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Capítulo II

El holocausto del Agua

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Tratando de alcanzar nivel comunicacional que prepare a nuestra conciudadanía, y no sólo a los especialistas, para mirar con más atención el informe, seguramente optimista, que habrá de ser presentado por parte de Provincia, Nación y ciudad de Bs.As. a los ministros de la Corte el próximo 5 de Septiembre. Y conociendo a los bueyes que aran en estas cuestiones, me ilusiona la posibilidad de entusiasmar a algunos conciudadanos con niveles de información que vayan atrapando su atención desde enfoques originalmente muy sencillos y hasta casi graciosos; para llegar rápidamente a un nivel de consideración y criterio apropiado a la evaluación de ese esperado informe conjunto.

De esta manera, los discursos e ilusiones de unos y otros, tal vez encuentren materia para elevar un poco la sinceridad y la comprensión; porque con estos dos elementos es posible ese transporte cuántico que suele alcanzar luz a estas materias.

Tratando de imaginar un camino gradual a más elementales accesos se me ocurrió compartir algo de la imagen que regalan los inodoros.
Todo el mundo supone que nuestras heces son mortales; y sin duda lo son de consumirlas tal cual las defecamos. Pero si les damos el empuje vital del agua, en su "dispersión" el problema comenzará a ser por Natura, "resuelto".

Las comillas vienen a cuento porque nuestros vertidos hoy debieran ser tratados antes de evacuar. (Ilusión para el mañana). Mientras tanto, una afortunada cadena de enlaces con el oxígeno presentes en el agua y la radiación solar, hacen posible en interfase con sedimentos, bentos y agua libre, la transformación de esas heces contaminantes, en nutrientes para los peces, en el fitoplancton que los alimenta. Y ello nos evita el uso de la palabra "polución".

Pero para ello es necesario que el depósito de nuestro inodoro descargue abundante agua; y por supuesto, que el caño de salida esté despejado para seguir su curso hasta el estuario que llevará nuestro regalo al mar.

 

circulacion de la energia

Imagen tomada del informe de la Defensoría

En nuestro panorama inmediato urbano tratamos hoy de considerar, dado que no habitamos en una ciudad mediterránea, todos aquellos problemas y soluciones que tienen que ver con el estuario rioplatense ventilando nuestros humores y nuestras heces.
Por ello, siguiendo esta imagen del inodoro advierto la conveniencia de apuntar a  tres o cuatro inodoros, aunque con este número no agotemos los enfoques del problema.

El primero de ellos, por ser el más antiguo, algo más que grave y de moda, es sin duda, el Riachuelo.

Ver en el Subcapítulo III, el muy sincero y completo informe presentado por la Defensoría del Pueblo de la Nación, juntamente con representantes de las ONGs Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Poder Ciudadano, Fundación Ciudad, la Universidad Tecnológica Nacional, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), la Asociación Vecinos La Boca y el ex-Defensor Adjunto de la Ciudad de Bs. Aires, Antonio Elio Brailovsky en el año 2003. www.farn.org.ar/arch/informe_cuenca.pdf y de cuyo brevísimo comentario hacemos presentación al final de estas páginas.

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El segundo, que nada tiene que ver con el primero aunque bien lo perjudica: el inodoro de la misma salida del Dock Sud y su rinconcito a la vuelta, ya sobre el estuario, con inefables vertidos de hidrocarburos; y ambos con salidas de vertidos incompatibles con nutriente alguno; a los que luego le siguen el canal Sarandí, el Sto. Domingo, el emisario submarino de Berazategui y finalmente las tomas de Bernal, de agua para potabilizar.

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Y el tercer inodoro: el del Luján, sus tributarios y su salida al estuario; el encajonamiento del canal Emilio Mitre y el arrinconamiento muerto de flujos del sector al Oeste del mismo; la costa del municipio de San Isidro sin su canal natural costanero y por ello el depósito de agua chiquitito de este inodoro que no alcanza a dispersar nuestras heces. El resultado final: las tomas de agua para potabilizar en Palermo recibiendo estas heces, y otras maravillas con baja dispersión que ascienden a ellas por efecto de hidrotermias. Ver Págs. 30, 31, 32 y 33

A este tercer inodoro le ha tocado en mortal desgracia estar ahora mismo recibiendo las obranzas de un proyecto criminal: el del nuevo puerto de Olivos del grupo Torcello que acabará con todas las ilusiones de recuperar los flujos del corredor costanero. Obranzas y criminal proyecto que en el capítulo de fondos y líneas de ribera ilustraremos. Ver Pág. 37.

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Un cuarto inodoro podríamos descubrir en los perfiles de la costa urbana, incluídas sus dársenas portuarias que regalan el efecto de un inodoro lleno de rugosidades; como si no hubiéramos pasado un cepillo de limpieza en 500 años; y en adición, el agua del depósito fluyendo con cuenta gotas.

A este cuarto inodoro le sumamos tres criminales proyectos. El más inmediato es el que propone remover los mortales barros del fondo de las dársenas para luego de refularlos en cercanía exterior y construir en su lugar un enlace de autopistas costanero.

El segundo proyecto criminal es el de la revirada torre que proponen desarrollar en el rincón entre el Emilio Mitre y el canal de acceso al puerto de Buenos Aires, que pudiera ser la llave esclusa maestra que nos tienen preparada para hacernos rápidamente mediterráneos con una gota de agua hedionda colgando de la punta de la nariz, recordando mejores tiempos.

