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Estos problemas ya han sido tratados en numerosos hipertextos. Por ello resumiré y apuntaré a ellos para quien aprecie en forma oportuna mirada más detallada.

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva2.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva3.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva6.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva7.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva8.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva9.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva10.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/taponmini.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva11.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva12.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/deriva13.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jornadayregistros.html

 

De la crecida deriva litoral al Este del Emilio Mitre

Así resumía un 29 de Julio del 2009 al inaugurar el sitio "deriva litoral.com.ar"

Enlaces entre corredores de flujos termodinámicos

Los meandros anteriores a las salidas y las llamadas "costas blandas" habilitando conciencia y respeto de suaves pendientes marginales, son las áreas de mayor temperatura que oficiando de acumuladores y transfiriendo por bordes lábiles sus energías, fundan el despegue y alimento del proceso convectivo interno; que en oportuno mayor gasto, luego de un giro de 180° devendrá externo, sumándose así al corredor de flujos en descenso paralelo.

La suave convección interna en los bordes evita la erosión de las riberas enriqueciendo aprecios limnológicos. Lo que cuenta en estos corredores es el sostén armonioso de los procesos de enlace termodinámico, transferencia y memoria del orden de la Vida.

Las diversas páginas de http://www.derivalitoral.com.ar acercan capítulos muy ilustrados sobre estos temas de formación de cordones;

de hidrogeomorfología histórica;

de grandes y prolijas acreencias territoriales debidas a sus multiplicaciones;

de cordones que quedaron ilustrando los bordes de antiguos glaciares;

de procesos de convección interna y externa en sus riberas opuestas;

de erosión de playas debidas a obranzas que nunca imaginaron el valor de la deriva litoral para precisamente protegerlas, cuando de hecho todas las obranzas de escolleras han perseguido cercenarla sin éxito, pero con adicionales procesos erosivos acoplados;

del epílogo de la teoría de la ola oblicua responsable en los catecismos de la formación de los cordones;

de los restos de cordones en nuestras riberas bonaerenses; de las salidas tributarias naturales en la costa atlántica y en las riberas estuariales argentinas y uruguayas;

de los bastardeos en las salidas de los tributarios estuariales;

de las funestas salidas de los canales obrados por el hombre en Samborombón;

de la disociación molecular en la salida del Aliviador del Reconquista al Luján;

de la nueva salida propuesta para el exhausto Riachuelo bordeando Tandanor;

de los tapones en el Paraná Miní;

del antiguo y valioso canal de los Pozos de la Barca Grande;

de las múltiples bocas del emisario de hidrocarburos de Campana;

de los nuevos puertos del Paraná;

de las antiguas salidas deltarias del río Las Conchas, Escobar, Garín y Luján directas al profundo estuario;

de las afloraciones del Querandinense;

de los estanques hidrológicamente insustentables cavados en él;

de la floculación y coalescencia sedimentaria que agrava la disociación de estas aguas;

de los cuidados de las riberas estuariales urbanas;

de los respetos a las líneas de riberas urbanas; de la hidrología cualitativa y cuantitativa urbana;

de los recaudos legales en hidrología urbana;

de las demandas judiciales;

de sus fallos;

de los reclamos de inconstitucionalidad en la Suprema Corte Provincial;

de su acordado interés legímo;

de las denuncias administrativas en más de 18.500 folios durante largos 12 años.

Comunicaciones, que quien esto suscribe, a pesar de su libertad y entrega, no alcanza a generar las precisas respuestas que de los más responsables siempre espera. Estas respuestas imaginan el valor de:

Dejar de manosear a la SSPyVN

Prohibir toda acreencia costanera otra que no sea para enderezar perfiles

Reparar el corredor de flujos costaneros del sector de 100 Km2 apuntado

Obligar a la inmediata reposición de la draga de corte

Dejar de volcar barros sobre el veril SO del canal de acceso

Consolidar los refulados previstos por el plan Hallcrow

Planificar el futuro puerto de pasajeros de Buenos Aires sobre ese sector

Planificar el traslado del aeroparque al Norte de estas tierras emergentes

Estudiar los enlaces vehiculares

Planificar el traslado de residuos sólidos urbanos a estas emergencias

Aprovechar el pozo y las tuneleras del Maldonado para sus accesos

Sanear los corredores de flujos que asisten al apuntado sector de 100 Km2

Sanear los flujos del Barca Grande para barrer la emergente ribera NE

Cuidar sus aguas y conformar balnearios sobre esta ribera NE

Poner límites a las modalidades del esparcimiento

Prohibir desarrollos urbanos en estas emergencias

Estudiar el traslado sedimentario desde el Miní a Oyarbide

Destapar urgente la boca del Miní  y recuperar su canal natural de salida

Incorporar al Guazucito y Correntoso y devolver sus canales de salida naturales

Develar los beneficios de la deriva litoral y cuidarla más que a Blancanieves

Derivar los contenedores y cargas generales al Paraná de las Palmas y al Guazú

Liberar las 250 Has urbanas que hoy ocupa la AGP con control académico

Apuntar a un plan de tratamiento de efluentes y estudiar salida por Punta Piedras

Planificar allí el traslado de las petroquímicas de Campana, Dock Sud y Ensenada.

