediatos anteriores a la visualización del surco de lo que llaman el "cañon de Mar del Plata", es determinante de la calidad del corredor, que a su condición convectiva, incorpora, reitero, en menos de 900 Kms finales, la gravitacional.

Aquí muestra descender a un promedio cercano a los 9 m x Km; pendiente muy superior a la que encuentra en el perfil transversal de la plataforma y suficiente para enriquecer las dinámicas del sistema; que ya entonces no se limita a depositar por capa límite térmica, sino que parece desarrollar aptitud para limpiar surcos y depositar un poco más allá donde su energía gravitacional pierde influencia.

Los cañones, más allá de señalar un lugar de descarga en el talud oceánico, hablan de una pendiente previa capaz de incorporar al corredor convectivo una carga adicional de energía gravitacional, que se encarga de mantener limpio el surco del cañón. Pero de aquí a inferir que sólo los cañones son lugares de deposición ... hay un trecho largo por mirar. Por eso también se habla de "conos"; sin surco a la vista, pero colmatados por descargas bien a la vista. Tal el caso de los dos conos del Amazonas, sin cañones a la vista a pesar de ser el tributario oceánico que más sedimentos y caudales aporta.

Una situación muy ejemplificadora de estas distinciones entre flujos sólo convectivos y estos que permiten presumir de un mix convectivo-gravitacional, tal como el que regala el río Zaire que ya sale a la plataforma desde el continente con ese mix y mantiene limpio un surco mucho más importante que el del cañón de Mar del Plata. Repito el texto de /pendientes6.html

El Zaire sale al Atlántico con tales energías: gravitacional y convectiva, que nada ni nadie le impide tallar en el fondo de la plataforma continental un surco que en 125 Km baja desde los 25 m hasta los 1872 m. Ya no se trata sólo de remontarnos a los tiempos de la gran regresión de la última glaciación máxima; sino de reflexionar sobre la forma de trazar ese surco y mantenerlo limpio a más de 1500 m de profundidad.

Sin duda en aquellos tiempos de fuertes erosiones la carga sedimentaria sería mayúscula y nada le impediría no sólo mantenerla disociada de las aguas saladas, sino también llevar su pesada carga al fondo del océano. El agua dulce es más liviana que la salada, en tanto no consideremos su carga de sedimentos; y amén de su peso, las aptitudes para capturar energía solar y así oficiar de batería convectiva y motor solar en un amplio menú de intercambios de energía.

Hoy, el pulido perfil nos alcanza sospecha de que tal surco pudiera estar activo hospedando la energía del Zaire disociada del abrazo del mar y con suficiente carga sedimentaria como para bajar a esas profundidades con la gran energía que traduce su tarea y su caudal

¡Quién imaginaría el tallado de una sangría de 125 Km bajando 15 m x Km hasta más allá de los 1500 m de profundidad! Esto ya no es producto de una regresión marina, sino de un corredor de flujos tan especial que nunca al parecer lo hubimos de imaginar. Esta sangría tallada en el perfil del talud continental nos obliga a abrir los ojos para mirar por la identidad de esas aguas y las energías que cargan.

Hoy, las mismas aguas dulces del Zaire con sus moderadas cargas sedimentarias parecen ser suficientes no sólo para sumergirse en medio de las aguas saladas, sino también para seguir como herramienta convectiva obrando la limpieza de esa sangría en el plano profundo del talud.

Veamos un gráfico primario de corredores de deriva litoral devenidos de plataforma por distintos motivos que nada tienen que ver con la corriente de Malvinas aunque apreciemos imaginar parentescos convectivos y advectivos

A mis ojos burros, del sistema de Mar Chiquita, del sistema del Salado y del sistema estuarial del Río de la Plata, habla en primer lugar el cono de deposición que está al Este de Cabo Polonio. De este cono nuestros investigadores no hablan una sola palabra y no imagino que sea por cuestión de nacionalismos.

Veamos ahora los del punto 2. Y lo expreso en plural porque no advierto una sola boca de descarga, sino al menos 3; con destinos próximos, pero no idénticos.

En las imágenes que siguen se verifican cercanas, pero distintas entradas.

Frentes oceánicos y temperatura superficial del mar. Gradiente horizontal de temperatura superficial (ºC/km) promedio en otoño (abril–junio). En azul oscuro se identifican las áreas de mayor gradiente.

Datos aportados por A. Piola (SHN-UBA-CONICET, Argentina). Síntesis del estado de conservación del Mar Patagónico y áreas de influencia (2008).

Áreas de cambios abruptos (máximos gradientes) de la temperatura superficial del mar que reflejan la latitud de respuesta vertical del sistema convectivo. Esto sin embargo, no permite sacar conclusiones de la calidad de los distintos corredores cuyos sistemas reconocen cercanías y apareamientos sin necesidad de asociaciones. Reitero, para mirar por ellos sería necesario tener muy afinadas herramientas y bien vapuleados los criterios para considerar cómo, qué y por qué mirar por la columna de agua.

 

Productividad y frentes oceánicos en verano. Concentración de clorofila-a en mg/m3. Frente del talud (T), Plataforma Media (M), Valdés (V) y Patagonia Austral (PA).

Datos obtenidos de SeaWiFS (Code 970-2) y Distributed Active Archive Center (Code 902), Goddard Space Flight Center, NASA. Aportados por M. Carranza, S. Romero y A. Piola (SHN–UBA–CONICET, Argentina). Síntesis del estado de conservación del Mar Patagónico y áreas de influencia (2008).

Tampoco esto permite sacar conclusiones de la masa de los distintos corredores cuyos sistemas reconocen cercanías y apareamientos sin necesidad de asociaciones. Vuelvo a reiterar: para mirar por ellos sería necesario tener muy afinadas herramientas y bien vapuleados los criterios para considerar cómo, qué y por qué mirar por la columna de agua.

De disgresiones como la que sigue aprendemos algo. La segunda constituye el transporte litoral, que actúa paralelamente a la línea de costa bajo la acción de las corrientes costeras, las cuales desde un punto de vista regional y a largo plazo tienen una resultante sur-norte

Por el contrario, ya hemos comentado en /mardelplata4.html de los cordones sumergidos que arrancan de Punta Médanos y apuntando al Sur van luego curvándose al Este hasta dar vuelta al NE en 180º.

Cordones que luego hemos reconocido en reiteradas bibliografías bajo la denominación de "bancos alineados" . Ver /marchiquita5.html

Estos registros en la plataforma despegados del paralelismo litoral no nos llegan con la resolución que la imagen de la NASA rescata de sus destinos. Las batimetrías del SHN apenas tienen resolución para mostrar el comienzo de sus curvaturas. Las primeras son de una campaña de 1916 y aún estoy esperando una autorización de la ministra Garré para fotografiarlas en el archivo y así compararlas. El celo de esta señora es admirable.

De los centenares de kilómetros de senderos convectivos, -intuímos algunos muy recientes nada tienen que ver con tiempos geológicos, sino con desastres geológicos provocados por el hombre en menos de 100 años-, me gustaría soñar con tener algún día la herramienta para grabar la energía de fondo de su primaria devolución de respuestas ascendentes convectivas.

