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Estropicios de energía y "Contrastes". a los textos sobre las "acreencias" costaneras proyectadas y a las "observaciones" sobre las modelaciones matemáticas de calidad de aguas del Matanzas Riachuelo y evaluaciones del estudio de impacto ambiental sobre los emisarios propuestos en aguas estuariales urbanas comprometiendo con su enorme transferencia de masa los ya moribundos flujos,

que ilustrando las enormes diferencias entre las energías que barren las riberas marinas y las estuariales urbanas, resalten la falta de criterio del redactor de las "evaluaciones" del estudio de impacto ambiental: "alternativas del proyecto", 8.5.3.3 (ver emisarios 2.html).

Comparando las dispersiones de contaminantes en unas y otras aguas nos aseguraba: "Si bien esta experiencia hace referencia al vuelco en el mar, se considera que estos resultados son aplicables a cuerpos receptores de gran magnitud y elevado poder de autodepuración como el Río de la Plata".

Imposible ganarle en despiste y necedad a este "evaluador" tratándose de flujos y riberas urbanas que han sido bastardeadas sin piedad durante cien años.

Si este informe alcanzó nivel para ser enviado al Banco Mundial y justificar la solicitud de un crédito por tres mil millones de dólares, aplicarme hoy en soledad, sin pedir favores ni créditos a nadie, a ilustrar las energías presentes en algunos tramos de las riberas marinas uruguayas, sirva para festejar las tareas de conciencia que la Fundación Ciudad viene sembrando en unas y otras riberas de la mano de la Sra. Andreína de Caraballo.

Francisco Javier de Amorrortu, 28/12/08

 

Una elemental introducción visual a estos temas que giran en torno de la "deriva litoral" y los procesos "convectivos internos y externos" acoplados a ella; relacionados en nuestro interés, tanto a la dispersión de contaminantes o sus carencias, como a las acreencias costaneras o a la erosión de las playas, la regala siguiente imagen de la salida estuarial del Caravelas en el Norte de Brasil.

Advertimos, que si bien estos vocablos técnicos resultan desconocidos y complicados para la mayoría de los lectores y aún aquellos que se dicen entrenados, la simple imagen que sigue muestra delicadezas que desbordan todo imaginario y empequeñecen cualquier vocabulario.

Cada una de esas líneas en la imagen corresponde a un cordón litoral; que tras haber realizado durante siglos su paciente tarea de bordado de "acreencias costaneras" merced a los flujos y sedimentos transportados por el tributario, agotado éste en su espacio y con ello su tarea, cede lugar a un compañero que la hereda y reitera a su lado.

Aquí no interviene el hombre, que ni siquiera ha comprendido aún los procesos que caben a estas formaciones y las deduce de analogías tan primarias referidas a una "ola oblicua", que merecen pasar a la historia entre las más erradas en obranzas planetarias.

La expresión "deriva litoral" refiere de flujos que en las riberas hacen un camino de dirección normalmente fija paralela a la costa; al punto que, en nuestro estuario se la advierte sosteniendo "hipersincronicidad mareal".

Y es en especial en sus aguas someras donde se manifiestan estos procesos "convectivos" que se le acoplan o la niegan. Con el vocablo "convección interna" refiero de procesos de transferencias naturales de energía que en línea con gradientes de mínimas diferencias térmicas generan el intercambio entre moléculas "ascendente descendente" descubierto por Benard en 1900. Estos procesos no reconocen gasto y por ello son denominados "positivos". Tal el caso de la corriente cálida del Golfo que mueve una energía 100 veces superior a toda la energía consumida por el hombre en el planeta, sin hacer ruido y sin siquiera darnos cuenta de la contención natural en la que sin gasto opera.

La "convección externa" por su enorme gasto ya su calificación de "negativa" la señala merecedora de atenciones por los bruscos cambios que provoca. No es ella la que nos interesa en nuestras mortificadas riberas estuariales urbanas, sino la anterior; pero valen estas comparaciones que ilustran las imágenes de las riberas atlánticas uruguayas que siguen, para despertar por "contraste" nuestras advertencias.

Así la "deriva litoral" reconoce áreas de temperaturas caldas para ver acopladas a ellas las aguas también caldas del tributario que hace camino montadas en ella siguiendo el delicado gradiente de temperatura que habilita el despegue convectivo natural interno, transfiriendo sus energías en un intercambio sin gasto; y por ello haciendo muy prolongados tránsitos paralelos a las riberas, superando a veces decenas de kilómetros de recorrido. La "memoria" de estos procesos convectivos naturales internos es extraordinaria.