Evaluar el daño de 4 décadas y clausurar el emisario de hidrocarburos de Campana

Cumplimentar EIAs, audiencias públicas, sus respuestas y evaluaciones

Informar con generosidad.

 

Texto extraído de /deriva9.html

desde la "boca falsa" del Paraná de las Palmas al Paraná Miní

La hoy llamada "Boca Falsa" fue tan verdadera como la que quedó en desuso tras las obranzas del Emilio Mitre. A su lenta muerte sigue el incesante incremento de hidrotermias en Punta Morán, Bajos del temor, bancos del Miní y del Barquita. Todos los flujos de estos tributarios adormecidos que hacia el Norte por allí deambulan cargados de sedimentos, cargan adicional hipersincronicidad mareal.

Ponerles límites es imprescindible, pero antes tenemos que despertar nosotros y comenzar a mirar encuentros termodinámicos de sistemas naturales abiertos para entenderlos.

Aquí el cuento de la ola oblicua no vendrá a distraernos y empezaremos a mirar fenómenos que nunca merecieron aprecio. La respuesta natural que deviene de la muerte de estos corredores se llama hidrotermia. Ya la expresión "litoral" ha quedado superada, pues los anchos de banda de la deriva y sus tránsitos más allá del canal natural merecen otra calificación; esa de hidrotermias es la única que por el momento se me ocurre.

Veamos en las antiguas cartografías cómo funcionaban estas dos salidas del Paraná de las Palmas; comenzando por esta que sigue de Dufourq, 1894.

En la carta que sigue sólo aparece señalada la que ofició de canal salida.

En esta otra se le reconoce entidad y hasta un ramal del canal de salida que se integra al del Norte.

Ya en 1919 el enlace aparece muy disminuído

La imagen superior muestra a la izquierda, a ambos extremos del arroyo "Los estudiantes", un par de canalizaciones que nunca sabremos a dónde fueron a parar sus refulados. Tampoco sabemos cuántas veces fue dragado el canal inmediato paralelo al Sur y a dónde fueron a parar sus refulados. Lo que sí sabemos es que este viejo corredor al Norte -de más robustez que el del Sur-, quedó mutilado, y aún así dejó huellas de su magnitud.

Los flujos del área se vieron ralentados y poco trabajo les costó mostrar su identidad convectiva interna que alimentaría la deriva litoral rumbeando al Norte, para desde entonces ver las acreencias en el delta central como nunca tan activas.

Este proceso lleva más de cien años; pero en los últimos 50 ha revolucionado Oyarbide y todos los labios sedimentarios que las salidas tributarias descubren en su veril Sur. El Barca Grande reconoce un labio de 4.500 m de longitud que la tercera de las imágenes que siguen de 1926 ya muestra en pleno desarrollo.

Acercándonos al Correntoso con menos de un metro de agua y sin encontrar sendero más profundo, se advierte en la imagen que sigue, esa sedimentación kilométrica en primer plano, como si fuera un espigón que obliga a dar una vuelta. Son los sedimentos que la deriva litoral allí ha descargado por la capa límite térmica que enfrenta a la salida del tributario.

Esto prueba que las acreencias por deriva litoral en el frente deltario central son al menos centenarias. Mis sospechas respecto a la importancia del tapón a la salida del Miní ya no son tan exclusivas.

Faltan todavía agregar las hidrotermias generadas por el archipiélago que debemos a las islas originadas por la actividad cautivante coalescente floculante de las veladas bocas del emisario de Campana; y las hidrotermias generadas por los refulados al Este del Emilio Mitre, que reconocen una difusión sedimentaria muy importante hacia el Este con la consiguiente absorción de energía que cargan esas áreas que así devienen en convecciones internas que no cesan de transferir sus energías y sus cargas sedimentarias hacia el Norte, para terminar descargándolas en la capa límite de los corredores de aguas más frías que circulan alrededor de los perfiles insulares.

Por ello estos perfiles descubren su frente del ataque en el lado Sur y su salida hidrodinámica al Norte; al revés de lo que indicarían estos perfiles si vinieran las energías transportantes bajando del NO.

Estos cuerpos insulares están rodeados en primer término con una deriva litoral que ronda los 150 a 180 m de ancho. A continuación se manifiesta la capa límite térmica fruto de los flujos envolventes que bajan más caudalosos y fríos. La sedimentación es respuesta a un desencuentro que así decide permanecer; y para ello precipita sus cargas como si formara en esa línea virtual de frente un cordón, que debido al choque ya no es tan cuspidado.

Todos los perfiles hidrodinámicos dan buena guía. También Martín García.

 

En la carta que sigue la salida del Miní muestra importante sedimentación en su labio Sur, al lado y abajo del Nº 1926 , fruto indudable de confronte de deriva litoral y capa límite térmica.