Miramos mucho en superficie; pero la memoria de estos tránsitos sospecho que está en los fondos. Incluso, limpios como los del escalón del frente halino donde siempre los sedimentólogos imaginaron importantes floculaciones que, por el contrario, no imagino en esos destinos. Pero la energía que transita por allí ...váya si vale la pena registrarla.

 

 

A las Transgresiones y Regresiones Marinas en la Región Pampeana vienen los textos que siguen de Mariano Magnussen Saffer

Art. publicado en PaleoWeb – Bol. Paleontológico. Año 3, 11: 32-35

Es muy raro que aparezca un fósil de origen marino en una zona terrestre. La explicación, proviene de los diferentes estados naturales que se han suscitado en el transcurso de los milenios.

Localmente, se denominan transgresiones marinas o ingresiones marinas a los avances de la línea de costa sobre un espacio continental, y regresiones marinas al fenómeno inverso.

La orilla del mar es "fluctuante", es decir, en la época de los glaciares el borde costero de la región pampeana se encontraba a 200 kilómetros mar adentro, sobre el borde de la actual plataforma marítima, ya que el agua se depositaba en aquellos fenómenos naturales, llamados glaciares, lo cual impedía una entrada de mayor altitud.

De la misma manera, un interglaciar (el momento opuesto) hubo más agua, y hubo momentos en que el mar subió hasta seis metros sobre el nivel actual, de modo que lo que hoy es tierra firme, en otro tiempo se hallaba por debajo del nivel de mar.

Durante el Mioceno una gran parte de la Argentina estuvo cubierta por un mar conocido ampliamente en la literatura geológica como "mar entrerriense o paranense", del que se conocen facies marinas en el este y facies marginales y lacustres en el oeste y nororeste del país. Los espesores más potentes corresponden a los depósitos del subsuelo del ámbito Chaco-paranense,

La característica más notoria de todos estos depósitos lo constituye la abundante y diversa fauna de moluscos restringida a las facies marinas de las formaciones Paraná y Puerto Madryn y a las del subsuelo de la provincia de Buenos Aires.

Las primeras menciones sobre la existencia este mar son de índole paleontológica y datan desde mediados del siglo diecinueve. Fueron efectuadas por d’Orbigny (1842), quien halló moluscos marinos en los alrededores de la ciudad de Paraná y en la desembocadura del río Negro. Unos años más tarde, Darwin (1846) encontró la misma fauna en la península Valdés, quedando así establecida la presencia de estos depósitos en la Patagonia septentrional y en la provincia de Entre Ríos, los que constituyeron, por otra parte, las primeras citas del Terciario marino en la Argentina.

En la región mesopotámica, los depósitos miocenos corresponden a la Formación Paraná Yrigoyen (1969) y se restringen al borde oriental de la misma, aflorando a lo largo del río Paraná entre Diamante y La Paz. A diferencia de la Formación Puerto Madryn, esta unidad aflora en forma discontinua y se caracteriza por una marcada variación facial. De acuerdo con Aceñolaza (1976), la sección aflorante de la Formación Paraná no supera los 30 metros de espesor y está constituida por arcillas, arcillitas limolíticas verdosas, arenas, areniscas limolíticas amarillentas y coquinas con matriz arenosa o calcárea.

Con respecto a los ambientes de depositación de las Formaciones Puerto Madryn y Paraná en sus áreas tipo, los análisis paleontológicos y paleoambientales realizados señalan la presencia de facies marinas someras para los términos de la transgresión, que se extienden desde la Patagonia hasta la provincia de Entre Ríos, a lo largo de una franja de rumbo norte-sur, de aproximadamente 1100 kilómetros de longitud.

La Formación Paraná habría sido depositada en un ambiente marino somero con influencias deltaicas (Iriondo, 1973). Por otra parte, Aceñolaza y Aceñolaza (2000) determinaron que esta unidad correspondería a una secuencia transgresiva depositada desde ambientes aéreos o subaéreos a submareales, representados estos últimos por barreras arrecifales.

Con respecto a la Formación Puerto Madryn aflorante en los alrededores de la ciudad de Puerto Madryn y la península Valdés, se determino que se trata en términos generales de una secuencia regresiva con facies depositadas en la plataforma por debajo de la base del tren de olas en ambientes de baja energía, y de facies más someras depositadas en un ambiente con dominio alternativo de mareas y tormentas (facies de lenguas arenosas submareales, de canales de mareas, coquinas tempestíticas y planicies de mareas) y paleosuelos.

A conclusiones similares arribaron Zucol y Brea (2000), quienes determinaron condiciones tropicales a subtropicales húmedas para el palmar desarrollado en el ambiente marino costero donde se habrían depositado las sedimentitas de la Formación Paraná.

La transgresión marina llamada Mar Paranense habría comenzado hace unos 15 y 14 Millones de años, y habría concluido hace 7 y 6 Millones de años abarcando desde el mioceno medio al tardío (algunos autores sostienen hasta comienzos del plioceno).

La ingresión de este mar se dio por el río de la Plata y la cuenca del río Salado (Provincia de Buenos Aires).

Era un mar somero, de aguas con temperaturas levemente superiores a las actuales y de una gran extensión areal, abarcando la casi totalidad de la llanura chaco - pampena y extendiéndose hasta el sur de Brasil, Bolivia y Paraguay. El flanco oeste tenía sus costas en las cercanías de las sierras Pampeanas, mientras que la costa oeste llegaba hasta el actual río Uruguay. El flanco norte llegaba hasta la región del Pantanal, en la parte superior del río Paraguay.

La concentración salina habría ido en descenso hacia el interior del continente, sobre todo por los aportes de agua dulce de los numerosos ríos que desembocaban en el citado mar.

Los movimientos de levantamiento andino en el mioceno medio habrían sido causales del hundimiento de la llanura chaco pampeana, permitiendo así la ingresión de aguas del Océano Atlántico al continente, mientras que los movimientos de elevación de las Sierras Pampenas (que ya existían desde tiempos inmemoriales, pero por acción del levantamiento andino sufrieron nuevos elevamientos y fracturación de sus bloques formantes) a finales del mioceno habrían contribuido a la regresión de este mar.

Durante el Cuaternario también hubo algunas transgresiones marinas (pero no tan importantes como la anterior) asociadas sobre todo a los periodos interglaciares, donde el agua de deshielo de los casquetes polares aumentaba los niveles de los océanos. Una de las más recientes fue la denominada Mar Querandí, que ocurrió hace 7500 a 4000 años atrás, inundando el estuario de la Plata (que fue por donde ingresó) y llegando por el río Paraná hasta la altura de la ciudad de Diamante, Entre Ríos.

Cabe destacar que en la historia hubo varias ingresiones (o entradas de mar) registradas. Una de ellas data de 120.000 años y la segunda es la que dio origen a la laguna de Mar Chiquita y los sedimentos de Punta Hermengo hace 6.000 años (Formación Querandi).