Y el tercer proyecto criminal, es el de pretender expandir el área portuaria que los partidos políticos tradicionales han birlado con sus negocios en Puerto Madero, por una nueva área a generar en una especie de cinturón de la anterior; ignorando todo y el más elemental respeto a los flujos costaneros

No hay prueba más consistente que éstas, de que nadie mira en absoluto la cuestión de los flujos cenicientos costaneros; que en estas precisas áreas ya descubrimos en estado catatónico. Ver, repito, las págs 30, 31, 32, 33, 34 y 35

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Adicionalmente cabría mencionar un quinto inodoro, pero no lo hacemos porque eso no es un inodoro, sino un infierno. Tiene su salida al lado del Paraná de las Palmas, por áreas de muy baja profundidad y es la más misteriosa salida de demonios al estuario cuya extraña inobservancia durante años, dejaría a los encargados de control de polución de la Prefectura paralizados frente a semejante crimen.

Con estas imágenes tratadas, inodoro por inodoro, podríamos comenzar a ubicar el tema clave de la eliminación de los polucionantes y de la dispersión de los contaminantes; pues de eso se trata el problema.

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Quedan, como reiteramos para el Dock Sud y acabamos de advertir para la salida del Paraná de las Palmas, marginados de estos enfoques todos los llamados “residuos peligrosos”, que no son compatibles con estos procesos de metabolización para devenir “nutrientes”, y que por lo tanto, Natura no alcanza a transformar, envenenándose y envenenándonos sin alternativas, ni remedios otros que sugerir a esas empresas ir a pastar a prados apropiados. Ver Hidrocarburos, amenaza pág. 70 del Informe de Defensoría: http://www.farn.org.ar/arch/informe_cuenca.pdf

Los cuatro inodoros, no me cabe la menor duda, están todos descompuestos; en distintas proporciones, con distintos riesgos y con distintas soluciones.
Si un día entro en mi casa y veo estos cuatro inodoros descompuestos, y advierto que cada uno de ellos asiste a un número más o menos equivalente  de personas (de millones, podríamos decir); decidiría sin más vueltas empezar por el que tiene la solución más sencilla y rápida que me permita generar un estado de ánimo que compense la fatalidad de tener todos los inodoros descompuestos en la misma casa.

Por cierto, el inodoro del Riachuelo es fatal (ver Subcapítulo III) en la antigüedad de sus variados problemas y en la cantidad de esfuerzo que habrá que hacer para transformar lentísimamente su estado. Entre todos los problemas, el político es uno más y no el más importante; porque no hay político a la vista que tenga idea de cómo comenzar a actuar. Tantos son los intereses, miserias y abandonos de siglos que han engalletado la madeja. Cada buena intención reconoce aquí cien miserias apestosas.

Pero si hacemos algo con el segundo inodoro, sobre todo, con el pedacito que corresponde al Dock Sur, ya tendremos un poquito más destapado el caño de salida del Riachuelo y eso se advertirá.
Por otra parte, para destapar ese pedacito no tendremos que lidiar con tres mil empresas, sino con unas poquitas a las que no cabe considerar como generadoras de vertidos metabolizables que pudieran devenir nutrientes. Ver frío glacial del espeluznante informe al que se pretende dar "nivel" con modelación matemática. "Dock Sud y Villa Inflamable".

El aporte de estas empresitas es fatal. Y cada minuto que se demore en darles el ultimátum, cada minuto equivaldrá a recular; es decir, ver salir los *kweks* por el borde del inodoro donde hemos defecado, es decir, en nuestras propias narices, o mejor dicho, en nuestros propios pies. Que eso es lo que precisamente ocurre en la cuenca del Matanzas. No hay agua en el depósito, y en adición, el caño de salida está tapado.
Si se gana esta batallita introductoria, el horizonte de la credulidad tendrá posibilidades de aflorar. Mientras esto no suceda conviene que miremos los otros inodoros.

El cuarto inodoro tampoco se querrá tocar, porque estando en una zona intermedia portuaria, alejada de las tomas de agua, e ignorando los problemas que acarrean las hidrotermias, no parece el más urgente a considerar.
De cualquier manera, repito, en cercanías de este inodoro hay proyecciones muy criminales para espantar, que en más de una oportunidad en este informe apuntaremos. Y de esas cuestiones dependerá que nuestra ciudad devenga rápidamente mediterránea, o regale un par de siglos más para ilusionar nuestras ventilaciones. No olvidemos que a los inodoros caben ventilaciones (en este caso, hidrodinámicas).

El tercer inodoro es el que despertó mi mayor sorpresa y atención que no ha cesado de intentar alcanzar mirada particular. Confiaba que en este inodoro era posible actuar con sencillez y obtener resultados que abrieran solución y visión a todo el conjunto de inodoros de nuestra casa. Sin embargo, a poco hube de enterarme del criminal proyecto, ya en obra, del nuevo puerto de Olivos del grupo Torcello, especialista en proyectos criminales para el estuario, y que llama a sus espeluznantes delirios: ¡¡¡ "proyectos de Estado!!!

Cuando a estos criminales "proyectos de Estado", se le suman los fracasos en la salida del Aliviador del Reconquista y los desquicios provocados en las riberas del Luján por el bendito Decreto 1980/77 liberando playas y riberas, ya no sabría por dónde empezar; pues cualquiera de ellos reclama tanta conciencia y solidaridad, que difícil es imaginar esta generación haya sido educada para curar con mínima sinceridad interior. Todos muestran el trasero como las avestruces y buscan al responsable más alláh.

Hube de subir estos textos inicialmente un 27/7/06

El siguiente capítulo, menos risueño, acerca cada uno de los enfoques.

Francisco Javier de Amorrortu

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En este Capítulo II ver pág. 14, 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24 y 25

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