Lo mismo muestra el Barca Grande y el Barquita en esta carta de 85 años.

Hoy el labio peninsular Sur de la salida del Barca Grande supera los 4.500 m de longitud respecto del labio Norte.

El perfil y el lugar de todas estas sedimentaciones hablan de transferencias llevadas por deriva litoral y precipitadas en el confronte de una capa límite térmica muy definida.

Intenté averiguar de las obranzas y refulados que pudieran haberse efectuado en el canal de salida del Paraná de las Palmas, sin resultados. Ya he señalado que las canalizaciones en ambos extremos del arroyo de "los estudiantes" pudieran haber afectado por los destinos refulados, el enlace de flujos deltarios con el robusto canal natural. La historia de esos trabajos no imagino cómo recuperar; pero la robustez del canal superior es evidente. La misma Punta Morán pudiera haber sido forzada por esas obranzas. . . Finalmente:

Las transformaciones de los canales naturales y sus posteriores abandonos merecen algunas consideraciones. Al igual que la historia de las obranzas.

De todas maneras, los resultados están a la vista y en todos los casos ralentizando flujos en los veriles Norte y así favoreciendo el desarrollo de flujos convectivos constitutivos de la deriva litoral

Halcrow nunca hizo mención alguna a flujos convectivos internos, ni a deriva litoral alguna. Sus trazadores radioactivos hoy lograrían con un poco más de experiencia sacar provecho mirando lugares específicos cercanos a las riberas donde se juegan estos destinos, que luego hacen impensable camino.

Imagino que en 50 años aparecieron muchas herramientas para verificar estas energías y entender mejor los procesos de sus transferencias sedimentarias.

Pero ni Halcrow ha repasado sus presupuestos en la luz de este medio siglo; ni el INA ha estudiado estos flujos "verticales", ni los ha localizado, ni ha seguido sus pasos, ni estudiado sus procesos de transferencia y precipitación sedimentaria. Las aguas someras ribereñas nunca fueron de su interés.

Por ello nunca explicarán el enlace vital e irremplazable de sistemas en la interfaz tributaria-receptor. Nunca explicarán los cordones litorales y sus bordes cuspidados, ni advertirán su utilidad; nunca descubrirán el sentido elemental de la dirección de salida de los tributarios... y si lo hacen ... no terminarán de llorar. Darse cuenta implica inevitable tránsito por vivencia abismal. Si son muy viejos y tienen el alma de un niño tal vez no necesiten llorar.

Francisco Javier de Amorrortu, 15 de Enero del 2010

 

Así resumía precisiones en oportunidad de subir el hipertexto sobre el tapón a la salida del Miní un 2 de Octubre del 2010

El tapón del Miní

Este trabajo fue vuelto a editar por /deriva11.html el 15 de Enero del 2010

El Paraná Miní, que otrora conociera profundidades de salida comparables al Barca Grande -de hecho, en su interior reconoce más de 7 m.-, vió crecer el banco más allá del naufragio sin que nadie advirtiera la importancia trascendental de este episodio, que habría de cambiar toda la dinámica del frente deltario central con los impensados avances que ha registrado en los últimos 40 años; pasando Oyarvide de 250 a más de 4.500 Has; bloqueando caudales del Guazucito y del Correntoso y desviando los del Guazú hacia el corredor oriental.

El trabajo de Pittau, Sarubbi y Menéndez (INA) alrededor de estos temas, /avancesdeltarios.html reconoce estas sorprendentes transformaciones, pero no atina a formular una causa que pudiera haber alterado la dinámica del sector, pues nunca en sus presupuestos figuró la deriva litoral, ni la comprensión de capa límite térmica aplicada a esas formaciones peninsulares en las salidas del Barquita, del Barca Grande, del naufragado Ambai, del Correntoso, del Guazucito y otros cursos menores.

Tampoco en los míos antes de descubrir el naufragio en la boca del Miní y las batimetrías generadas por simples pescadores, pues el SHN nunca se había ocupado de este problema, que ni siquiera figura en la carta de 1968 H-118.

Las salidas frontales al estuario de estos poderosos cursos nunca habilitaron los desarrollos de la deriva litoral, pues la advección y caudal de los primeros no eran invitación a ella.

Pero bastó que se frenaran los flujos de salida del Miní, para que tuvieran oportunidad de generar el despegue de flujos convectivos internos positivos que ya nunca más perdieron la memoria de cuál sería su tarea para modificar todo el panorama de flujos en la zona, con visible beneficio a caudales orientales.

De hecho, los registros sedimentarios que señala López Laborde en el gráfico que sigue, mostrando las arenas que bajaban del Paraná Bravo, ahora venían reemplazados y/o mezclados con los fangos que subían del Guazú muy bien habilitados para su transporte por flujos convectivos internos (verticales) con particular capacidad de transporte.