En la zona costera de Buenos Aires se reconocen varios niveles correspondientes a otras tantas probables oscilaciones del nivel marítimo. A lo largo de la costa atlántica del NE Argentino, el nivel mas antiguo se encuentra en el interior de la Formación Ensenada, al cual Ameghino (1889) llamo Intersenadense.

Esta transgresion, que se desarrolla a lo largo de la desembocadura del Rió de La Plata. Otras tres pulsaciones marinas sucesivas han sido descriptas en esta zona costera: Belgranense, Querandinense y Platense marino.

En la zona de Miramar, se conocen depósitos referibles a la ingresion holocenita, en particular, en la serie expuesta en la desembocadura del Arroyo Las Brusquitas, y en facies salobres en Punta Hermengo. Ambos poseen una antigüedad de 6000 años.

La serie de Las Brusquitas, situada sobre la costa atlántica Argentina, en la desembocadura del arroyo homónimo, pertenece a un ambiente marino – salobre en el cual se suceden indicios de oscilaciones del nivel del mar, bajo forma de depósitos con fósiles de ambientes claramente marino costero, intercalado con depósitos fluviales y salobres.

Se pueden encontrar en estos sedimentos, restos óseos de distintos vertebrados, pero escasos. Se caracteriza por la gran variedad de moluscos, como Biomphalaria, Littoridina parchappei y Littoridina australis entre otras, abundantes en el perfil y representativas de todo los ambientes, dulceacuicola, salobre y mas ampliamente marino.

Hace aproximadamente 8000 años y tras una importante desglaciación, el mar (formación Querandi) llegó hasta lo que ahora es la Ruta Nacional Nº 2 y desde el río Salado hasta San Pedro (Provincia de Buenos Aires). Cuando las aguas se retiraron (hace unos 4000 años), el terreno adquirió una fisonomía heterogénea. Los sedimentos salinos formaron mantos geológicos capaces de alterar el sabor y las características de las aguas en las zonas deprimidas o bañados, esto justifica la aparición reiterada de la palabra "salado" en nombre de ríos, arroyos y lagunas.

 

A las condiciones hidrodinámicas imperantes de la mano de prestigiosos geólogos y estudiosos de corrientes marinas, vienen los textos que siguen.

La plataforma tiene una cobertura sedimentaria de carácter terrígeno y silicoclástico con predominio de arenas, resultante de la dinámica sedimentaria actuante bajo determinados condicionamientos oceanográficos y climáticos. El sector interior de la plataforma está tapizado por sedimentos ajustados a las condiciones hidrodinámicas imperantes en la actualidad (palimpsestos), que conforman un fondo con formas activas que puede ser considerado como un "macizo de bancos retrogradantes" ("shoal retreat massiff", Swift, 1976) constituido por bancos de arena móviles e influenciado por sedimentación costera, corrientes litorales, acción de olas y mareas en un contexto de régimen de sedimentación pasivo (Violante, 2004).

Por su parte, la plataforma exterior tiene dos ámbitos, uno más cercano a la costa en transición a la interior con características dadas por una mayor estabilidad sedimentológica con poca removilización de materiales (depósitos relicto), y otro alejado de la costa, vecino a la transición plataforma-talud, donde los sedimentos siguen siendo relicto aunque predominan procesos más activos vinculados a corrientes de borde, parcialmente asociados a la transferencia de materiales hacia sistemas profundos de talud (cañones submarinos).

Ambiente de depositación: El origen y distribución de los depósitos de esta formación tiene estrecha relación, principalmente con sus inmediatas fuentes, a partir de las cuales provienen los sedimentos primarios, cuyas acumulaciones fueron producidas por la erosión y depositación mediante la acción eólica de los materiales de los lechos de ambientes de desecación periódica. Tales ambientes acuáticos se caracterizan por su muy escasa profundidad, fuerte salinidad y desecación periódica, relacionados con llanos de marea fangosos (mud flats), expuestos en los bordes de cangrejales, estuarios, albuferas y en lagos o lagunas con fuertes oscilaciones del espejo de agua, donde la salinidad ha jugado el papel preponderante, combinadas con sedimentos mayormente pelíticos.

 

UNIDAD SISMOESTRATIGRÁFICA 1 ( Parker et al., 1999)

 Aprox. Lat. 36º 46’ S; 56º 06’ W 

   Litología: Se diferencian tres áreas de distribución de facies litológicas con características distintivas: Plataforma, Río de la Plata y Llanura Costera. 

   Facies arenosas en Plataforma : son arenas de variada  granometría que cubren toda la Plataforma Interior y aún la Plataforma Exterior, según Fray y Ewing (1963). Las arenas de la Plataforma Interior integran la denominada Formación Banco Punta Médanos Exterior (Parker y Violante, 1982). Corresponde a los “palimpsestos arenosos” del Holoceno superior.

   Facies arcillosas en Plataforma: están representadas por arcillas en parte limoarenosas de color verde grisáceo, verde oscuro o gris verdoso, con restos de conchillas y materia orgánica, depositadas en ambientes lagunares costeros, que aparecen por debajo de las facies arenosas arriba mencionadas en el área de Plataforma Interior adyacente adyacente al Cabo San Antonio, donde Parker y Violante (1982) las asignaron a la Facies La Victoria de Parker (1979), como así también aflorando en el fondo de la Bahía de Samborombón, donde fueron parcialmente incluidas por Fidalgo et al. 91973) en su Fm Destacamento Río Salado. Corresponde a las “lagunas costeras” del Holoceno inferior transgresivo.

   Facies arcillosas en el Río de la Plata: se desarrollan en el subsuelo del Río de la Plata extendiéndose hacia los Pozos de Fango, contra la costa uruguaya, hasta la altura de Punta del Este, y afloran en la Barra del Indio. Son arcillas verde grisáceas con conchillas y materia orgánica, que Parker (1990) denominó Fm Atalaya  en su parte inferior y facies de arcillas limosas de la Fm Playa Honda en la superior. Comprenden respectivamente a los “estuarios” del Holoceno inferior transgresivo y al “palimpsesto limoarcilloso” del  Holoceno superior.

  Facies limoarenosas en el río de la Plata: son los sedimentos limosos y arenosos de variada granometría que cubren el Fondo del Río de la Plata desde el delta emergido del Paraná Hasta la Barra del Indio. Fueron reconocidos por Parker (1990) como Formación Playa Honda. Corresponde a la “plataforma deltaica subácuea” del Holoceno inferior. 

   Facies arenosas en la Llanura Costera Atlántica: conforman el prisma arenoso que se extiende en el subsuelo y superficie de las llanuras costeras en una franja adyacente a la línea de costa que se manifiesta superficialmente por la presencia de los médanos costeros y la playa. Corresponde a las Formaciones Pinamar, Mar de Ajó y Punta Médanos del esquema de Parker (1980), posteriormente reinterpretadas y en parte cambiadas de rango por Parker y Violante (1993). Corresponde al “eólico arenoso” del Holoceno superior.