Estas aguas de la deriva litoral reconocen también, a medida que se alejan de las riberas y portan menor temperatura, una diferencia tal que las separa de las anteriores y por donde aquellas caldas aguas no convectan.

En ese límite se establece una "capa límite térmica"; una frontera o pared (boundary layer), que tiene la virtud de precipitar allí mismo, en ese ajustado límite, los sedimentos que venían siendo transportados en suspensión y en paralelo por las aguas caldas, sin trasponer esos precisos límites.

Esa precipitación forzada por las menores temperaturas de las aguas inmediatas vecinas, es tan prolija que en todos lados no dudan en llamarlas "de borde cuspidado". Son ellas las que se merecen el crédito de bordar los hermosos "cordones litorales".

Sedimentaciones impecables que durante cientos de milenios vienen haciendo el maravilloso trabajo que al menos en Caravelas a todos deslumbran.

Si no aprendemos directamente de Natura lo que Natura muestra, poco o nada aprenderemos de los obligados catecismos de las academias que no dan lugar a libertades para mirar, sino que lavan el cerebro con sus dogmas a los que en ellas entran.

Un dogma errado equivale a cientos de miles de obranzas erradas en todo el planeta. Y al respecto de las miradas que los físicos en dinámica costera han aplicado durante siglos en la intención de frenar las erosiones de las playas, ninguno más errado que esta página de sus catecismos que empieza hablando de una "ola oblicua" para terminar multiplicando analogías y todo tipo de fracasos.

Tras mirar estas imágenes y cualquiera otra que les inspire curiosidad cabrá una larga tarea de conceptualización; pero vale. Y valdrá mucho más para aquellos que empeñados con alegría y confianza diaria transitan el largo camino de los sueños.

¡Feliz Año Viejo agradeciendo a la maravillosas Alflora y Estela los balances de tantas huellas, merced de sus capitales de Gracias cuspidadas!

Francisco Javier de Amorrortu, 31/12/08

 

Cercanías de José Ignacio, Garzón, Rocha, Paloma y Valizas

Valizas, fuera de la imagen, se halla al Norte de Cabo Polonio y es salida bastante bien conservada mostrando cómo funcionan las descargas tributarias costaneras en un contexto original poco bastardeado por el hombre.

Comenzamos ilustrando el sector ubicado aprox. 15 Km al ENE de laguna Garzón.

Antiguamente todo este paisaje de escurrimientos que comienza a mostrar la imagen que sigue concurría a un estrecho corredor de aguas protegidas por un cordón litoral que ellas mismas se habían ocupado de bordar.

Todo ha cambiado y el hombre ni siquiera se ha preguntado qué pasó.

Los físicos en dinámica costera siguen en la luna de miel con su "ola oblicua" y su catecismo de mecánica de fluídos ha quedado anclado en ella. Nos es fácil despertar a nueva cosmovisión que incorpore herramientas de termodinámica para mirar convecciones internas. Sus laboratorios de mecánica de fluídos devendrían obsoletos y sus trabajos de modelación en aguas someras de mínimas pendientes se caerían a pedazos.

Serán por ello los últimos en rendirse a evidencias porque tienen muy a la vista todo lo que pierden: una Vida entera de trabajo errado.

 

 

¿Quién borró las huellas de la memoria convectiva interna, sino el hombre?

Ninguna huella en la imagen que sigue se advierte de cordón litoral alguno; tampoco de deriva litoral, ni de convecciones naturales internas de salidas tributarias potenciando la anterior.

Por el contrario, en los serruchos de la playa vemos cientos de huellas de las prestas convecciones naturales externas.

En la imagen que sigue vemos suscitadas cómo se ligaban las antiguas curvas de salida que hoy quedaron frustradas al ser "tocadas" las playas rompiendo los acoples del estrecho y largo corredor, que muy prolijamente por capa límite térmica en su margen marino sedimentaba las eternas acreencias de bordes cuspidados del cordón litoral. Ver salida de Valizas aún no bastardeada.

La "deriva litoral" se retroalimenta de los escurrimientos costaneros, que llamados originalmente en tránsito paralelo a la ribera, hacen camino por convección natural interna montados en ella.

Al crear rutas paralelas a las playas o al "emprolijar" las playas modificando las huellas de las sedimentaciones que dieron lugar a las acreencias costaneras comprometiendo los escurrimientos naturales, todo el delicado bordado de los escurrimientos para acoplarse a la deriva litoral queda frustrado.

Los procesos convectivos naturales internos guardan delicada memoria de sus caminos, que el hombre distraído ignora.