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Una jornada que hiciera para recoger muestras sedimentarias y luego alcanzadas al Dr José Luis Cavallotto para su definición, me permitió comprobar estas sospechas que nacieron al tomar nota del tapón del Miní y desprtarse en mí la advertencia de que pudiera haberse modificado la dinámica de este frente deltario central. Ver /Jornadayregistros.html /comprobacones.html y /corredorcentral.html

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Asimismo, considero oportuno, destacar la cartografía del piloto Benito de Aizpurúa de 1867, como la más ajustada a calidad con respecto a las mencionadas por los anteriores autores. Es sin duda, la primera carta náutica exhaustiva de aquellos tiempos.

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La importancia de cultivar mirada en los flujos en las aguas someras litorales y no sólo en los avances deltarios, me llevaron a prestar atención a pequeños detalles morfodinámicos que incluyan los accidentes fondeados, cuya tangibilidad ha sido dejada siempre de lado. Alcanzan, sin embargo, la mayor importancia para explicar eventos locales; mucho más que las generalizaciones sobre sedimentaciones territoriales.

Frente al Barquita, al Miní y al Barca Grande, tenemos los pozos de mayor profundidad. Algunos alcanzan los 30 pies. Sin embargo, estas sedimentaciones locales en lugares críticos, permiten a la deriva litoral que arranca del Miní hacer un trabajo impensado en cercanía de estos flujos que siempre reconocieron depósitos de fondos arenosos y de conchillas venidos del Norte; que hoy no dudo, en los últimos 40 años han logrado hacer, sin más frenos que los desencuentros térmicos en las bocas de salidas tributarias, su trabajo envolvente en el frente deltario.

Un par de meses después de mi primer informe introductorio sobre estas áreas tuve oportunidad de viajar al Barca Grande, Miní y Correntoso, tomar muestras de sedimentos y verificar direcciones de flujo que me llenaron de felicidad, por haber acertado a describir estos procesos bien antes de pisar el lugar.

Mercedes de criterio amasadas de simples imágenes satelitales que no comprendo cómo pudieron pesar tanto las supuestas relaciones fundantes de deriva litoral en ola oblicua para bloquear en el alma de dos físicos que estudian la dinámica costera, el ofrecimiento de un CD cargado de imágenes que descartaron de plano.

Las imágenes de esta página muestran flujos en descenso. Pero aún así recuerdo, en oportunidad de estar a unos 200 mt alejados de la costa en la boca de salida del Barca Grande, cómo nuestra lancha de aprox 1 tonelada de desplazamiento -con el motor naturalmente apagado-, se desplazaba hacia el Norte a pesar de que hacía 3 horas estaba instalada una consistente bajante mostrando los camalotes circular velozmente en sentido contrario en el corredor de los Pozos del Barca Grande frente nuestro.

Este hipertexto, reedición de otros cuatro anteriores sobre el mismo tema, acerca un ajuste que justifica su nueva edición, y es la propuesta bien simple que sigue, para alcanzar solución a este descalabro, tablestacando la ribera Norte del Miní a profundidad no menor a 8 m y refulando sobre la misma ribera para evitar la carga energética que le otorga a la deriva litoral el banco a la salida del Barquita, con lo cual esta deriva quedaría eliminada y volvería el Miní a su dinámica original llevando el dragado hasta empalmar con los Pozos del Barca Grande, respetando un gradiente del perfil sumergido siempre más profundo en el veril Norte.

Por supuesto, esto implica dragar toda la boca tapada respetando, repito, los perfiles sumergidos que son propios de estos cursos tributarios del frente estuarial y para ello basta copiar el perfil del Barca Grande que reconoce en su veril Norte 7 m de profundidad a tan sólo 2 m de los juncos de esa orilla.

Lo contrario sucede en el veril Sur que muestra un gradiente de profundidad mucho más suave, de manera de no presentar resistencia de capa límite térmica a cualquier deriva que pudiera estar haciendo camino hacia el Norte que la obligaría a depositar su carga sedimentaria en ese lugar.

Esta geometría de las bocas de salida frontales al estuario nos enseñan una buena lección que espero sea considerada si no quieren ver más flujos desviados al sector oriental con tanta gratuidad.

Esos flujos del corredor de los Pozos del Barca Grande serán los que otorguen salud a la ribera Norte de la nueva área peninsular que aflorará por los refulados temporarios de una repuesta draga de corte que desde hace poco más de un mes opera en el Emilio Mitre a la espera de dragar en la obra del puerto metanero de Escobar.

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de los refulados al Este del Emilio Mitre

Durante casi 3 décadas las obranzas del Emilio Mitre volcaron refulados sobre el veril Este del canal en tiempos de construcción y de mantenimiento.

Si mal no recuerdo, en el 2003 Jan de Nul llevó su draga de corte a Centroamérica para hacer una changa y tras prenderse fuego nunca más volvió.

Tomaron entonces a préstamo una vieja draga de arrastre de la Nación y esta se ocupó desde entonces de la tarea, no sin antes decidir por consejo de la consultora HYTSA que los barros dragados fueran volcados sobre el veril Sur del canal de acceso más allá del Km 26.