   Facies areno-limo-arcillosas en la Llanura Costera Atlántica: corresponden al conjunto litológico integrado por sedimentos de muy variada granometría desarrollados en las llanuras costeras por detrás del cordón medanoso y que fueron incluidos dentro de la Fm Pozo N. 8, Guerrero, Pozo N. 17, Las Escobas, La Diana , Canadón Grande, San Francisco y Arroyo Chico del esquema de Parker y Violante (1990), reinterpretadas luego según el nuevo esquema de Parker y Violante (1993). Corresponden a los sectores de “lagunas costeras” (en la llanura costera adyacente al Cabo San antonio), “llanuras de mareas”, “eólico arcilloso”, “llanura aluvial” y  “barreras de espigas”. 

   Facies areno-limo-arcillosas en la Llanura Costera del Río de la Plata: comprende a los sedimentos de la Fm Las escobas de Fidalgo et al. (1973) en la franja costera ubicada al norte de Punta Piedras. Esa unidad fue recientemente estudiada en detalle, reinterpretada y reelaborada por Cavallotto (1995 a y 1996), quién reconoció diversas unidades litoestratigráficas y aloestratigráficas a su vez subdivididas en numerosas Facies. 

   Relaciones estratigráficas: Esta unidad por ser la mas moderna, se apoya en discordancia sobre todas las demás unidades de edad plio-pleistocena.

Espesor: Máximo 10 m en el Cabo San Antonio.

    Contenido faunístico: Contiene conchillas de moluscos marinos y de agua dulce, según las facies que se consideren.

    Edad: Holoceno.

  Ambiente de depositación: Corresponde a diferentes ambientes litorales cuyos sedimentos se depositaron durante los eventos transgresivo y regresivo del Holoceno.

    Correlaciones: Esta unidad se correlaciona con las siguientes unidades formacionales descriptas en las llanuras costeras y el Río de la Plata: Fm Pozo N. 8 y Pozo N. 17 (Parker, 1979 y 1980); Formaciones Atalaya y Playa Honda (Parker, 1990); Fm Medaland (Violante y Parker, 1992); Fm Las Escobas (Fidalgo et al., 1973); Fm Mar Chiquita (Schnack et al., 1982); Formaciones Salada Grande, Los Zorzales, Las Chilcas y Resguardo Pesquero (Dangavs, 1983) y Formaciones Arroyo Espinillo, Canada de Arregui y Río Santiago (Cavallotto, 1995). La estratigrafía del Holoceno del Río de la Plata, Plataforma y Llanura costera adyacente fue recientemente reelaborada y actualizada por Parker y Violante (1993) y en particular para el Río de la Plata por Cavallotto (1995 a y 1996).          

 

 

UNIDAD SISMOESTRATIGRÁFICA 2 ( Parker et al., 1999)

 Aprox. Lat. 36º 46’ S; 56º 06’ W

 Litología y Distribución: La unidad está integrada por una secuencia de facies sedimentarias:

   Facies de arenas limoarcillosas castaño verdosas: arenas finas a muy finas castaño amarillentas con matriz castaña a verde y conchillas, que pasan hacia abajo y hacia el oeste a arenas muy finas limoarcillosas castaño grisáceas a verdosas con escasa conchilla , rodados calcáreos y toscas y con intercalación de niveles muy limosos. Estos sedimentos fueron hallados únicamente en el subsuelo de la Llanura Costera al sur de Pinamar, donde Parker (1979) los denominó Miembro Arcillas pardas de la Facies Oriental de la Fm Pozo N. 10, Violante y Parker (1992) los incluyeron en la Facies Santa Ana de la Fm Canal 5, y posteriormente se ha visto que solamente una parte de ella pertenece a esta unidad, ya que otra parte quedaría comprendida en la Unidad Sismoestratigráfica 3 (Formación San Clemente, Violante y Parker, 1993).

   Facies de arenas castañas: consiste en sedimentos arenosos finos a muy finos castaño amarillentos con cantidades variables de conchillas, acompañados en parte por una matriz arcillosa grisácea a verdosa. Fué observada en el subsuelo de la Llanura Costera, donde Parker (1979) la incluyó en la Fm Pozo N. 10, denominándola Facies Central; por sus relaciones con las Facies de arenas y gravas bioclásticas amarillentas se infiere que se extendería también en el área de plataforma, donde no alcanzó a ser muestreada.

    Facies de arenas y gravas bioclásticas amarillentas: son sedimentos gruesos formados por abundantes valvas de moluscos de hasta varios cm. de tamaño incluidas en una matriz limoarenosa castaño amarillenta, en gral. presentan variados grados de compactación llegando a formar las llamadas areniscas de playas (beach rocks) y coquinas muy consolidadas. Se desarrolla por encima de la Facies de arenas castañas principalmente en la Llanura Costera al su de Villa Gesell, donde Violante (1990) y Violante y Parker (1992) los describieron como Facies Los Médanos de la Fm Canal 5, y fué hallada también en numerosos testigos verticales extraídos en Plataforma.

Facies de arcillas verdes: está formada por arcillas a veces arenosas, limos arenoarcillosos y arenas arcillosas de coloración verdosa con tonalidades grisáceas a castañas, con cantidades variables de conchillas en su mayor parte finas y trituradas; suelen aparecer toscas y materia orgánica. El sedimento está con frecuencia algo compactado y en sectores cementado por carbonato de calcio, formando niveles de areniscas, arcilitas y margas. Se la halló en perforaciones en la Llanura Costera y en testigos submarinos.

    Facies de arcillas rojas: son arcillas en parte limoarenosas, de color castaño rojizo a amarillento, semiplásticas y a veces muy calcáreas y compactas, con rodados de toscas, que suelen tener materia orgánica. Los niveles arcillosos no contienen conchilla aunque si microfósiles, y son frecuentes las intercalacionesde láminas de arena, margas y conchillas. Esta Facies tiene un área de desarrollo que se extiende entre el subsuelo de la Llanura Costera y el Sector de Plataforma adyacente a la costa.

   Facies de limos grises: En un testigo localizado en el área de la Bahía de Samborombón se encontraron  lutitas muy duras de color gris con intercalaciones arenosas e indicios de bioturbación en el techo.

    Facies de limos castaño amarillentos: corresponden a los sedimentos que en el ámbito de la Llanura Costera, en las inmediaciones de Faro Querandí, Violante (1990) y Violante y Parker (1992) incluyeron en la Facies Santa Ana de la Fm Canal 5.

    Facies de limos castaño rojizos: son sedimentos loessoides castaños a castano rojizos que se encuentran únicamente en la Llanura costera, donde fueron descriptos como el clásico loess “bonaerense”y localmente denominados Facies Occidental de la Fm Pozo N 10 y Facies Madariaga de la Fm Pozo N 8 (Parker, 1979 y 1980), Fm Gral Madariaga (Dangavs, 1983), Fm Santa Clara (Schnack et al., 1982) y Fm Atlántida (Violante y Parker, 1992).

    Relaciones estratigráficas: Se superpone en discordancia sobre dos unidades sismoestratigráficas. Una de ellas,  la Unidad 3, aparece saltuariamente subyaciéndola en contados lugares del sector este y sureste del área y en una reducida porción de la Llanura Costera. La otra, Unidad 4 y sus equivalentes en tierra, forman en cambio el sustrato de la Unidad Sismoestratigráfica 2 en la mayor parte de la región. Por su parte, esta unidad es sobrepuesta en discordancia por la Unidad Sismoestratigráfica 1 del Holoceno.