Sin alianza con las aguas de estos pequeños y numerosos tributarios, la deriva litoral pierde sustancia que es aprovechada por las convecciones naturales externas que así arrastran hacia afuera, con flujos transversales a la anterior, todas las cargas sedimentarias.

No será sencillo que el hombre acierte a mirar estas delicadezas de los flujos convectivos naturales internos y respete con deleite las transferencias de energía en estos procesos.

 

 

 

 

 

Antes de José Ignacio, a la altura de la boya de la ANCAP, ya advertimos también serrucho de muy graves erosiones en sus peligrosas playas.

Las imágenes nos llevan ahora a la márgen OSO de la laguna de Garzón. También allí se muestran los serruchos; pero en la que sigue a esta veremos antiguas novedades.

Aquí viene la imagen del corredor de flujos de salida del gran espejo de agua y de infinidad de pequeños escurrimientos tributarios que terminan en ese corredor que ahora quedó desvinculado superficialmente. Y allí vemos que ningún serrucho se descubre en las riberas marinas aledañas al antiguo corredor de flujos de salida.

Es de lamentar que sólo alcance para mostrarnos en medio de este infierno de convecciones externas, cómo juegan los procesos vírgenes en estos contextos naturales "antrópicos".

Saltamos ahora a la márgen ENE de la laguna de Garzón. Aquí una nueva urbanización nos regala las convincentes delicias del urbanismo que nunca puso su mirada en los flujos.

 

 

 

 

Haciendo un repaso con más imágenes de estas riberas marinas de Garzón.

 

 

 

De aquí vamos a la laguna de Rocha

 

En estas resoluciones ya comenzamos a ver las huellas sobre la playa de escurrimientos transversales a las riberas propiciando los serruchos en las inmediatas riberas marinas, dando testimonio de las erosiones costaneras.

 

 

 

 

 

 

Si esta salida hoy malparida funcionara asistida por convección natural interna montada sobre deriva litoral, se resolvería la erosión de las playas y toda la carga sedimentaria del tributario y de los pequeños escurrimientos sumados, se aplicarían por capa límite térmica a formar el largo y estrecho cordón litoral de borde prolijamente cuspidado; sin intervención de "ola oblicua" alguna. Por el contrario, ésta sería parte del concierto de atracciones de estas convecciones.

La fragilidad de estos sistemas es aún inefable por tantas dificultades en cosmovisión.

La propia segunda ley de la termodinámica es demasiado torpe en sus enunciados introductorios y no facilita estímulos para abrir hospedaje a estas delicadezas.

 

 

De aquí pasamos al siguiente hipertexto con las largas imágenes de la salida de Valizas que darán mejor soporte a tantas expresiones que intento alcanzar, a sabiendas de las dificultades primarias que todos encontrarán para comenzar a fijar en entendimiento estas materias que algún día, al menos serán consuelo.

A los que fueran a discontinuar estas miradas van estas líneas:

Al final de estas largas compilaciones fotográficas tras haber ilustrado la formidable energía de las convecciones naturales externas que aquí sobran y que tanta falta nos harían en nuestras riberas estuariales urbanas para sacar nuestros vertidos lejos a pasear, me cabe volver al principio de aquel infeliz enunciado que aseguraba "elevado poder de autodepuración al Río de la Plata".

Si ese estudioso, o lo que fuera, imagina en algo creíbles sus dichos, encuentre en estas secuencias ribereñas marinas nuestra respuesta.

El INA reconoce tres segmentos de flujos: los "longitudinales" de flujo laminar propios de los corredores centrales y base de sus modelaciones; los "transversales" propios de las convecciones naturales externas que suelen dar inicio a dispersión y que en sus modelaciones aparecen soberanamente ninguneados (ver criterios de Fischer); y los "verticales", propios de las convecciones naturales internas de los que ellos hacen sólo mención pero jamás modelan, pues jamás hicieron trabajo de campo en ellos, ni jamás advirtieron o no quisieron advertir que nuestras riberas estuariales urbanas dependen exclusivamente de ellos.

Por ello, tanto los temas de la "deriva litoral" y de su hipersincronicidad mareal, como los de las convecciones naturales internas que derivan de todas las salidas tributarias acopladas a la anterior, sólo vienen siendo atendidos por este hortelano que no cesa de sorprenderse con los descalabros que generan nuestras obranzas y demás proyectos por cuenta de esta extraordinaria desinformación.

Toda mi tarea apunta al estuario y no a las riberas atlánticas. Pero para ilustrar sobre convecciones externas, ya el estuario ha quedado velado en el Google y las imágenes anteriores a estos velos las hube publicado infinidad de veces.