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En meses recientes vino de estreno al país una modernísima draga de corte de Jan de Nul apodada Batuta con la misión de dragar la margen del Paraná donde atracarían los buques regasificador y metanero que proveerán gas a usinas térmicas de la región. Aprovechando que la tarea de preparar el sitio donde volcar los refulados no estaba todavía para ella dispuesto, se le propuso refular unas semanas en el Emilio Mitre.

Así fue que, sin demora y a un ritmo feroz, la poderosa draga comenzó a fabricar suelo sobre los refulados que habían estado aguardando 10 cm abajo del pelo de agua la luz del sol para engendrar vegetación.

Para nadie era secreto el área peninsular kilométrica apenas sumergida que se extiende al Este del Canal Mitre; pero nadie habla de cómo se ha modificado toda la dinámica de la región al Este de los refulados; salvo Morelli, director de proyectos de la SSPyVN, que me hizo sentir tiene alguna sospecha de que todo el plan Halcrow hubiera estado errado. Un poco tarde para esos presupuestos que mejor se apliquen a mirar estos otros entuertos derivados de lo que ya está hecho.

No tengo noticias de que Halcrow haya hecho seguimiento de esta obra en los 44 años que ya median del anteproyecto. Si lo hubiera hecho y comunicado a alguno de nuestros gobiernos, es obligación darlo a conocer.

Si no lo hubiera hecho es clara afirmación de irresponsabilidad natural anclada en soberana falta de amor propio.

Así también merece estima advertir cómo taponarán al último cono de flujos sanos los barros volcados por la draga de arrastre en el veril Sur del canal de acceso; y cómo rematarán el área los 4.000.000 m3 diarios de efluentes que proponen volcar en el veril de enfrente, que por capa límite térmica después de su viaje de 12 Kms por emisarios, no tendrán ningún inconveniente para sedimentar en el lugar que las bocas difusoras dispongan.

Ese último cono de flujos sanos al que refiero con 1,4 nudos/h de velocidad de flujos en descenso es la rejilla del área de aprox 80 a 100 Km2 que desde el Norte ruega por ella con flujos que no superan los 0,4 nudos/h.

Esta inmensa área de profundidad promedio que no supera los 80 cm y cuya pendiente de fondo no supera los 4 milímetros por Km. es, para cualquiera que tenga un soplo de imaginación, el anticipo de un humedal nauseabundo cuyo cadáver velaremos durante 200 años sin remedio.

Por supuesto ya hay lista de espera para hacer negocios en la región. Pero el caso es que aún no han advertido que asentamientos como Nordelta y los similares de EIDICO no son sustentables ni siquiera en la escala municipal que hoy descubren. Allí la dinámica de las aguas superficiales y la salud de los acuíferos no están en peligro, sino liquidada.

No hablemos de cota de anegamiento. No hablemos de polucción y/o contaminación. Ese es otro tema, que por supuesto no se arregla con azul de metileno y photoshop. Hablo sólo de la dinámica natural y de los engendros que han llevado adelante unos pocos empresarios de la mano de un grupo de arquitectos que, a pesar de ostentar títulos de magister en ética ambiental, no dudo en apuntar han formalizado un infierno que no cesa de crecer.

La inercia de los negocios no les permite sino sonreir. Ya es tarde para esperar algo de ellos, aunque no es tarde para iluminar el enfisema que cargará la gran urbe.

Este tema sin embargo, me desvía de la meta propuesta que es referir de la deriva litoral generada por los refulados al Este del Emilio Mitre y sus implicancias en las acreencias y dinámicas en el frente deltario central.

La reconstrucción de una mínima dinámica al Oeste del canal es tarea para otro capítulo que ya vengo esbozando en un par de hipertextos.

Nadie ha estudiado en Argentina esta cuestión de la deriva litoral. Enecerrados en su catecismo de ola oblicua los físicos en dinámica costera callan por ser para ellos materia de poca significación. Sólo Jorge Codignotto ha hecho breves referencias a ella. Ni siquiera señalan qué segmentos de flujos cargan sus aguas. Abominan imaginar hipersincronicidad mareal o memoria convectiva pues tendrían que olvidar todo lo aprendido y todo lo obrado con criterios mecánicos.

Por ello no me queda más remedio que inferir sus energías en función de los sedimentos transportados aguas arriba y responsables de las acreencias peninsulares en las salidas de los grandes tributarios y en los desarrollos insulares extraordinarios del otro lado del corredor de los Pozos del Barca Grande.

Las pruebas son la calidad de sus sedimentos limosos en lugar de los antiguos arenosos; y el perfil hidrodinámico que descubren estas islas, en toda la región y sin excepción; pues hasta Martín García y la isla Matón en la ribera uruguaya no escapan a esta consideración de la orientación del perfil.