    Espesor: Los mayores espesores se encuentran al sur, donde varían entre 4 y 8 m.

    Contenido faunístico: Presencia de microfauna (principalmente foraminíferos y ostrácodos) de aguas no netamente marinas, sino de ambiente mixto o con salinidad menor a la normal, pertenecientes a la zona litoral a sublitoral. En cuanto a la macrofauna, en la Facies de arenas y gravas bioclásticas amarillentas aflorante en la Llanura costera del área de Faro Querandí (Facies Los Médanos; Violante, 1990 y Violante y Parker, 1992) se describieron moluscos propios de ambiente litoral a playa y tubos fosilizados de crustáceos del género Callianassa sp., típicos de playas, como así también restos óseos de cetáceos. A su vez, Parker y Violante (1982) mencionaron algunos moluscos es la Facies de arcillas verdes. Por último, restos de vertebrados terrestres fueron hallados en la Facies de limos castanos rojizos por Dangavs (1983). 

   Edad: Pleistoceno superior.

  Ambiente de depositación: Las relaciones faciales y geometría de las diferentes partes que componen la unidad demostraron que está formada por ambientes asociados a sistemas de barreras litorales que escalonan en niveles decrecientes de oeste a este (Parker et al., 1990 e).

    Correlaciones: Se correlaciona con los depósitos que en la Llanura Costera y Llanura Alta han sido denominadosen forma generica “Belgranense”y “Bonaerense”(Ameghino, 1908; Frenguelli, 1950) y que en particular fueron reconocidos como Formación Pozo N. 10 en el área de Punta Médanos (Parker, 1980) aunque sólo su parte superior, tal como fué reinterpretada por Violante y Parker (1993), Formaciones Canal 5 y Atlántida en el área Faro Querandí (Violante y Parker, 1992 y Fm Pascua desde Bahía Samborombón hacia el norte (Fidalgo et al., 1973). También equivale a la Fm Lobería de Kraglievich (1952) aflorante en las barrancas de Mar del Plata. 

 

 

UNIDAD SISMOESTRATIGRÁFICA 3 (Parker et al., 1999)

Aprox. Lat. 36º 46’ S; 56º 06’ W

   Litología: Los testigos ubicados al este de la Bahía de Samborombón integran la Facies de limos castaño amarillentos, que consiste en limos en parte arenosos de ese color, duros, parcialmente cementados por carbonatos de calcio, y arcillas varicolor (castañas, grisáceas y verdosas), también calcáreas y duras. En cambio, los dos testigos ubicados al este y sureste de Punta Médanos representan a la Facies de arenas castaño grisáceas, formada por arenas finas a medianas con conchilla, de color amarillento a grisáceo, con ligera compactación. En las llanuras costeras adyacentes la unidad está formada por una secuencia que grada de arenas con conchilla en la base a arcillas verdes y limos castanos en el techo (Violante y Parker, 1993).

    Distribución: La unidad queda confinada a la zona central y borde este de la Terraza Rioplatense Pcia. de Bs.As., así como en sectores de reducida extensión en la Llanura Costera.

    Relaciones estratigráficas: Se apoya en discordancia sobre la unidad Sismoestratigráfica 4 (de edad Plioceno superior) y es sobrepuesta de igual manera por la Unidad  Sismoestratigráfica  2.

    Espesor: La unidad alcanza sus mayores espesores hacia el sureste, donde alcanza 15 m. y llega a aflorar

   Edad: Pleistoceno inferior a medio, probablemente entre 1,7 y 0,5 millones de a. según las correlaciones con los perfiles paleomagnéticos de las barrancas de Mar del Plata.

    Ambiente de depositación: Se infiere que la Facies de arenas castano grisáceas correspondería a un ambiente litoral a sublitoral que pasa hacia el norte, en dirección al Alto Marítimo, a la Facies de limos castano amarillentos que por sus características litológicas podría representar ambientes de lagunas costeras a mareales. Las facies presentes en las llanuras costeras son propias de ambientes litorales semiprotegidos (playas a lagunas costeras).

   Correlaciones: Forma parte de la Formación San Clemente (descripta por Violante y Parker, 1993 en el subsuelo de la Llanura Costera entre Punta Médanos y Pinamar y en Punta Rasa). El conjunto Unidad Sismoestratigráfica 3-Formación San Clemente equivale al “Ensenadense cuspidal” de Ameghino (1908). Se infiere que se correlaciona con las Formaciones Arroyo Seco y Santa Isabel de Kraglievich (1952). 

Referencia bibliográfica:

Parker G., Paterlini C.M., Violante R.A., Pastor Costa Y, Marcolini S., Cavallotto J.L., 1999. Descripción Geológica de la Terraza Rioplatense (Plataforma interior nor-bonaerense). Programa Nacional de Cartas Geológicas de la Rca. Argentina. 1999.35-37

Parker, G. y Violante, R.A. 1990. Geología y Geomorfología. Regiones Y y II, Punta Rasa-Faro Querandí, Pcia. de Bs.As. En: Evaluación del Recurso Hídrico Subterráneo de la Región Costera Atlántica, Convenio CFI-SIHN, informe final: 110 p. (inédito).

 

Secuencias deposicionales en la plataforma

SD2

En el subsuelo de las llanuras costeras vecinas la unidad tiene también características diversas, variando desde sedimentos arenosos finos en matriz arcillosa con conchillas, a arenas limoarcillosas castaño grisáceas a verdosas y por último limos castaño rojizos con fósiles de vertebrados terrestres.
Las relaciones faciales y geométricas revelan una sucesión de ambientes asociados a sistemas de barreras litorales evolucionadas durante un evento regresivo (Fig. 6a), en la que se desarrollan, en una secuencia vertical de abajo hacia arriba, sedimentos de plataforma, playas de barreras con cordones litorales, playas protegidas, lagunas costeras, llanuras de mareas y depósitos continentales (Parker et al., 1990, 1999; Violante, 2003). La unidad, que es equivalente a lo que se conoce como "Belgranense" (Ameghino, 1908; Frenguelli, 1950), se habría depositado durante el estadío isotópico 5e (aproximadamente 120 ka). La única datación efectuada en Argentina sobre depósitos que serían correlacionables con esta unidad, en la localidad de Claromecó (Isla et al., 2000; Schnack et al., 2005) revela una edad UTh mínima de 96.000 años.