Las situaciones más dramáticas de nuestros flujos ribereños estuariales urbanos no se manifiestan ricos en convecciones externas, sino en las internas; que tanto han extendido sus reinos por doquier, que sosteniendo hipersincronicidad mareal no encuentran dificultad alguna en demorar los procesos dispersivos mucho más allá de la sospecha de nuestros investigadores o evaluadores de estudios de impacto ambiental.

En el sector de aprox 80 a 100 Km2 que ha quedado virtualmente encerrado entre los bancos a la salida del Riachuelo, las riberas del Norte, el frente deltario y el canal Emilio Mitre, la pérdida de profundidad y la muerte de los flujos en las aguas someras de las riberas donde el corredor de flujos costaneros quedara hace 60 años olvidado, las convecciones internas son tan extraordinarias y probadas al superar con creces los 150 a 180 mts de sus anchos naturales, que sus 4 Km que hoy alcanzan frente a San Isidro, Olivos, Núñez y Palermo merecieron de mi parte que las bautizara con el nombre de "hidrotermias".

Buscar y encontrar en todo el planeta un área de deriva litoral tan extendida en anchos y tan cargadas de miserias que le gane a estas áreas nuestras, es un desafío a olvidar.

Esta palabra "hidrotermias" a muchos tiene perplejos pues nunca antes la habían escuchado. Pero más perplejo me tiene a mí ver la cantidad de profesionales dedicados a temas del agua que no dicen ni una palabra del desastre de los flujos de la deriva litoral cargando estas convecciones internas de decenas de inmundos vertederos y con su silencio parecen aprobar las expresiones de evaluadores y modeladores que me gustaría saber en qué limbo operan más encerrados que este que suscribe en su madriguera.

Si estas franjas inmediatas de nuestras riberas estuariales urbanas norteñas cargan más toneladas de miserias que el Riachuelo, a qué seguir rindiendo culto a ese silencio o a esa certeza que dicen entregar nuestros modeladores desde un laboratorio de mecánica de fluídos que jamás lograría alcanzarles ayuda para ajustar las variables de sus modelos en ese reino de miserias.

¿Cómo van a estudiar procesos convectivos internos que ya han excedido con creces su condición natural, en aguas someras con perfiles de fondo de pendientes casi nulas y aguas disociadas a rabiar por tanta cantidad de miserias amontonadas en ellas, con mecánica de fluídos y un catecismo de ola oblicua para cimentarlo?!!!

¡¿Cuándo hicieron un mínimo miserable estudio de deriva litoral en estas riberas desde que el INA alcanzara existencia?! ¡¿De qué sirve estudiar corredores de flujos laminares centrales, si no es allí el problema?!

¡Y encima hoy nos aparece este "evaluador" para decirle al Banco Mundial que aquí, en nuestras riberas estuariales urbanas la energía dispersiva es comparable a la del mar! . Será entonces la del Mar Muerto o estará ciego.

Así no me cabe más remedio que salir a gritar ¡Fuego! para despertar al resto de los que esperan que los billetes, los emisarios, los vuelcos de dragados y estos modeladores estancados en sus insostenibles observaciones, -pues poco o ningún trabajo serio de campo reconocen y sus archivos de imágen reinan por ausencia en todos lados-, sean los que nos aseguren que el lodazal que ya tenemos en la zona Norte no va a quedar definitivamente asfixiado con estos proyectos criminales de obranzas desquiciadas apoyadas en una península "ecológica"a crear.

Hasta cuándo se van a seguir engañando. ¿Cuándo van a despertar para advertir que el problema no será tan grave al Sur como mortal al Norte? ¿Cuándo van a mirar nuestros flujos ribereños con sinceridad y sin catecismos? Que alguien me explique qué tiene el mar de estas miserias?!

Este es el motivo de las bellas imágenes de las energías ribereñas en el mar: Contrastar!

Aquel que sume interés para seguir descubriendo estas materias logrará tras un repaso de los siguientes vínculos, enriquecer sus criterios y en algún momento afirmar sus propias conceptualizaciones.

Agradezco a mi Querida Alflora, amanecerme

Francisco Javier de Amorrortu . 28/12/08

Al epílogo de las creencias sobre la ola oblicua como factor determinante de la deriva litoral

1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6

 

Cordones litorales

1 . 2 . 3 . 4 . 5

 

Corredor de flujos termodinámicos . 1

 

A las ignoradas Hidrotermias

0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5

 

a la nueva salida del Riachuelo . 1

 

Efecto Alflora . 1

 

Francisco Javier de Amorrortu, 28/12/08