Este segmento de flujos convectivos internos no es modelizable en laboratorio de mecánica de fluidos. Las modelaciones matemáticas jamás los han incluído entre sus variables. Sólo logramos estimar sus peripecias merced a seguimientos de las plumas de polución disociadas del medio que las transporta; de espectrografía filtrada que muestra el camino y la cantidad de nutrientes; de consideraciones respecto de los perfiles de fondo y de las transformaciones de las llamadas costas blandas; de aprecios a las convecciones externas que ponen límites a la deriva litoral y bien quedan reflejadas sus erosiones en los perfiles visibles de las riberas; de seguimiento batimétrico a la degradación de los canales naturales y la forma en que disponen soluciones; de procesos de sedimentación y en especial de aquellos que implican cambios novedosos; de la orientación de los perfiles hidrodinámicos superficiales y subsuperficiales; de ingresos de cuerpos líquidos altamente disociados en términos térmicos o hidroquímicos que permitan imaginar trastornos serios en las transferencias de energías.

Muchos de estos detalles sin embargo, han venido siendo sistemáticamente eliminados de toda la información disponible gratuita con la que he trabajado estos últimos cinco años; aunque gracias a los bancos de imágenes acopiados durante años logro con mayor experiencia extraer cada día con laboratorio digital mayor información de ellos.

Todos los gobiernos de todas las naciones tienen traseros en sus riberas más sucios que los de un cerdo y por ello prefieren ser discretos y pagan por ello. El Mar del Norte y el Bático compiten con el Mar Muerto y las aguas del golfo de Méjico en torno del Mississippi.

Imposible a esta altura de la civilización imaginar que este freno a la información vaya a ser eterno. Las heces salen por la ventana como en Versailles en sus mejores tiempos.

Pero habiendo este freno sido instalado desde los propios gobiernos, no son los institutos oficiales los que mentan estos entuertos, sino los hortelanos que ni siquiera buscan escarapela de premio.

Quien se interese por estas materias ligadas a la deriva litoral y su relación obligada con la eficacia de las salidas tributarias, los vertederos y la dinámica de las aguas someras en planicies extremas, no tendrá más remedio que comenzar a probar el sabor de estas hortalizas.

Quien pretenda amasar hidrología cuantitativa de estos aprecios tendrá que montarse un laboratorio como los que no he visto anticipos ni en los sueños.

La esfera cualitativa viene regalada de imagen, algo fenomenal en ella que nos golpea y eurística regalada de espíritu para cultivar fenomenología termodinámica de sistemas naturales abiertos.

A las áreas peninsulares sumergidas y/o aflorantes al Este del Emilio Mitre les imagino un gran destino; pero en cualquier caso necesitarán un soporte dinámico ribereño que ponga límites al ancho de estas derivas para que no se conformen como hoy lo hacen, en extendidas interminables hidrotermias; y eso corre por cuenta de las energías que con cuidado se rescaten del sistema de flujos de los Pozos del Barca Grande y se orienten a la par de suaves riberas y perfiles de edificación bajísimos, en península estrechísima a rescatar en utilidad por mil razones; que busquen en adición, no interferir con la ventilación de las áreas al Oeste que cargan enfermedad terminal.

Dirán los expertos que esto es pura cháchara; pero exageran. Es mucho menos que eso. Acuéstense a dormir, y si lo ven en sueños ya tienen con qué comenzar a inferir.

Francisco Javier de Amorrortu, 14 de Enero del 2011.

 

el archipiélago del emisario de Campana

Hace aprox 50 años los militares estaban encaramados en la economía y era común verlos al frente de grandes empresas como Esso.

Supongo que su modalidad de concebir sus actos como "secreto de estado" les habrá facilitado disponer una obranza como la del emisario de hidrocarburos que limpia las heces de destilerías de Campana, sin que nadie parezca haberse enterado nunca de la cuestión.

La Prefectura tiene el obligado encargo de vigilar el Tratado del Río de la Plata, al menos en estos aspectos que hacen a la polución de sus aguas. Sin embargo en medio siglo, nada han descubierto.

En una época no tan lejana en que el Google Earth mostraba las aguas del Plata fácil era descubrir estos entuertos capturados en actividad e imposible era no verlos.

Parece ser que nadie conoce estos recursos comunicacionales; ni el INA, ni la SSPyVN, ni la SSRH, ni la SAyRN, ni ONG como la FARN, ni las consultoras, ni las universidades, ni los institutos de hidrología y limnología; ni alguno de los miles de investigadores del CONICET, pues nadie ha visto nunca NADA.

Ver denuncias en todos los foros:

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jurisdiccion4.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jurisdiccion5.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jurisdiccion6.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jurisdiccion7.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jurisdiccion8.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jurisdiccion9.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/jurisdiccion11.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/costa1.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/costa2.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/costa3.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/costa4.html

Siendo un país con un alto promedio de mentes brillantes, este caso de una grosería visible a 40 Kms de su bocas difusoras de salida, es un misterio.

¿¡A qué estudiar biología molecular si no ven cómo defecan estos elefantes varios Exxon Valdés durante 50 años sin impedimentos?!

Pero el tema de este hipertexto no apunta a la polución, sino a floculación y extraordinarias coalescencias generadas alrededor de líquidos viscosos altamente disociados que terminan formando alrededor de la boca difusora alguna vez sumergida, una garganta profunda reveladora de vómitos del mismo infierno.