SD 1

Representa al paquete sedimentario formado durante la última transgresión postglacial del Pleistoceno superior- Holoceno (Parker, 1990; Violante et al., 1992; Parker y Violante, 1993; Parker et al., 1999; Violante y Parker, 2000, 2004; Cavallotto, 1996, 2002; Cavallotto y Violante, 2005; Cavallotto et al., 2005). Presenta dos subunidades: una inferior, constituyendo un cortejo sedimentario de mar transgresivo representado por facies de barreras en la costa, el manto de arenas transgresivas en la plataforma y facies estuáricas en el Río de la Plata, y una superior o cortejo sedimentario de mar alto, representado por las llanuras costeras con sus ambientes de cordones litorales y marismas, los palimpsestos en plataforma y el delta en el Río de la Plata.
Se distribuye en casi toda la región excepto en un sector del Alto Marítimo, y aparece saltuariamente en la plataforma exterior (Fig. 4). La unidad se extiende hacia el oeste hasta el borde occidental de la llanura costera, coincidiendo ese límite aproximadamente con la cota de +5 m (aunque está interrumpida en la zona de Punta Piedras entre la línea de costa y la isobata de -2 m, donde aparecen restingas en las que afloran depósitos continentales del Plio-Pleistoceno).
Su base es el horizonte sísmico A, cuya configuración está controlada por los accidentes topográficos mayores que caracterizaron a la línea de costa antes de la última transgresión, como la paleopunta Villa Gesell, la Punta Piedras y el Alto Marítimo (Parker et al., 1999; Violante y Parker, 2000, 2004). Los máximos espesores se hallan en el paleovalle del Río de la Plata (40 m, Cavallotto, 1987, 1995, 2002), mientras que en el ámbito de plataforma propiamente dicho ellos se reducen notablemente, por ejemplo, al sur del banco Rouen alcanza 7 a 8 ms (aproximadamente 12 m), en el subsuelo de la llanura costera llega a unos 10 ms (aproximadamente 15 m), y al sur de Punta Médanos, en el área ocupada por el sistema de bancos alineados, puede llegar a 5 ms (aproximadamente 7,5 m). También muestra un espesor cercano a los 5 m en los bancos que constituyen las elevaciones desarrolladas sobre la superficie de la plataforma exterior.

Se identificaron diferentes sismofacies: en las zonas de la Barra del Indio, el litoral uruguayo y al este del Cabo San Antonio se reconocieron tanto sismofacies caracterizadas por arreglos de reflectores internos continuos, paralelos y horizontales como otras acústicamente transparentes y libres de reflexiones, las que corresponden a sedimentos arcillosos no compactados de color verde grisáceo con conchillas y materia orgánica. En cambio, en la zona de los bancos alineados y del banco La Plata, así como en la plataforma exterior, las sismofacies están caracterizadas internamente como de tipo caótico y concordante con respecto a sus límites, representativas de arenas finas a medianas con conchillas. Por su parte, las llanuras costeras están formadas por sedimentos de muy variada granometría que gradan desde arenas hasta arcillas en sus diversos ambientes.

En testigos submarinos obtenidos en la plataforma exterior, se hallaron en la base de la unidad niveles de paleosuelos (Osterrieth et al., 2005 y en prensa; Violante et al., 2007), que demuestran la exposición subaérea a la que estuvo expuesta la plataforma durante la última época glacial antes de la depositación de la SD 1. La unidad se formó durante la transgresión postglacial iniciada en la región hace unos 18.000 años (Fray y Ewing, 1973; Parker et al., 1999; Guilderson et al., 2000; Violante y Parker, 2000, 2004), y las diferentes facies resultan probablemente de pulsos de ascenso/ estabilización del nivel del mar que habrían permitido la preservación en algunos sitios y a diferentes profundidades de niveles de playas asociadas a geoformas aterrazadas (Parker et al., 1999; Violante y Parker, 2000, 2004; Violante, 2005) dentro de un contexto de ascenso promedio del nivel del mar del orden de 11 a 12 mm/año (Violante y Parker, 2004; Cavallotto y Violante, 2005; Schnack et al., 2005) antes de tender a estabilizarse después de los 8.000 años A.P. La estabilización final con el subsiguiente descenso relativo a partir de los 6000 años A.P. llevó no solamente a la formación de las actuales llanuras costeras (Parker y Violante, 1982, 1993; Parker et al., 1999; Violante et al., 2001; Cavallotto, 1996, 2002; Violante y Parker, 2000, 2004) sino también al parcial ajuste de las arenas relicto sumergidas a las actuales condiciones hidrodinámicas (Urien, 1967; Urien y Ewing, 1974; Parker y Violante, 1982, 1993; Violante et al., 1992, 2001; Parker et al., 1994, 1996, 1997, 1999; Violante y Parker, 2000 y 2004; Violante, 2004), con evidencias de fluctuaciones originadas en estabilizaciones parciales del nivel del mar durante su retroceso y/o variabilidad en la influencia del Río de la Plata (Laprida et al., 2007).

CONSIDERACIONES FINALES

El estudio geológico-geofísico realizado en el litoral del noreste bonaerense permitió establecer las características morfológicas, sedimentarias, estratigráficas y evolutivas de la región. Los resultados más significativos son los siguientes:
1. Se identificaron y describieron los rasgos geomorfológicos entre los cuales se destacan la plataforma interior y la exterior. En la primera se destaca el ámbito externo de la Terraza Rioplatense, una geoforma mayor que constituye un elemento de enorme importancia en la configuración y génesis de la región.
2. La plataforma es, desde el punto de vista sedimentológico, de carácter terrígeno y silicoclástico, cuyos sedimentos superficiales son predominan temente arenosos depositados durante el ciclo transgresivo/regresivo postglacial. La diferencia fundamental entre la plataforma interior y la exterior está dada por el predominio de depósitos con carácter de palimpsestos en la primera y de carácter relicto con frecuentes afloramientos del sustrato plio-pleistoceno en la segunda.

De nuestra autoría

Todas las facies del Pampiano, superior, medio e inferior reconocerían en la Provincia de Buenos Aires millones de hectáreas de acreencias de löss fluvial por tránsito de salidas por senos entre sucesivos cordones litorales de borde cuspidado y marino de derivas litorales, sin mentar transgresiones.

Es en este punto donde advierto los más grandes déficits de criterios termodinámicos. Todo aparece explicado con catecismos mecánicos de olas, vientos, temporales y grandes corrientes como la de Malvinas, -que también ésta merece mucho mayores observaciones a medida que se arrima a las áreas de influencia de las tributaciones continentales, las derivas litorales y las devenidas de plataforma por desencuentros de gradiente al Norte de su recorrido-.

Así por caso reconozco desde Monte Hermoso hasta el delta del Paraná 5 puntos de conflicto con los gradientes que alimentan como la zanahoria al burro, su recorrido. El 1º de ellos es el banco de pescadores; las energías litorales que vienen del Sur sólo necesitaban un par de empujoncitos para devenir de plataforma: y esos empujoncitos fueron la escollera de Quequén y el remate de órdago de la escollera Sur del Puerto de Mar del Plata sobre la cual subiré demanda por evicción en cuanto se terminen las ferias judiciales.

Ese corredor de deriva litoral arrancaba con crecida fuerza del banco de pescadores actuando su fondo como si fuera el caldo de un tributario actuando sobre la deriva.

Deriva que encontraba en Cabo Corrientes un obstáculo importante. Pero allí Madre Natura había colocado al arroyo del Barco o del Puerto justo antes del cabo, para sumarle el calor apropiado que le facilitaba superar el obstáculo y seguir su camino hasta la salida de Mar Chiquita donde eternamente recibió enormes bendiciones sedimentarias.

Recuerdo que al abandonar el medio continental, ya no son los meandros, los esteros, bañados, costas blandas y bordes lábiles las que ofician de baterías convectivas. Al salir con timidez a las riberas marinas, los corredores de flujos reconocen en sus propias cargas sedimentarias a esas baterías; y son ellas las que le dan impulso; que no son a considerar en términos gravitacionales , sino termodinámicos: la misma energía que opera en las células de Benard; la que por su carga sedimentaria marcha por debajo de las aguas saladas y va dejado en el fondo de la plataforma grabado un cordón de memoria de su recorrido; y en él, el calor latente que reconocen esas células para ir circulando con energía su recorrido.

Pero ignoremos por un momento estas dos escolleras y miremos el primer gran obstáculo que se le presenta a esta deriva. Pequeños obstáculos térmicos como ese de la salida de Mar Chiquita, entran en la escala de acoples apreciados por estos sistemas. No así el desencuentro frontal con la deriva litoral invertida, N-S que viene de la salida del Tuyú y que hoy en este hipertexto nos regala en imágenes sus fenomenales referencias. Pero aún yendo a un pampiano inferior, a tiempos preensenadenses donde el sistema del Tuyú aún no se había soñado, ya veríamos el mismo conflicto.

En el gráfico de Violante se nos muestra una panza en suelos ensenadenses. 100.000 años más tarde imaginamos que un recuerdo o relicto de ese conflicto tal vez fuera el paleorelieve hoy desaparecido, paleopunta Villa Gesell.

No lo veo, pero lo imagino, reitero; y sigo viendo el mismo conflicto de los desencuentros frontales de gradiente térmico que quedan resueltos siempre de la misma manera: buscando el gradiente donde sea que fuera, pues hacia allí marcharía la deriva abandonando la ribera.

Es imposible que la deriva que baja por Punta Rasa hacia el Sur y luego resuelve copiar los cordones que indican su despegue litoral para marchar primero al Sur y luego pegar una amplia curva de 180 grados y viajar por la plataforma a profundidades que no superan los 8 a 11 m rumbo al NNE, se conforme sólo con formar un gran eddy.

Esos cordones -que no cabe llamar "litorales" porque estos son otra cosa y cumplen otra función-, son la memoria del escape de la deriva litoral que saliendo del Tuyú fueron descendiendo al Sur pegaditos a la ribera, para luego de enfrentarse con la que subía de Mar Chiquita resolver mudarse a la plataforma, disociada de la deriva de esta última que marcha recta, sin necesidad de arrimarse a los cordones curvados.

Haré de inmediato observación de las energías caldas del Tuyú, que fruto de las marismas bajan sus temperaturas interiores mostrando al salir a la bahía a unas yendo al Este y a otras que son la más, yendo al Oeste.

De estas últimas una parte alcanza a conservar su condición litoral para bordear la Punta Rasa hacia el Sur; y otra parte que no intenta alcanzar a Punta Médanos y en la misma Punta Rasa busca tras un amplio eddy de rumbear por la plafaforma directo a Rouen. Ver en la imagen anterior a esta.

Pero volviendo a los dos sistemas litorales atlánticos: el que baja como estrecha deriva litoral bordeando la Punta Rasa y el que sube de Mar Chiquita (que hasta hace 100 años también se asociaba a la del banco de pescadores), reconocen enfrentamiento no sólo de advecciones, sino de una doble pared disociadora térmica e hidroquímica.

La solución para ambas fue devenir derivas de plataforma; que conocen en los últimos 8.000 años al menos dos destinos: el banco de Rouen y los pequeños conos de deposición que se encuentran inmediatos al Norte del cañon de Mar del Plata. Los que superan el banco de Rouen siguen camino hasta el cono que está al Este de Cabo Polonio; el que más depósitos ha recibido en los últimos 12.000 años. Ya hemos ilustrado de ellos..

Volvamos a lo prometido: listar los 5 desencuentros: el 1º: el del banco de pescadores.

El 2º: el de las dos derivas encontradas Mar Chiquita y Punta Rasa.

El 3º: las aguas del sistema del Tuyú que en los primeros 20 Km de la Punra Rasa encuentran la invitación del gradiente al Este y el que lo hace a partir de esos 20 Kms rumbo al NO bordeando la bahía de Samborombón.

El 4º: el atrape del sistema de flujos en descenso que baja por la costa bonaerense de Punta Indio a Punta Piedras, recordando que allí no hay deriva litoral, sino sólo una formidable convexión externa que se lleva con mordiscones de tiburón la ribera, atrapada por la poderosa deriva litoral de Samborombón que le dobla en velocidad y enegía termodinámica, y que no encontrando opción para seguir sus caminos como derivas litorales, cruzan el estuario a 90º en línea paralela al frente halino.

Este formidable sistema reconoce al menos otros dos que marchan apareados junto a ellos, de aguas más saladas y algo más frías. Es el sistema que he llamado Alflora un 15 de Agosto del 2009 en agradecimiento a mi Querida Musa a la que debo mis amaneceres.

El 5º lugar de enfrentamientos de sistemas litorales lo tenemos en el área metropolitana desde Ensenada aguas arriba, donde cabe dejar por el momento estas ilustraciones pues allí la madeja de intereses naturales y científicos hidráulicos es infernal y al parecer, interminable en tanto las mecánicas sean las elegidas por su apreciada más sencilla cosmovisión.

Este brevísimo resumen resultó inevitable y fue invitación a mirar en este hipertexto la historia de la conformación de las dos puntas de la bahía sobre la base de los desencuentros de gradiente térmico e hidroquímico de sus derivas.

Materia que nunca ha sido planteada en otros términos que mecánicos, pues siempre se miró por las olas, el viento y paleorelieves relictos que en pampas de estas dimensión y con el cratón de salida que le acompaña en sus venturas, siempre han explicado desde sus gravitacionalidades, con ausencia de sol, todo lo que se cruzaba en el camino.

La masa de sedimentos fluviales y marinos transportada de aquí para allá durante millones de años en esta provincia, da para bastante más que las 434 palabras sobre dinámica sedimentaria y 4 gráficos de bajísima resolución.

Que para contrastar vale esta imagen regalo de NASA de Mayo/2012

A quien ha pasado la Vida contando olas le resultará una herejía mirar por estas imágenes y prohibirá a sus alumnos prestar atención al burro del hortelano. De hecho, esto no es una suposición.

Vayamos a este brevísimo capítulo sobre dinámica sedimentaria que pertenece al trabajo de Gerardo Parker†, Roberto A. Violante, C. Marcelo Paterlini, Irundo P. Costa, Susana I. Marcolini y José L. Cavallotto titulado Las Secuencias Depositacionales del Plioceno-Cuaternario en la Plataforma Submarina adyacente al Litoral del Este Bonaerense.

Dinámica sedimentaria

Los sedimentos que constituyen la cobertura superficial de la plataforma estuvieron sujetos a tres vías principales de transporte (que siguen actuando en el presente) en respuesta a las direcciones dominantes de movimiento de las masas de agua, superpuestas al barrido que sufriera toda la plataforma por el ascenso del nivel del mar y el progresivo retroceso de la línea de costa.