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Esto me preguntaba hace cinco años cuando lo ví por primera vez.

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Hoy ya han sido pixeladas estas áreas. Incluso la garganta ha desaparecido y sólo se las descubre así:

Se advierte en estas imágenes la aptitud y magnitud para flocular todo tipo de cargas sedimentarias, al tiempo de crecer y conservar su alta nuclear disociación que se continúa expresando en círculo perfecto.

La boca difusora se muestra apagada, pero la dinámica sedimentaria muestra sus oficios después de haber tallado esas inmensas bocas

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¿Cuál es la responsabilidad de estas bocas difusoras en el desarrollo de este archipiélago?, esto es materia que la sedimentología nunca estudió. Dirán que de una u otra forma el frente deltario avanza; pero la capacidad de atrape para floculaciones y coalescencias de estos vertidos acelera cualquier proceso natural de agua dulce transfiriendo carga sedimentaria. Que, vuelvo a repetir, no estoy mirando al recurso cultural, a cuánta polución el hombre genera; sino, a la modificación de la dinámica del recurso natural y con ello, a la multiplicación de hidrotermias y transporte sedimentarios que nunca aparecieron tan excitados haciendo su viaje al Norte a contrapelo de los flujos en descenso.

En la pequeña imagen que sigue vemos la estela muy contrastada y bien disociada a más de 40 Kms de distancia de las bocas de salida del emisario.

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En la imagen que sigue ya la tenemos bien cerca y ampliada para comenzar a preguntarnos cómo cuantificar la transformación de este archipiélago; al igual que las acreencias en el frente más allá de la Punta Morán, de los bancos a la salida del Miní, del Barquita, del barca Grande, del Correntoso y toda la inmensidad de Oyarbide del otro lado de los Pozos del Barca Grande; incluyendo aprecios al perfil sumergido que dobla con creces lo aflorado.

Semejantes transportes no hablan de "deriva litoral", sino de esa versión similar en flujos convectivos naturales internos positivos, que por carecer de límites de ancho de banda llamo "hidrotermias" y aparecen invadiendo toda la región; deformando todos los acuerdos sobre flujos que en el Tratado del Río de la Plata aparecen enunciados en un breve artículo que jamás imaginó semejante transformación en tan poco tiempo; y mucho menos, viniendo generada desde nuestro sólo sector.

¿Qué acuse de recibo de estas novedades han expresado los comisionados para vigilar este Tratado. Cuántos años han pasado mirando la luna. Cuántos presupuestos se han devorado. Qué premio hay para ellos. Cuánto más prolongarán su siesta?

Si se quieren refugiar en el hecho de que los modeladores matemáticos no les han alertado, pues entonces que todos juntos vayan a pasear al huerto del hortelano.

Francisco Javier de Amorrortu, 15 de Enero del 2010

 

desde el Miní al Correntoso

Tres imágenes secuenciando la entrada al Paraná Miní en Abril del 2007, con nula profundidad en el centro.

90 años antes este era el panorama con 5 m de profundidad a la entrada.

Sigue la imagen del segmento de flujos diferenciado que marca con total claridad la senda de los Pozos del Barca Grande. ¿Acaso hay alguna modelación matemática que incluya estas diferencias. Y más aún, que simplemente imagine que los rizados que están a ambos lados marchan por convección interna natural positiva, en sentido inverso; aguas arriba, siendo que el gran corredor marchaba hacía cuatro horas en franco descenso.

Mientras los camalotes en el corredor disparaban aguas abajo, nuestra pesada lancha a 300 m de distancia derivaba aguas arriba.

Por consultar de estos -por entonces misteriosos contrapelos-, dos físicos en dinámica costera del CONICET me sacaron con fastidio el CD de su compactera y me tildaron de soberbio por no confesarme catecúmeno de la ola oblicua y acompañar sus cegueras con preceptos que no admitían siquiera estimar la posibilidad de esta clase de entuertos.

Seguí compilando archivos de imagen y en seis meses ya tenía conceptualizados mis primeros criterios y no necesitaba de ellos. Sólo la termodinámica de sistemas naturales olárquicos abiertos me dió la pista para hacer seguimiento.

La portentosa imagen de la entrada del Barca Grande es inolvidable. Sobre el veril derecho en la imagen, se descubren alturas de 16 m que imagino correlato de las afloraciones del precámbrico que también ostenta Martín García en 25 m y la punta de Martín Chico en 26 m.

Si ese veril del lado Norte fuera poco profundo, las aguas del tributario se irían para arriba acoplados a la deriva litoral. Al ser profundos y disociados en temperatura siguen su camino en descenso sin transferencias importantes a los vecinos segmentos de flujos.

Acercándonos al Correntoso con menos de un metro de agua y sin encontrar sendero más profundo, se advierte en la imagen que sigue, esa sedimentación kilométrica en primer plano que obliga a dar una vuelta. Son los sedimentos que la deriva litoral allí ha descargado por la capa límite térmica que enfrenta a la salida del tributario.