La primera es proveniente del sur y sureste y es inducida por el oleaje desde mar abierto, movimiento que incorpora al sistema litoral a las arenas relicto yacentes más allá de la línea de costa. Este proceso está asociado al transporte regional de las masas de agua oceánica, en sentido sur-norte, dominado por la circulación de la Corriente de Malvinas y el flujo de aguas subantárticas (Piola et al., 2000; enviado), que distribuyen hacia el norte a componentes mineralógicos (Etchichuri y Remiro, 1960; Potter, 1986; Marcolini, 2005), biológicos (Boltovskoy et al., 1996, 2000; Stevenson etal., 1998) y químicos (Walter et al., 2000; de Mahiques etal., 2008) provenientes del sur dándole a los sedimentos dominantes en la plataforma su típica composición volcánico-piroclástica de origen pampeano-patagónico.

La segunda constituye el transporte litoral, que actúa paralelamente a la línea de costa bajo la acción de las corrientes costeras, las cuales desde un punto de vista regional y a largo plazo tienen una resultante sur-norte (p.e., Mazzoni y Spalletti, 1978) alimentando el sistema de playas del Cabo San Antonio que migran hacia el norte produciendo el crecimiento de Punta Rasa y de los bancos situados al norte de ella (Codignotto y Aguirre, 1993; Violante et al., 2001).

Sin embargo, las evidencias geológicas señalan que localmente y en intervalos cortos de tiempo se han producido inversiones en la deriva asociadas a la formación de células litorales inducidas por la presencia de un paleorelieve hoy desaparecido (paleopunta Villa Gesell -Violante, 1988, 1992; Violante y Parker, 1992-), favoreciendo el crecimiento de barreras litorales en dirección sur que hicieron migrar en esa dirección a la Laguna Mar Chiquita (Schnack y Gardenal, 1979; Schnack et al., 1982; Violante, 1988, 1992; Violante y Parker, 1992; Parker et al., 1999; Violante et al., 2001). Esta vía de transporte redistribuye las arenas de plataforma a lo largo de la costa sumándoles los productos de la erosión costera por efecto del oleaje.

Por último está el transporte a través del Río de la Plata, que acarrea los sedimentos fluviales de los cuales únicamente los más finos, de carácter arcilloso, llegan a la zona de la Barra del Indio, la bahía Samborombón y sectores costeros del Cabo San Antonio, donde interactúan con las arenas de plataforma y los sistemas de playas (Fig. 1).

 

De nuestra autoría

En primer lugar deseo recalcar que el fondo de la cuestión tratada en este hipertexto no apunta a discernir en las edades de las transgresiones y regresiones marinas sobre las que acerco un breve trabajo de Mariano Magnussen Saffer; sino en las cosmovisiones mecanicistas para mirar por dinámicas sedimentarias; que por ello no me detengo a discernir en ellas.

Las del mar entrerriense o paranense las hube de considerar con este mismo criterio de dar relevancia a la dinámica horizontal en esas cuencas sin hacer incapié en plegamientos y otros horizontes geológicos, que para la cuestión a la que apunto poco importan un centímetro o dos en el promedio de pendientes para afirmar planteos críticos mecánicos.

Ver por http://www.alestuariodelplata.com.ar/pendientes.html

Lo mismo me ocurre con los que siguieron mucho más recientes al Ensenadense: Belgranense, Querandinense, Platense marino. Para el caso es más o menos lo mismo, porque me llevaría a discutir la validez de un tendal de asertos fundados en mecanicismos: tal el caso, por dar un ejemplo, del origen de Mar Chiquita. Desde el momento que no veo dibujada la curva de arranque del cordón, toda la especulación que sigue resulta inaceptable en términos termodinámicos.

Ninguna diferencia de calibre hace a esta cuestión de las dinámicas sedimentarias, discutir en este enfrentamiento de grandes abismos de criterio mecánico-termodinámico, si fueran 30.000 o 2500 años. La laguna se formó una y otra vez, más allá de transgresiones y regresiones, como fruto de las barreras litorales que se levantaban por fuerza de los vientos, aprovechando el fruto previo sedimentado de los cordones litorales de borde cuspidado. Que como reconocen interminable sucesión, los hay para todos los vientos y oportunidades. Fácil es armar un médano, una barrera litoral, sin necesidad de pensar en tiempos geológicos

 

 

 

Este trabajo apunta entonces, a mostrar trascendencias dinámicas sedimentarias en interfacies estuariales con salidas que hoy van desde Mar Chiquita hasta Punta Indio.

Las mayores riquezas hoy no saldrán de discusiones sobre interfacies geológicas, sino sobre interfacies dinámicas sedimentarias de soporte fluvial y marino; que para el caso de los abismos de cosmovisión que separan mecanicismos de termodinámicas, no nos cabe en este momento acreditarle a las primeras, la mayor importancia que sin duda adquieren en otras circunstancias.

Paso al presente, que tiene mucho de eternidad en su forma de actuar

Por problemas de gradiente térmico la mayor parte de las salidas del Tuyú marchan hacia el Este y luego de pegar el giro a Punta Rasa, hacia el Sur. Recién a 20 Kms de la Punta Rasa empiezan a subir por la bahía de Samborombón. Recuerdo que el gradiente que determina las advecciones es el de ligera menor temperatura. Que también viene resuelto cuando a la deriva litoral se le suman desde su cola las aguas caldas de algún tributario.

Intercambio de favores donde la deriva saca afuera al tributario y al mismo tiempo recibe por atrás el calor que nos devuelve el concepto de entropía a sus fuentes primigenias, exactamente inversas a las de la 2ª ley.

Este mismo problema se plantea en las disociaciones de Punta Rasa que no lograron empalmar con la deriva de Samborombón en el pasado y desde entonces vió impulsada su deriva a transitar por la plataforma hasta descargar en Rouen. El motivo de la descarga en Rouen aún no lo hemos visualizado.

 

 

 

En la imagen que sigue vemos una salida del sistema del Tuyú a 20 Km de la Punta Rasa, que ya muestra su aprecio a derivar hacia el NO bordeando Samborombón

Siguen imágenes con detalles de alta resolución de todo lo comentado en las líneas de arriba.

Agradezco a mi Queridísima Musa Alflora Montiel Vivero su Amor.

Francisco Javier de Amorrortu, 22 de Julio del 2012

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Agradezco a la N.A.S.A. estas imágenes; que si estuviera Nilda Garré al frente jamás alcanzaría este presente.

Sigo esperando señora ministro su autorización para sacar copias de las batimetrías de 1916 de 60 Km de riberas que al parecer ocultan secretos geológicos que es necesario preservar en la intimidad de los archivos.

No alcanza mi imaginación a concebir el sentido de semejante celo. Y mucho menos a imaginar si el que propuso este control que nunca conocí en mis visitas anteriores al SHN, considera generará algún progreso en el valor del servicio de la institución. FJA, 3 de Julio del 2012