La imagen que sigue muestra la entrada del Correntoso y allí 7 m de agua.

Ya en el curso interior es dable sentir la condición virginal, tanto en aguas como en foresta, de toda esta solitaria y tan cercana región

La imagen que sigue muestra el embancamiento formado alrededor del Ambai, nave hundida del otro lado del antiguo corredor de flujos por donde bajaban las aguas del Guazucito y del Guazú.

La carta que sigue intenta mostrar los contrapelos de flujos en descenso y derivas litorales e hidrotermias en ascenso que guardan buena memoria de hipersincronicidad mareal.

Los oficios de la deriva litoral en estas riberas están presentes en todos lados. Sólo es necesario identificarlos sacando muestras de sedimentos y probando sus orígenes. Para ello tiene el CONICET hombres probos como Cavallotto.

Fancisco Javier de Amorrortu, 14 de Enero del 2010

 

Tempranas conclusiones

Hemos intuído que los trabajos de canalización en cercanías de la boca original del Paraná de las Palmas y de refulados en el canal de salida Sur, tal vez hayan sido los responsables de la pérdida o abandono de la boca Norte hace ya más de un siglo.

El caso es que, a partir de la Punta del Temor y hasta la Punta Morán vimos perder una salida y a cambio florecer esos bajos tan extendidos que hoy llamamos los Bajos del Temor.

Esas aguas someras allí demoradas son responsables del arranque de un sistema convectivo interno natural positivo que damos en llamar "deriva litoral"; pues se ocupa de recorrer aguas arriba el frente deltario central para hacer descargas sedimentarias en los encuentros con las aguas más frías de los caudalosos y profundos tributarios que no les permiten su paso y por ello descargan en el veril Sur de la boca de salida.

Como si esto fuera poco vemos que la salida del Miní también apareció un día comprometida con un naufragio que terminó en un formidable tapón de salida. Esa demora favoreció el calentamiento de las aguas que así se sumaron a la deriva litoral que subía del Sur.

Cruzar los Pozos del Barca Grande y empezar a descargar sedimentos en lo que hoy son los desarrollos insulares de Oyarbide y sus entornos, fue cuestión de unas pocas décadas. De hecho Oyarbide pasó de 250 Has hace 40 años a más de 4.500 en la actualidad; sin contar con la proyección hacia el Este ligeramente sumergida que mete escalofríos.

Todo esto aconteció sin que nadie en este período haya hablado de deriva litoral alguna. Ni el INA, ni los físicos en dinámica costera se han aplicado a interpretar esas sedimentaciones. Sólo las mensuran. La mecánica de la ola oblicua no da para más.

Sin duda, abandonar los catecismos de ola oblicua tendría consecuencias catastróficas en el alma de estos catecúmenos. De cualquier manera, el problema tiene sobrada entidad y tarde o temprano será develado el misterio de este silencio, que no es de ola oblicua, sino de enlaces termodinámicos, hipersincronicidad mareal y capa límite térmica.

Los propios criterios sobre flujos del estuario superior, medio e inferior están esperando observaciones mucho más delicadas. Del corredor que atraviesa la dirección virtual que atribuyen a estos flujos estuariales, llevándoselos puestos a la altura de la línea que media entre Punta Piedras y Montevideo, parece sólo este hortelano estar enterado.

A pesar de ello, alguna sospecha de que allí hay algo nunca visto, lo delata las dos boyas regaladas por el gobierno francés y de cuyas tareas nos habla Claudia Simionatto en el diario La Nación un 20 de Abril del 2011. Ver esos textos y mis comentarios al respecto por http://www.alestuariodelplata.com.ar/frentehalino6.html

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Fig 1.3.3 - Trayectoria de partículas según el modelo RP2000 (Jaime et al. 1999) del ESTUDIO DE LOS CORREDORES DE FLUJO DEL RÍO DE LA PLATA INTERIOR A PARTIR DEL MODELO DE CIRCULACIÓN RPP-2D de Mariano Ré y Angel Menéndez del INA

 

 

A esa mesa de debate que he propuesto sobre los temas críticos en el municipio del Tigre no le harán mal estos refrescos. Los desastres que empiezan en Zelaya terraplenando riberas y cavando infiernos en el Puelches y siguen en Escobar, el Tigre y San Isidro, no se agotan, ni se educan, en una mirada escueta.

La solución que requieren empieza por hacer el esfuerzo de mirar un poco más profundo y un poco más lejos. Debatir en estrecho aprecio, con libertad que no conocen los institutos con presupuestos públicos y consideraciones íntimas que indaguen hasta dónde aparecen sus almas dispuestas a tomarse estas materias con alguna pasión, es lo que aprecio.

Con menos que esto no llegan a ningún lado. Y en ese ningún lado es donde se encuentran.

Agradezco a mi Querida Musa Alflora Montiel Vivero toda su inspiración y aliento.

Francisco Javier de Amorrortu, 15 de Enero del 2012

 

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